"CRISTINA ES LA VÍCTIMA"

DAIA, AMIA y las tonterías de Meir Margalit

Un activista de la izquierda israelí decidió que la víctima de la muerte de Alberto Nisman no es el fallecido sino Cristina Fernández de Kirchner. Ridículo por donde se lo evalúe.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Durante la guerra de Yom Kippur, en 1973, el israelí nacido en la Argentina, Meir Margalit, fue herido y en su convalescencia, según Wikipedia, él inició un giro o cambio hacia la izquierda: de integrar el Ejército hebreo pasó al pacifismo opositor. Margalit devino en un militante 'progresista', que es minoría en Israel aunque él obtuvo el apoyo suficiente para ser concejal en Jerusalem, en representación del partido Meretz, durante 2 mandatos no consecutivos. Margalit es el fundador del Comité Israeli Contra la Demolición de Viviendas en Palestina.
 
Él acaba de escribir, en el diario Haaretz, una columna de opinión titulada "Argentina’s Jews are serving the far right’s silent revolution" (" Judios de la Argentina están sirviendo a la revolución silenciosa de la extrema derecha"), texto en el que él cuestiona a la comunidad judía argentina por criticar a Cristina Fernández de Kirchner, y él afirma: "Me pregunto cómo estas personas sabias y de buen corazón podrían haber caído en una trampa, y terminaron en el mismo lado que los fascistas del país."
 
Margalit tiene posiciones similares a las que tuvo Jacobo Timerman, el padre de Héctor, durante su breve residencia en Israel, antes de radicarse en USA. Deberá recordarse que los militares argentinos que detuvieron, en forma ilegal, a quien era el socio del controvertido David Graiver en la editorial propietaria del diario La Opinión, le retiraron la ciudadanía argentina y el pasaporte. Por lo tanto, cuando lo liberaron (gracias a una presión internacional pero, en especial, de los gobiernos de USA e Israel), él pudo marcharse del país con pasaporte israelí. Sin embargo, ya en Israel él escribió un libro crítico de la invasión israelí al Líbano (1982), provocando el enojo de quienes lo habían rescatado de manos de los militares argentinos. Los Timerman terminaron residiendo en USA, y Héctor obtuvo una ciudadanía estadounidense, a la que renunció para convertirse en canciller de Cristina Fernández de Kirchner y concretar el acuerdo con Irán (que Irán no ratificó).  
 
Acerca de Meir Margalit, en vez de criticar el silencio de la comunidad judía argentina entre 2003 y 2012 -hubo complicidad con los Kirchner, pese a que estos nada les dieron en la condena de los culpables por el atentado contra la sede de la AMIA-, él cuestiona a los judíos argentinos porque ahora sí critican a Cristina Fernández de Kirchner.
 
Deberá recordarse que las denuncias acerca de la afinidad de los K con Irán comenzaron el domingo 26/03/2011, cuando el periodista (ya fallecido) Pepe Eliaschev reveló en el bisemanario Perfil que se había filtrado la existencia de un supuesto "pacto secreto" entre el gobierno de Cristina Fernandez de Kirchner y el gobierno de Mahmud Ahmadineyad para olvidar el atentado terrorista contra la sede de la AMIA, que ocurrió en 1994.
 
Eliashev sostuvo en aquel artículo periodístico que la Casa Rosada estaba dispuesto a suspender las investigaciones por los ataques terroristas perpretados en suelo argentino, en base a un documento secreto en el cual el entonces ministro de Relaciones Exteriores de la República Islámica de Irán, Alí Akbar Salehi, le explicaba al entonces presidente de su país, Mahmud Ahmadineyad, que "la Argentina ya no está más interesada en resolver aquellos 2 atentados, pero que en cambio prefiere mejorar sus relaciones económicas con Irán".
 
El 20/04/2011, el canciller Héctor Timerman negó ese acuerdo en un medio radial, dijo que se trataba de una noticia falsa, desmintió la existencia de un pacto con Irán y atacó al periodista: "Fue el oportunismo de un pseudoperiodista que no vaciló en decir cualquier cosa con tal de ofenderme a mí".
 
En ese contexto, este personaje Margalit afirmó ahora"Se ha demostrado una vez más que en la Argentina la verdad es más extraña que la ficción. Lo que parecía ser una teoría de la conspiración ha tomado forma real; quién sabe qué monstruo se esconde. Las fuerzas oscuras del pasado regresan, con ganas de cosechar venganza de la familia Kirchner, porque el ya fallecido presidente argentino Néstor Kirchner, esposo de su sucesora, Cristina Fernández de Kirchner, los sometió a juicio por crímenes contra la humanidad".
 
O sea que, según Margalit, el asesinato de Nisman viene a ser una venganza de los presos y condenados por lesa humanidad para inculpar a Cristina. 
 
En el párrafo siguiente, Margalit amplía su perspectiva errada:
 
"Hace una semana que escribí en la edición hebrea de Haaretz que el asesinato del fiscal Alberto Nisman apestaba a una conspiración derechista oportuna, en connivencia con los ex policías y oficiales del Ejército, para derrocar al gobierno y destruir la democracia en Argentina, aún débiles después de 30 años".
 
Sin duda, apesta Margalit. Él sostiene algo semejante a un delirio K. Margalit parece o un personaje que se quedó en la Argentina de 1972 (cuando él se marchó a Israel), o alguien cercano a Hebe de Bonafini.
 
Y Margalit siguió: "(...) se fortalece la conclusión de que Argentina está pasando por un intento de revolución. Se trata de una revolución elegante, sofisticada y refinada. Se está llevando a cabo no con tanques o ataques a la Casa Rosada -la Casa Blanca de Argentina-, pero repite el tipo de caos social y económico que derrocó al presidente chileno Salvador Allende en 1973, lo que Naomi Klein describe tan bien en su libro "La doctrina del shock"."
 
O sea que Margalit adhiere a la teoría de la victimización de Cristina. Para el torpe Margalit, Nisman no es la víctima sino que ese rol es para la Administración Kirchner.
 
Otro párrafo de Margalit: "(...) Peor aún es el papel que la comunidad judía está jugando, sin darse cuenta en este asunto despreciable, como protesta por el acuerdo que la Argentina firmó con Irán en el intento de absolver a Teherán de responsabilidad por el ataque terrorista. Este acuerdo es controvertido y problemático, sin duda, pero no a la altura de los negocios de armas de Israel con la Junta Militar de Argentina, en marcha desde 1976. En la década de 1970, el número de judíos asesinados por la Junta con las armas de fabricación israelí fue varias veces mayor que el número de judíos posteriormente asesinado por esbirros de Teherán en Buenos Aires. (...)".
 
Es harto cuestionable todo lo que afirma Margalit pero la gran pregunta es: ¿dónde quiere él llegar? Obvio, a Nisman pero también al periodista Damian Pachter:
 
"Nisman, quien fue asesinado hace una semana, es un ejemplo del drama judío en Argentina. Él estaba infectado por la obsesión con Irán que infectó a toda la comunidad. Fue criado por los materiales que Israel le dio (de acuerdo con los medios locales), y fue utilizado por la derecha para promover una revolución que él probablemente nunca quiso. Al final, pagó con su vida."
 
"Ésta es la historia de los judíos de la Argentina en una pequeña escala. Me pregunto cómo estas personas sabias y de buen corazón podrían haber caído en una trampa y terminaron en el mismo lado que los fascistas del país.
 
Si eso no fuera suficiente, aparee la conexión israelí. Israel se ha convertido en un actor en el drama argentino (...). Los argentinos creen que (Israel) le dio la (información de ) inteligencia a Nisman, y ahora el periodista que publicó la historia (Damián Pachter) ha encontrado refugio allí.
 
"(...) Israel probablemente no está directamente involucrado en el asunto, pero los argentinos lo ven como un jugador muy potente haciendo las cosas complicadas por dos razones principales: en primer lugar, porque esta es una oportunidad para atacar a Irán; segundo, porque Israel tiene una cuenta pendiente con los "izquierdistas" gobiernos de América Latina que adoptan a los palestinos y votan en contra de Israel en las Naciones Unidas.
 
Incluso si esta teoría es descabellada, las dos razones suenan lógicos. En lo que se refiere a Israel, la derecha argentina es más sionista que el actual gobierno, y eso es razón suficiente para acelerar el cambio de régimen. (...)".
 
El contenido es más extenso pero estos fragmentos resultan el eje del planteo. Puede inferirse, según Margalit, que Nisman murió porque "algo habrá hecho" (tal como se quejan en las organizaciones defensoras de derechos humanos se decía en los años '70 sobre los que desaparecían), pero la víctima es Cristina. Un mamarracho.