Efectivamente hay un dólar más bajo pero el economista Diego Giacomini advierte que los problemas de fondo no han sido corregidos y, superado el impacto de expectativas, la tensión regresará porque hay dificultades estructurales para obtener capital y ampliar la capacidad instalada.
DIEGO GIACOMINI
"Dólar más barato por un tiempo, aproveche"
El economista Diego Giacomini afirma que el acuerdo condicional con el FMI asegura un dólar más bajo en forma transitoria, nada más.
Aquí 6 postales del informe de Diego Giacomini:
Uno
"Lo bueno del acuerdo: evita que todo explote ya, y el acuerdo nos permite comprar dólares Blue, MEP y/o CCL más baratos de lo que los compraríamos sin acuerdo. Ahora bien, para los exportadores esto implica que la devaluación del tipo de cambio oficial tardará un poquito más. Para que se entienda y poniendo en números metafóricos: Con acuerdo: El dólar estaba a $223 y con el acuerdo tal vez baje a $215 (por decir y si es que baja). Y en de marzo estará a $240 (por decir). Si el FMI y/o Argentina mandaran ya todo al demonio, por decir e inventando; el dólar podría saltar ya a $245/$250, y en marzo (por decir e inventar) el dólar podría estar $280. Ahora bien, el dólar le va a ganar a la inflación, o sea; esto es bueno para comprar dólares más baratos (contra el escenario sin acuerdo) y estar más armados para el escenario futuro. Entendiendo que el acuerdo evita una espirilización de la brecha ya, se comprende que la presión para cambiar la política cambiaria seguirá con la fuerza que venía. En cambio, sin acuerdo, esa presión se espiralizaba también."
Dos
"Argentina no sólo no está creciendo, sino que nuestra economía no tiene cimientos sólidos para crecer sistemática y sostenidamente durante los próximos años. Los números de la realidad lo ilustran. La ciencia económica lo explica. Mirando la película del EMAE (estimador mensual del nivel de actividad del INdEC), se aprecia que el índice cayó a un piso estructural de generación de riqueza más bajo que en tenía 2015/2018. Puntualmente, el acumulado de 10 meses muestra que el nivel de actividad está -5,3% (2017); -4,1% (2018) y -2,0% (2019) por debajo de años anteriores, pero supera por +10,4% a 2020. En pocas palabras, tanto el supuesto crecimiento, como la recuperación del 2021 contra los años anteriores es mucho más resultado de la caída de esos años, que de una genuina expansión sólida de la economía en 2021. La teoría lo explica. Para crecer sistemática, sostenida y genuinamente hace falta acumulación de capital; o sea, una inversión neta positiva que invierta no sólo para amortizar el capital existente, sino que invierta para ampliar el stock de capital y como consecuencia de ello generar empleo genuino; y así, ampliar la capacidad (frontera de posibilidades) de producción de la economía. Para que suceda este proceso, el sector privado no sólo debe ganar dinero, sino que debe pensar que en el futuro ganará más dinero; y entonces pasa a ser negocio invertir hoy para producir más en el futuro, porque se descuenta que se venderá más en ese futuro. Obviamente, nada de esto sucede en Argentina."
Tres
"Según los datos de la UCII (Utilización de la Capacidad Instalada en la Industria) del INdEC, en noviembre 2021 (125,5) la producción industrial es -2,0% más baja que en noviembre 2018 (128,1), pero se utiliza la misma proporción del capital instalado (63,5%). Los datos de CAME reflejan algo similar para la industria PYME. Según CAME, hay 3 subsectores industriales PYME en pleno empleo (Madera y muebles; Productos metálicos, maquinaria y equipo; Material de Transporte) y otros 3 cercanos al pleno empleo (Calzado y marroquinería; Alimentos y Bebidas, Caucho y Plástico). De acuerdo con CAME, el promedio de la industria PYME está utilizando el 72,2% de la capacidad instalada. Del otro lado, Minerales no metálicos, que utiliza el 65,8% de la capacidad instalada, es el subsector de la industria pyme con mayor capacidad ociosa. Para crecer sistemática, sostenida y genuinamente hace falta acumulación de capital; o sea, una inversión neta positiva que invierta no sólo para amortizar el capital existente, sino que invierta para ampliar el stock de capital y como consecuencia de ello generar empleo genuino; y así, ampliar la capacidad (frontera de posibilidades) de producción de la economía. Para que suceda este proceso, el sector privado no sólo debe ganar dinero, sino que debe pensar que en el futuro ganará más dinero; y entonces pasa a ser negocio invertir hoy para producir más en el futuro, porque se descuenta que se venderá más en ese futuro. Obviamente, nada de esto sucede en Argentina. Los empresarios argentinos hace años que invierten menos de lo mínimo y necesario para amortizar el stock de capital existente; ergo, se destruye el capital y consecuentemente se destruyen puestos de trabajo. Menos capital y menos trabajo es menos capacidad de producción, más baja frontera de posibilidades de producción y menos capacidad para generar riqueza: un techo más bajo para nuestra economía."
Cuatro
"La situación económica es muy mala para la mayoría de los sectores. Utilizando el EMAE del INdEC, contra 2017 hay 12 subsectores que están peor, 2 que están mejor y uno sólo que está empatado. Nada muy diferente contra 2018, que también muestra que 12 subsectores están peor, 1 mejor y 2 empatados. Estos resultados no cambian sustancialmente cuando se compara contra el pésimo 2019. En la actualidad hay 11 sectores que están peor y 4 que están mejor en la comparación contra 2019. Paralelamente, y tampoco sorprende, uno de los subsectores que está mejor en términos relativos es el Estado, cuya recaudación neta de impuestos siempre se comporta mejor que el promedio de la economía. Haciendo este mismo ejercicio para la industria, se aprecia que el sector manufacturero está algo mejor que el promedio de la economía global. Sin embargo, este mejor comportamiento relativo del sector manufacturero se debe a que en los años anteriores la industria había caído más que el promedio de la economía, consecuentemente su rebote del gato muerto es actualmente más vigoroso que el que experimenta el EMAE."
Cinco
"Dado que en 2021 se abusó más que en 2011; 2013; 2015; 2017 y 2019 de las políticas artificiales que generan desequilibrios, y teniendo en cuenta que en la actualidad los fundamentos macroeconómicos están severamente más dañados que en el pasado, nosotros pensamos que es prudente descontar más devaluación y más inflación en el futuro de la que hubo en los últimos años. Además, está dinámica monetaria esperada para el tipo de cambio y la inflación impactará negativamente en la economía real, tanto en el mercado de bienes y servicios, como en el mercado de trabajo. En este sentido, creemos que es prudente descontar que el nivel de actividad volverá a caer y mostrar números negativos, así como anticipar que el poder adquisitivo del salario perderá aún más terreno. De hecho, no puede sorprender a nadie. Esta dinámica es inherente a la dinámica del ciclo político electoral. Una corrección del dólar, una aceleración de la inflación y una caída de la actividad son funcionales a generar un derrumbe que “de espacio y aire” para alimentar otro rebote y otro “circunstancial control de la situación macro” con vistas a las elecciones del próximo año impar (2023). Nada nuevo bajo el sol, lo mismo de siempre de los últimos años."