Congelamiento de precios y dólar mediante, el aporte al clima de inseguridad de una incipiente nacionalización del conflicto con los mapuches en El Bolsón quedó a las puertas de la federalización a partir de la denuncia penal que anunció el intendente, Bruno Pogliano, contra la titular del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, Magdalena Odarda, por haber hablado de represión policial en la toma del predio de Cuesta del Ternero, a la que atribuyó la muerte de uno de los ocupantes.
HOY Y MAÑANA
Congelamiento de precios, con dólar e inseguridad flotando
Tras el récord turístico, la agenda política se reanuda este martes (23/11) con la inseguridad: la rosarina + gatillo fácil porteño + conflicto mapuche.
La calificó como "una de las culpables de las horas de tensión" que se vivieron en la zona y arremetió además contra la Gendarmería que misteriosamente dejó de cuidar la zona comercial cuando integrantes de agrupaciones mapuches se acercaron a protestar de forma violenta y finalmente tuvieron que ser dispersados por un grupo de hombres a caballo que participaban de una celebración gaucha.
El ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, vuelve a tener sobre su escritorio la decisión de intervenir con las fuerzas federales en la comarca andina, donde una parte de la comunidad mapuche lleva adelante las reivindicaciones territoriales de este pueblo originario y es enfrentada por grupos civiles integrados por vecinos que afirman actuar en defensa de sus propiedades.
El ex senador Miguel Pichetto advirtió que fue ésta la primera vez que en el país se produce un acto separatista y reclamó un compromiso de las autoridades nacionales para evitar males mayores.
Los sucesos en Rosario y San Clemente del Tuyú, más los ecos que aún retumban en la opinión pública por el asesinato del juvenil futbolista de Barracas en manos de policías de la Ciudad, aunque con diferentes características, se amalgaman en el menú de la inseguridad que afronta el país, por más que las estadísticas aún no convaliden.
Pero cuando nadie lo esperaba, el embajador en Chile, Rafael Bielsa. abrió la semana: no tuvo mejor idea que entrometerse en una pareja elección en el país vecino para lapidar al candidato de la derecha, José Antonio Kast, ganador por escasísimo margen del ultraizquierdista Gabriel Boric, con el que sí simpatiza ideológicamente.
Lo trató de antiargentino, xenófobo y lo comparó con Jair Bolsonaro y Donald Trump, insólita intromisión que provocó la irritación del mandatario Sebastián Piñera y el repudio de las fuerzas moderadas chilenas.
El exabrupto diplomático se coló de ese modo en la agenda de las relaciones exteriores de la Casa Rosada, como si no tuviera ítems para ocuparse e hizo que el canciller Santiago Cafiero levantara el teléfono para intentar revolear la pelota a la segunda bandeja de la tribuna.
En el campo de juego propiamente dicho, la política oficial que tambalea es el congelamiento de precios que administra el secretario de Comercio, Roberto Feletti.
Pese a los más de 1400 productos enlistados, cayó en la cuenta de que los influyentes precios de la carne y los productos frescos, como verduras y frutas, no tienen emplanillamiento, y entonces apeló a los supermercados para pedirles una tregua del fin de semana largo.
Ya se nota una cierta fatiga por parte de grandes mayoristas, sobre todo en tres: Makro, Vital y Maxiconsumo, que aprietan contra el piso a los super chinos y demás minoristas que abastecen.
El martes completará la ronda con las empresas industriales Arcor, Molinos Río de la Plata, Mondelez, Unilever, P&G, Nestlé y Josimar, muy interesadas en la letra chica de la ley de etiquetado y por lo tanto bien predispuestas a decir a todo "sí Roberto".
De todos modos, con las tarifas de combustibles, servicios públicos, recuperación de atraso cambiario y otras amenazas al congelamiento pendientes, el índice de precios igual va camino del 4%, como consecuencia del peso de los alimentos frescos.
A los productores agrícolas que le cuentan las costillas al tipo de cambio para orejear cuánto liquidan de cosecha, les responden desde el gobierno que echen un vistazo también a las retenciones, porque en caso de devaluar irán compensando con incrementos para desdoblar el valor interno del internacionalizado y de paso recaudarán para el fisco.
En lo que respecta a la actividad oficial que se reanuda este martes, el ministro de Economía, Martín Guzmán, trabaja a full en el plan plurianual que habrá de ser presentado en el Congreso en la primera semana de diciembre, como anunció el Presidente.
Pasó en limpio lo que ha venido conversando con los funcionarios del FMI, las coincidencias y discrepancias, y lo repasará con su equipo antes de tratarlo con el Presidente para su posterior envío al Parlamento. La convocatoria a extraordinarias deja de margen lo que falta de este mes y diciembre.
El paso siguiente será exponerlo ante el Consejo Económico y Social, para dar participación a empresarios, sindicatos y movimientos sociales y neutralizar en todo lo posible los debates políticos, chicanas e intercambios de culpas que trabarán su avance.
El borrador será negociable, anuncian desde el círculo ministerial, e irá en paralelo con el tratamiento del presupuesto nacional, que contempla exante a lo que diga el Fondo un gasto total de más de 1.300 millones de dólares, un crecimiento del 4% del PBI, una inflación del 33% y un dólar a $131,1, y una fuerte inversión en obras públicas, que se financiará con una mayor recaudación de impuestos.
Hasta ahí, los números podrían estar ordenados, pero nadie se los cree. Ricardo López Murphy fue el vocero calificado del escepticismo que despiertan.
El desplome de las acciones argentinas en Wall Street y que el riesgo país no pare de subir no son un buen coro para acompañar la sonata de Guzmán, quien ya se persuadió de que las facilidades extendidas tienen un límite y que la tasa de interés quedará como era entonces.
De todas formas, es vox populi que no está en el ánimo del Washington y por lo tanto del FMI dejar caer a la Argentina en cesación de pagos y darán tiempo para discutir el ajuste y repartir las cargas.
La confianza de los mercados no cabe esperarla con la carta de intención que se firme, sino a partir del memorando de entendimiento y la verdadera vocación política para las reformas estructurales que se necesitan.
De ahí que en la agenda del primer mandatario figure en uno de los primeros renglones el llamado al diálogo a los referentes de la oposición, aunque no a todos.
Ya excluyó taxativamente a Javier Milei, por "antidemocrático", y a Mauricio Macri, por "hacer negocios con sus amigos".
La oficialización de esas reglas de diálogo la hizo la portavoz presidencial, Gabriela Cerrutti, en la conferencia de prensa de la semana pasada.
Los medios "hegemónicos", otros de los elegidos como enemigos por la Casa Rosada, estarán marcados de cerca en esta transición de ajuste en ciernes por el revival del 6,7,8 en la tevé pública.
La frutilla del postre en la temática económica a abordar en el Congreso será la gestión ecológica de los envases en todo el país para "reducir su impacto sobre el medio ambiente" y agrandarlo en las arcas públicas, lo que provoca urticaria en los empresarios.
En Diputados, el titular Sergio Massa, estrena su reelección al frente de la Cámara, luego de transpirar hasta que el Frente de Todos retuvo la primera minoría por la mínima ventaja: 118 bancas contra 116 de Juntos por el Cambio.
Estuvo analizando con el jefe de Gabinete, Juan Manzur, la agenda legislativa y decidieron volcarla a temas económicos y productivos, como el tratamiento de la nueva ley para la industria automotriz y la de "compre argentino", vinculadas al programa económico plurianual.
Uno de sus primeros objetivos políticos de Massa ha sido frenar cualquier iniciativa que signifique la eternización de los intendentes en sus puestos, o sea que puedan ser elegidos indefinidamente, como les fuera prometido en plena cruzada oficialista por remontar el resultado de las PASO.
Por suerte para él, la bancada opositora tiene bastante con su propia reorganización interna a partir de la elección de medio término del 14N.
Emiliano Yacobitti, referente del radicalismo porteño, se lanzó en pos de la presidencia del bloque, en poder del cordobés Mario Negri, cuestionado por la derrota en las PASO.
Por ahora, Negri parece estar en condiciones de resistir el embate, porque tiene 46 adhesiones contra 16 de Yacobitti, pero lo asedia una renovación generacional que viene pidiendo pista en el partido, de la mano de la bonaerense Danya Tavella, el porteño Martín Tetaz, la entrerriana Marcela Antola y la santafesina Vicky Tejada, entre otros.
Martín Lousteau, senador por la Ciudad, juega con esta corriente y le queda aguardar si en la cúpula hay fumata entre Alfredo Cornejo y Gerardo Morales.
El mendocino aspira a conducir el interbloque, pero el cargo de coordinador parlamentario de Juntos será discutido entre los jefes de cada bloque dentro de la Mesa Nacional. O sea entre Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta, Alfredo Cornejo, Elisa Carrió, Miguel Pichetto y Maximiliano Ferraro, entre otros.
Cristian Ritondo se anotó, pero los Pro Fernando Iglesias, Waldo Wolff y Gerardo Milman, que responden a Patricia Bullrich, no se la harán fácil.
El misionero Humberto Schiavoni, en cambio, vive tranquilo esta transición para seguir siendo el jefe del bloque Frente PRO.
En el Senado, Cristina Kirchner perdió la mayoría automática aunque sigue teniendo primera minoría. Esto significa que deberá negociar los proyectos que hasta ahora pasan como por un tubo, o sea le dará más rrabajo.
La incógnita reside en cómo quedará el poder que irradia en sus propias filas. Según La Nación, existe un creciente malestar del peronismo de varias provincias, que "empiezan a ver a la vicepresidenta más como un lastre político en sus distritos que como la líder y estratega indiscutida de la coalición de gobierno que ven los kirchneristas dogmáticos con los que conviven en la bancada del Frente de Todos".
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