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"CUERPOS ENVENENADOS"

Gabriela Trenchi, paciente de Aníbal Lotocki, presentó libro y narró cómo logró su condena penal

Gabriela Trenchi es una empresaria textil que se sometió a una cirugía de glúteos con Aníbal Lotocki. A partir de entonces, su vida se convirtió en un calvario.

En el libro “Cuerpos envenenados”, Gabriela Trenchi arranca su relato manera impactante: cuenta como, tras una cirugía con el doctor Anìbal Lotocki, se acostó en las vías del Tren Mitre esperando que una formación ferroviaria la arrollara porque ya no quería vivir, no podía soportar un umbral de dolor que se le había vuelto intolerable.

Trenchi fue una de las tantas pacientes del famoso cirujano que hoy está en la prisión de Ezeiza acusado de mala praxis tras la muerte del empresario de la construcción Gastón Zárate.

La pena en expectativa es muy alta ya que se le suman otras condenas por causas penales entre las que se encuentra la de la propia Gabriela.

La empresaria narró cómo su vida se transformó por completo tras la aplicación no consentida de metacrilato y otras sustancias en su cuerpo. Ella pidió que le colocaran hilos tensores en sus nalgas pero Lotocki le habría introducido rellenos de silicona líquida que le causaron granulomas en las pantorrillas y los muslos. La empresaria narró cómo su vida se transformó por completo tras la aplicación no consentida de metacrilato y otras sustancias en su cuerpo. Ella pidió que le colocaran hilos tensores en sus nalgas pero Lotocki le habría introducido rellenos de silicona líquida que le causaron granulomas en las pantorrillas y los muslos.

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"Cuerpos envenenados" cuenta el calvario de una paciente del doctor Aníbal Lotocki

En Argentina está ocurriendo una suerte de “pandemia” de operaciones estéticas ya que, si sumamos las colocaciones de botox, llegamos a un total de 4 millones de compatriotas intervenidos para mejorar su aspecto físico.

La frase de cabecera del doctor Lotocki para convencer a sus pacientes con el fin de que se operaran era “con tu inversión, logra tu mejor versión”.

El calvario de una paciente de de Lotocki, en primera persona

“Antes de operarme yo tenía una existencia que podría considerarse privilegiada”, escribió Trenchi.

Jamás había experimentado enfermedades importantes. Concurría al gimnasio con regularidad y me cuidaba mucho en las comidas. Solía viajar a menudo para comprar ropa en el exterior y luego venderla en mis showrooms de Ramos Mejía y Núñez. Me iba bárbaro en lo personal y también en lo económico. Estaba completamente sana y era feliz. Disfrutaba de una rutina social intensa, con muchos eventos, presentaciones y fiestas. Todo era alegría. Jamás había experimentado enfermedades importantes. Concurría al gimnasio con regularidad y me cuidaba mucho en las comidas. Solía viajar a menudo para comprar ropa en el exterior y luego venderla en mis showrooms de Ramos Mejía y Núñez. Me iba bárbaro en lo personal y también en lo económico. Estaba completamente sana y era feliz. Disfrutaba de una rutina social intensa, con muchos eventos, presentaciones y fiestas. Todo era alegría.

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Gabriela Trenchi, antes de operarse con Aníbal Lotocki

Gabriela Trenchi, antes de operarse con Aníbal Lotocki

“Estaba a punto de concretar todos mis sueños cuando mi camino se cruzó con el de un médico (¿o el diablo?) y algo quebró para siempre esa soñada tranquilidad futura” agregó la empresaria textil.

Gabriela Trenchi pudo aportar a una causa que manejó el fiscal Sandro Abraldes una serie de datos muy relevantes para lograr la condena en primera instancia del facultativo de origen misionero.

Existían en la sala de operaciones varias irregularidades:

-era un recinto que no tenía paneles de control cardíaco. Eso fue lo que determinó la clausura preventiva del local que se usaba como clínica.

-el quirófano no contaba con la habilitación del Ministerio de Salud para hacer los trabajos que se estaban allí practicando. Las autorizaciones habían sido concedidas para cirugías menores ambulatorias.

-la sala de operaciones carecía de los elementos mínimos requeridos: no tenía ni carro de paro, ni ventilador mecánico.

-en los allanamientos judiciales no se encontraron libros de anestesistas, ni estudios pre quirúrgicos archivados. La mayor parte de la documentación rescatada por las autoridades se relacionaba con demandas y cartas documento en contra de Lotocki

-el acceso al sitio de intervenciones poseía falencias respecto de las llamadas “áreas limpias”.

-no había sala de recuperación post operatoria y tampoco una terapia intensiva para situaciones de emergencias o grave riesgo

Concluyendo, existía una deliberada desatención de las normas sanitarias más básicas y elementales.

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El "caso Lorocki" genera desde hace varios años enorme interés en la opinión pública de Argentina

El doctor Lotocki intenta que le transformen su actual prisión en un penal en una detención domiciliaria.

Gabriela Trenchi sostiene que si ello ocurriera, el cirujano volvería a operar de manera clandestina como lo hizo en reiteradas ocasiones a pesar de que tenía prohibido ejercer la medicina. Gabriela Trenchi sostiene que si ello ocurriera, el cirujano volvería a operar de manera clandestina como lo hizo en reiteradas ocasiones a pesar de que tenía prohibido ejercer la medicina.