Fútbol

REVANCHA EN BRASIL

El VAR y las expulsiones no frenaron a Sportivo Bragarnik que se llevó la Recopa en los penales

Defensa y Justicia, manejado por el empresario Christián Bragarnik, se consagró en la madrugada de este jueves (15/04) campeón de la Recopa Sudamericana 2021 tras ganarle en el partido final de vuelta al Palmeiras de Brasil 3-4 en la definición por penales tras ganar 1-2 en el tiempo reglamentario y de empatar la serie 3-3. El encuentro estuvo plagado de polémicas decisiones del árbitro uruguayo Leodán González por el uso del VAR y por las expulsiones en cada uno de los equipos.

Bien entrada la madrugada de este jueves (15/05) Defensa y Justicia festejó su segundo título en este 2021 tras ganarle en los penales a un desconocido Palmeiras.  

Este encuentro se disputó en el estadio Mané Garrincha de Brasilia, donde el “Verdao”, actual campeón de la Copa Libertadores, hizo de local por las medidas sanitarias dictadas por la pandemia de coronavirus en el estado de San Pablo.

El “Alviverde” se impuso por 2-1 en la primera final disputada el pasado miércoles en el estadio Norberto Tomaghello y le alcanzaba con un empate para ser campeón.

Defensa, en cambio, estuvo obligado a ganar por más de dos goles de diferencia y lo hizo por la mínima para forzar la definición por penales. 

Ahora, el “Halcón” percibió un premio económico de 1.750.000 dólares. 

El cuadro de Florencio Varela alcanzó su segunda estrella internacional tras ganar la última Copa Sudamericana en enero pasado, luego de derrotar a Lanús por 3-0 en Córdoba, y sumó el décimo título de la Recopa Sudamericana para Argentina. 

Boca Juniors, con cuatro; River, con tres; y Vélez e Independiente, con una cada uno, fueron los argentinos que ganaron este trofeo.

Flamengo conquistó la última edición del torneo (derrotó a Independiente del Valle, de Ecuador) y le dio a Brasil la undécima conquista del torneo que se disputa desde 1989, aunque ininterrumpidamente solo desde 2013.

El equipo dirigido por Sebastián Beccacece, quien en su primer ciclo llevó al club a su primera clasificación a la Copa Libertadores de América, demostró estar a la altura de la definición y le jugó de igual a igual a Palmeiras.

El conjunto de Varela dominó gran parte del partido pero no tuvo la efectividad para quedarse con un mejor resultado.

Sin embargo, el ganador de la Sudamericana peleó hasta el final y hasta tuvo la oportunidad de empatar pero el gol de Walter Bou fue anulado en un fallo polémico por presunta posición adelantada.

Defensa empató el sábado contra Talleres (2-2) en el “Tito” Tomaghello por la Copa de la Liga Profesional y Beccacece preservó a la mayoría de los titulares para la revancha, salvo al arquero Ezequiel Unsain.

Palmeiras llegó golpeado anímicamente ya que el domingo pasado perdió la final de la Supercopa de Brasil contra Flamengo por penales, luego de empatar 2-2 en el tiempo reglamentario. 

En Urgente24 mencionamos que el “Halcón” de Varela es el equipo del “momento” en el fútbol argentino tras ascender a Primera División en 2014. Pero ¿cómo se explica este despegue de Defensa y Justicia?, la respuesta está en el empresario Christián Bragarnik quien emerge como el referente del grupo empresario que hizo posible el ascenso. Aunque su influencia en el fútbol argentino va mucho más allá de Florencio Varela. Una de las operaciones que despertó la polémica fue la llegada de Juan Martín Lucero, goleador de la B Nacional con Defensa, al Independiente de Jorge Almirón.

Bragarnik viene trabajando desde 2008 para transformarse en el representante más influyente del fútbol argentino. Entonces, ya llevaba años como asesor legal y representante futbolístico en México. Esa temporada llevó a Colón como entrenador a su amigo Antonio Mohamed. Según Redacción Santa Fe, durante la gestión de Germán Lerche, Bragarnik fue el representante que más jugadores (diez) acercó al club, según una nota publicada en la Revista Un Caño.

Con Mohamed como técnico, Colón contrató a siete futbolistas que él representaba. La mayoría, después jugó en Defensa y Justicia. Los directivos le tenían tanta confianza que en 2010, cuando vendieron a Facundo Bertoglio a Ucrania, la operación más importante en la historia del club, viajó solo el representante para cerrar el pase, según lo publicado por Un Caño.

Para la misma época, la prensa chilena señalaba que Atlante le había vendido a Bragarnik, “un empresario allegado”, el pase del delantero Cristián Canío, sin el consentimiento del jugador. Seis meses después, en 2009, Canío pasó a San Martín de Tucumán. Debutó de local con tres goles ante Independiente y tras un semestre regresó a Chile, reveló Un Caño.

En esa temporada 2008-2009, acercó a Godoy Cruz a Diego Cocca, que había sido dirigido por Mohamed en Querétaro en 2005. Cuando el entrenador se fue a Gimnasia LP, Bragarnik se juntó con José Mansur, presidente del “Tomba”, y le propuso contratar al Turco Omar Asad. Tras dos etapas en Mendoza, Asad se fue a dirigir a Atlas de México. Desde esa época, afirma El Sol de Mendoza, al menos 20 jugadores que pasaron por Godoy Cruz están representados por este empresario, entre ellos Gonzalo Díaz, que ahora juega en el América de Mohamed. La mayoría también pasó por Defensa y Justicia.

En 2009, Bragarnik, amigo de Diego, hijo del presidente José Lemme, desembarcó en Defensa y Justicia como la cabeza de “un grupo inversor” que tenía intenciones de poner dinero en el fútbol del club. Lemme, además tesorero de la AFA, le contó a El Gráfico que se trata de “gente amiga que me traen jugadores pero que no ganan dinero con el club. Ellos confían en nosotros y nosotros en algunas cosas en ellos”. Sin un contrato firmado, aseguran que mantienen un vínculo de confianza.

Sin embargo, hace casi dos años, hubo dos razones por la que su premeditado perfil bajo se rompió: la polémica llegada de Mauro Zárate a Boca; y el deseo del entonces presidente Mauricio Macri para que Jorge Almirón fuera el reemplazante de Jorge Sampaoli en la Selección. La lectura –un poco lineal, pero no por eso inválida– se hizo rápido: Macri-Angelici-Bragarnik-Almirón. Porque Almirón, como muchos de los principales técnicos argentinos, es uno de los representados del imperio Bragarnik, que tiene más de 100 futbolistas en su órbita de influencias, según una nota publicada en el Diario Perfil.

En Boca narran un ejemplo para entender cómo construyó su poder Bragarnik. Cuando el club se interesó por Ramón “Wanchope” Ábila, Cruzeiro lo había tasado en cinco millones de dólares. En Belo Horizonte no querían moverse de esa cifra. Pero después, como los brasileños debían varias cuotas, Bragarnik intervino en la negociación. ¿El resultado? Boca compró la mitad de su pase en un millón y medio de dólares. “No es que tenga influencias en nuestro club. Nosotros lo buscamos por negociaciones puntuales, y él se lleva un porcentaje acordado”, explican. “La verdad, nunca tuvimos un problema. Se maneja bien”, según publicó Perfil.

Boca terminó de acomodar una vidriera que Bragarnik empezó a darle forma con Diego Cocca y Gustavo Bou, dos de los pilares en los que se basó el Racing campeón del torneo de 2014. Porque hasta allí, hasta ese #RacingPositivo que festejó por su atropellada final, Bragarnik era un representante que se movía con comodidad en la patria baja del fútbol doméstico. Su poder estaba anclado en Defensa y Justicia, Arsenal y Godoy Cruz. Ocasionalmente, en algún otro. Hoy, de esos tres, sólo sigue vinculado al club de Florencio Varela. “Nos une una gran amistad. Y sí, le da un asesoramiento al club, con contrataciones. Es una excelente persona. Y dentro de la gente que está en el fútbol, es de los más normales”, reprodujo el diario PERFIL el presidente de Defensa y Justicia, José Lemme.

Según los registros oficiales, nació el 13 de agosto de 1971 y creció en el barrio de Flores, donde alimentó, como la mayoría de los pibes argentinos, sus sueños de ser futbolista profesional. En su imaginación, jugar en Vélez, equipo del que es hincha, y hacerle un gol a Brasil en la final de un Mundial era un logro al alcance de la mano.

Pero la realidad lo confinó a un lugar más modesto en la cancha: como volante central, hizo Inferiores en Comunicaciones y Almagro y su carrera se limitó a un paso por la última categoría del fútbol nacional, la D, donde jugó en Justo José de Urquiza y Yupanqui.

Como en esa escala amateur el fútbol no da de comer, para sustentarse Bragarnik se conchabó en un videoclub llamado Leiland, de la calle Yerbal casi esquina Bogotá. Y ahí, mientras alquilaba películas de misterio y comedias románticas, mataba el tiempo editando videos de su pasión, el fútbol, ofreciéndoselos a los representantes del momento. El oficio lo había aprendido haciendo fiestas de casamiento, según Infobae.

En breve, su matrimonio sería con la redonda. Porque tras ocho años de trabajar para otros y recibirse de abogado, entendió que con un buen material de jugadas, cualquier jugador podía ser mostrado y conchabado en Latinoamérica.

Argentina entraba en su peor crisis económica de la historia y él buscó su salida. Terminaba 2001 y le propuso a Mariano Monrroy, un volante de Arsenal con buen pie, que era cliente de su videoclub, hacerle un compilado de sus mejores jugadas y ofrecérselo a Eduardo Fuentes, un ex jugador que en su carrera transhumante había recalado buen tiempo en el Cruz Azul de México, que también alquilaba películas en su local y tenía contactos en tierras aztecas.

El video viajó por DHL y terminó seduciendo al equipo Irapuato, filial de Ascenso del más importante Querétaro. El pase se hizo en 400.000 dólares y Bragarnik se ganó la estima de una familia de peso: los Grondona.

Como si fuera poco, el volante la rompió y el flamante representante vio el filón: se quedó en Querétaro como empleado del grupo que manejaba el club a cambio de 10.000 dólares por mes. Y en un año, ascendió del “pibe que trajo al argentino talentoso” a presidente de la institución.

Claro que había un problema: el dinero de la institución provenía del narcotráfico, como en el 70% del mercado futbolístico mexicano por entonces. De hecho su mayor accionista, Tirso Martínez Sánchez, quedó detenido acusado de lavar dinero narco en Irapuato y Querétaro.

El Departamento de Estado norteamericano había puesto una recompensa de 5 millones de dólares para quien lo capturara, según había publicado por entonces el diario Reforma.

Así, en 2004 y tras una investigación de la Procuraduría de México, el equipo fue dado de baja por la Federación. Bragarnik volvió a la Argentina pero ya no al videoclub: con la red de contactos hecha, tenía en claro que viviría del fútbol, reveló Infobae.

De esa manera logró meterse primero con equipos del Ascenso. Y los Grondona jamás olvidarían aquella primera operación.

Sus detractores dicen que su amistad con Julito, el hijo del Jefe, fue su trampolín definitivo. Sus amigos dicen que la diferencia la hizo laburando 14 horas por día.

Como sea, viajó junto a Arsenal a Guadalajara para un partido de Copa Sudamericana en 2007 y allí se relacionó con Jorge Hank hijo, primogénito del hombre que maneja el Grupo Caliente en México, que tenía el club Xolos de Tijuana y era dueño de hipódromos, bingos, casinos y financista del hegemónico Partido Revolucionario Institucional de México.

Se convirtió, entonces, en asesor futbolístico de ese imperio, con un detalle: el Grupo Caliente estaba investigado en Estados Unidos por ser presuntamente el vínculo de los narcos para lavar dinero de la droga y Hank padre terminó preso después de que le encontraran 88 armas de guerra en su casa, aunque salió indemne tras 15 días en la cárcel. Otra vez las peores sospechas pendían sobre su cabeza.

“El trabajaba con multimillonarios, sí, pero no preguntaba de dónde venía o salía la plata. Sólo asesoraba en la llegada de técnicos y jugadores. Y como le iba bien, empezaron a llamarlo de todos los clubes mexicanos, con lo que eso significa”, cuenta un amigo que pide reserva y que asegura que Bragarnik ni siquiera toma una copa de vino en las comidas.

Por entonces, México era el destino que más pagaba y todos los clubes argentinos y jugadores que querían entrar al mercado, negociaban con él. Entonces se convirtió en el nexo definitivo.

Pero pasar de representante de futbolistas a intermediario de pases fue sólo el primer escalón. El segundo consistió en meterse de lleno en el fútbol argentino.

Gerenció de hecho Defensa y Justicia y entre capitales mexicanos y buenos resultados deportivos, amplió sus tentáculos: empezó a tallar fuerte en Cuyo con Godoy Cruz a la cabeza, en los equipos santafesinos y cordobeses, también en Tucumán hasta recalar en Racing e Independiente al mismo tiempo con técnico y jugadores propios en 2014.

Y después Boca, cuya puerta de entrada fue el pase de Darío Benedetto a quien trajo, claro, de México en un negocio que muestra cómo apuesta: no le cobró la habitual comisión del 7% al club comprador (el pase se hizo en 5 millones de dólares, así que resignó del Xeneize 350.000 verdes) pero a cambio se quedó con la plusvalía del 10% sobre cualquier futura venta del goleador, que hoy está valuado en 30 millones.

El rendimiento del punta encandiló a Daniel Angelici quien vio al intermediario como un filón y lo adoptó como hombre propio. Y desde ese lugar, más su red de buscadores de talento, hizo un imperio.

Hoy maneja cotizadísimos técnicos, entre ellos Edgardo Coudet, Jorge Almirón, Antonio Mohamed, Sebastián Becaccece, Diego Cocca, Leonardo Madelón, Darío Franco, y muchos de sus jugadores top como los hermanos Bou, Alejandro Donatti, Iván Marcone y más recalan en el club donde van sus entrenadores.

Estuvo en la mira de la AFIP cuando vendió un jugador de Defensa y Justicia, Julio Rodríguez, a Sinaloa por una cifra exigua: 80.000 dólares. Y la Unidad de Información Financiera generó un Reporte de Operación Sospechosa donde se hacía referencia al destino mexicano y el pasado del representante en clubes cuestionados. La sospecha de capitales extraños revoloteando otra vez. Pero salió indemne tras probar que no había nada raro.

“Eso fue una operación que vino de sus enemigos que veían cómo les comía el mercado. Julito Rodríguez tenía ocho partidos en el ascenso y lo vendió afuera. Fijate dónde está hoy, en Capiatá de Paraguay. Era medio pelo y fue un negoción para Defensa”, afirman sus defensores.

Y así como salió de esa situación, salió de todas las que enfrentó hasta el momento. Como cuando la Policía atrapó a Leonardo Fariña en 2013 con una camioneta BMW robada. Al otro día, quién se presentó a reclamarla como dueño real fue… sí, Bragarnik.

En la causa judicial consta que se la habían robado un mes antes en la zona de Lanús, pero entre sus antecedentes mexicanos y el nombre Fariña, la duda volvió a instalarse. Pero él hizo una vez más oídos sordos, mostró el fallo judicial y se siguió ampliando. Compró a través de la empresa Andes Inversiones Deportivas junto a los hermanos Sebastián y Ricardo Pini (este último esposo de la animadora infantil Panam), el club Unión La Calera, de Chile, que fuera en su momento de Sergio Jadue, el ex mandamás del fútbol trasandino involucrado en el FIFAGate y que está con prisión domiciliaria en Miami a la espera de su condena.

Esta experiencia lo pone para muchos en la lista de largada si en la Argentina se aprueba la transformación de los clubes de Asociaciones Civiles sin fines de Lucro en Sociedades Anónimas Deportivas, tal como es el sueño del tándem Macri-Angelici, casualmente sus buenos amigos.

Por su oficina pasan cientos de jugadores que quieren firmar con él, técnicos de renombre a los que representa y buscadores de talento a los que tiene como monotributistas y después divide dividendos si el futbolista triunfa.

Por eso su empresa, Score Fútbol S.A. que está registrada desde 2011 y cuenta con dos socios, Gustavo Papagna y Marcelo Valeri, apenas cuenta con tres empleados.

La misma tiene como funciones, entre otras, ejercer representaciones, mandatos, gerenciamientos, comisiones e intermediaciones; gestiones de negocios y administración de bienes; adquirir y vender derechos económicos de jugadores de futbol; promocionar actividades de deportistas, deportivas y espectáculos en los medios de comunicación.

El primer capítulo arrancó salpicado por la polémica debido a un remate de Carlos Rotondi que rozó en la mano de Gustavo Gómez que derivó en los airados reclamos de Beccacece, que pidió la revisión de la acción por el VAR.

Tras este inconveniente, el equipo de Florencio Varela estuvo agresivo y determinante jugando rápido la pelota con movimientos bien coordinados, desbordes por los laterales. En tanto, el combinado “Palestra” estuvo más punzante en los contragolpes que derivó en un extraordinario remate de Wesley sobre la mala salida del arquero Unsain que fue invalidada por posición adelantada.

Por otro lado, el “Halcón” de Varela siguió atacando con dos remates de Marcelo Benítez mientras que  Francisco Pizzini capturó un rebote y disparó un tiro por arriba del travesaño de Weverton.

Cuando transcurrían los 18’, Fernando Meza le cometió una grosera falta dentro del área a Rony por lo que el árbitro uruguayo Leodán González sancionó el penal para el Palmeiras luego de revisar la acción en el VAR que, a los 22’, Raphael Veiga cambió por gol y puso el marcador 1-0 para el local.

Por otro lado, a los 31’, Braian Romero convirtió el empate 1-1 con un disparo recto al arco de Weverton luego de ser asistido por un pase desde a derecha de Pizzini. La igualdad motivó en lo anímico a los de Sebastián Beccacece que fueron rápido a intentar estirar el tanteador. 

En el cierre, Enzo Fernández y Marcelo Benítez desperdiciaron sus ocasiones de ampliar el marcador y en el final, Breno salió de contraataque que rápidamente abortó Meza en la puerta del arco de Ezequiel Unsain.  

El segundo episodio estuvo intenso porque el “Halcón” empezaba sentirse impotente por los avances de Palmeiras. No obstante, Defensa pudo salir de la presión del “Verdao” con dos tiros de esquina de Benítez que casi convierte un “gol olímpico” y que despejó Marcos Rocha.

Con el correr de los minutos, Matías Viñas se retiró expulsado por cometerle una falta a Adonis Frías que fue confirmada por el VAR. A partir de ahí, Palmeiras se quedó con 10 hombres. Pese al hombre de menos, Gabriel Verón elaboró una gran corrida que rápidamente frenó Unsaín casi adentro de su valla.

En tiempo de descuento, Marcelo Benítez descargó un tremendo “zurdazo” de media distancia que asestó el 1-2 para Defensa y el empate de la serie 3-3 que derivó en la disputa de los treinta minutos de alargue.   

En la etapa inicial del alargue, el cuadro de Varela tomó el control del mediocampo con la presencia de Walter Bou y Adonis Frías que pusieron al conjunto brasileño sobre su campo. En tanto, volvió a explotar la polémica por una infracción que Unsaín le cometió a Rony que motivó a otra revisión en el VAR. En ese momento, se produjeron incidentes entre los jugadores de ambos equipos contra el árbitro. En medio del descontrol, Braian Romero fue expulsado mientras los cruces continuaban.

Una vez transcurridos los hechos, el referí convalidó un penal para el “Alviverde” que no pudo convertir Gustavo Gómez por la intervención de Ezequiel Unsaín.

En la segunda y última parte del alargue, Defensa se sentía desgastado y cansado que, apenas, intentaba romper el cerrojo de Palmeiras. En el epilogo, Luiz Adriano lanzó un centro preciso que quedó en las manos de Unsain.

Finalmente, el pleito se definió en los penales: Adonis Frías, Miguel Ángel Menentiel, Eugenio Isnaldo y Enzo Fernández acertaron sus disparos para Defensa y Justicia mientras que Menino, Gustavo Gómez y Rony anotaron sus tiros para Palmeiras aunque Luiz Adriano y Weverton desperdiciaron sus remates.  

En consecuencia, Defensa y Justicia fue ampliamente dominador, mereció desde el primer momento este título aunque Palmeiras careció de creatividad y nada más apeló a algunas ocasiones aisladas. 

Luego de esta definición, ambos equipos compartirán grupo en la edición 2021 de la Copa Libertadores: volverán a enfrentarse el 4 de mayo en Florencio Varela y el 18 del mismo mes en Brasil.  

 

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