LATINOAMÉRICA

COLOMBIA

Un exorcismo desde el cielo para echar al diablo (el narcotráfico)

El obispo de una ciudad colombiana asolada por el crimen, la pobreza y el narcotráfico, pretende rociarla toda con agua bendita desde un helicóptero que le proveerá el Ejército, de acuerdo al diario The Guardian. El religioso comentó que lo hará "para ver si exorcizamos y echamos a todos los demonios que están destruyendo nuestro puerto."

Un obispo colombiano planea practicar un exorcismo a la ciudad entera de Buenaventura este fin de semana, durante las festividades del patrón de la ciudad.

El monseñor Rubén Darío Jaramillo Montoya, obispo de esa ciudad, lo hará rociando agua bendita desde un helicóptero que le proveerá el Ejército, publicó el diario The Guardian.

Si bien la fecha exacta no está clara, se cree que sería el 13/7 o el 14/7. 

El obispo pronunciará un rezo con la intención de purgar el área de la infestación demoníaca.

La ciudad está asolada por la violencia, el narcotráfico y la violencia.

Montoya reveló que llevará a cabo el exorcismo luego de que una niña de 10 años fuese torturada y asesinada.

"Debemos echar al diablo de Buenaventura, para ver si podemos restaurar la paz y la tranquilidad que nuestra ciudad ha perdido debido a tantos crímenes, actos de corrupción y tanta maldad y narcotráfico que invade nuestro puerto", dijo Montoya a una radio local.

"Queremos recorrer toda Buenaventura desde el aire, y verter agua bendita sobre ella para ver si exorcizamos y echamos a todos los demonios que están destruyendo nuestro puerto, para que la bendición divina llegue y se deshaga de toda la maldad que está en nuestras calles."

Buenaventura se encuentra en la costa pacífica colombiana, y fue nombrada como la ciudad más violenta del país en 2014.

De acuerdo a Human Rights Watch, "muchos de los barrios de la ciudad están dominados por poderosos grupos criminales que cometen extendidos abusos, incluido el secuestro y desmembramiento de personas, a veces cuando aún están vivas, luego arrojándolas al mar. Los grupos mantienen 'casas de pique' donde asesinan a sus víctimas, de acuerdo a testigos, residentes, la Iglesia Católica y algunos oficiales."

Si bien los exorcismos suelen llevarse a cabo sobre un solo individuo, los de este tipo están permitidos por la Iglesia desde que en el siglo XIX, el Papa León XIII reconociera los "exorcismos contra Satán y los ángeles caídos" para hacer frente a una posible "infestación demoníaca."

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