OPINIÓN

LA CRISIS NO CESA

Hablarse encima (cuando la incertidumbre es el tema)

Sorprende la escasa capacidad de reacción del Gobierno del Frente de Todos. A la implacable crisis expresada en la paridad cambiaria, el Ejecutivo Nacional se limita a responder con un cuentagotas de medidas que lo ubican siempre detrás de las acciones de los agentes económicos y nunca le permiten recuperar credibilidad en términos de poder. La persistencia del Gobierno en pretender ignorar la grave situación en que se encuentra la sociedad argentina, ha convertido una crisis económica en una pulseada por el poder político, con consecuencias institucionales. Obvio que esto ya excede al ministro Martín Guzmán pero la trivialidad del Presidente tanto en su discurso como en sus acciones, sorprende a todos y no ayuda a su ministro. Nadia sabe qué puede ocurrir y eso se llama incertidumbre. En ese contexto, todas las elucubraciones son válidas. No es bueno que suceda a apenas 10 meses del inicio de la gestión.

Las apariciones televisivas del anterior y del actual Presidente dejaron tela para cortar. Tal como pasa con la cerveza, hay que esperar a que baje la espuma para diseccionar la trama de las apariciones de Mauricio Macri y de Alberto Fernández. 

Mientras, aguardamos en un estado de letanía interminable por lo venidero que se debate entre una devaluación de Knock Out, o un abrupto cierre de importaciones, para que no se escapen más dólares.   
  
Es evidente que la coyuntura pesimista que estamos viviendo, le otorga a Mauricio Macri el placet para intentar un rentree a la política activa. El ex Presidente otorgó dos reportajes en lo que va de la semana y parece que cerrara su tournee mediática con una interviú televisiva en la señal de noticias del Grupo América, la semana que viene. 
  
Tal como pasa con los fenómenos sociales, donde dos más dos no es cuatro, la interpretación de los hechos es una suerte de barra libre, que le permite a cada analista preparar el trago según sus intereses. Pero los hechos son sagrados y los hechos indican que Macri puede reaparecer sin pagar costo alguno, más allá del desgaste intenso que tiene su figura. 

No es para menos, hablamos del último Presidente desde la democracia recuperada, que tuvo a lo largo de su gestión números francamente malos. Caída del PBI en tres de sus cuatro años de gobierno, aumento de la desocupación, el doble de inflación que el gobierno anterior, caída del salario real y aumento de la pobreza, son algunos de los paisajes que acompañaron la perfomance del ingeniero al frente de la Casa Rosada. Sufrir una derrota sin paliativos y ser el único Presidente que no logró la reelección, habla a las claras de cómo fue valorado su gobierno. 

Por eso, y más allá de que se hayan tratado de reportajes complacientes y sin repreguntas de peso, lo de Macri es un paso adelante en sus expectativas políticas, sabiendo que las mismas pueden tener un derrotero minimalista o maximalista, según los acontecimientos. 

De mínima quedar habilitado como opinador relevante en la política nacional y jugar de armonizador en el frente opositor sin ser candidato a nada. De sus palabras se desprende que esa es la posición que quiere desplegar en el futuro inmediato, pero como cantaba la inmortal Mina, pueden ser solo “Parole Parole”.
  
De máxima, Mauricio se planteará ser candidato el año que viene a diputado, probablemente en busca de fueros y, si la baraka lo acompaña, intentar la revancha en las presidenciales de 2023. La Argentina 2023 suena a un siglo de distancia y como decía El padrino: It’s very difficult, but not impossible.
  
La entrevista con Joaquín Morales Solá se notaba a la legua que estaba libretada con preguntas y respuestas acordadas de antemano. Su semblante trasmitáa la  relajación propia de quien no tiene responsabilidades de gestión y su rostro un envidiable bronceado. Aunque muchos crean que esa figura de amante de las reposeras le juega en contra, no hay que perder de vista que en el inconsciente del voto macrista se encierra un claro deseo aspiracional. 
  
Por lo demás, el ex Presidente abundó en reproches a Cristina Fernández con frases tales como: “el peronismo está secuestrado por Cristina” o frases antiperonistas como “ mi error es haber delegado las negociaciones políticas en colaboradores peronistas como Frigerio y Monzó” o “ el peronismo ha sido copado por la irracionalidad”
  
Está claro que lo suyo es la grieta y la respuesta contundente vino de su palo. Rodríguez Larreta le espetó en el seminario de Idea que la Argentina tiene un venturoso porvenir si cierra los antagonismos. Veremos…

No aclares que oscurece

Alberto Fernández también hizo su round trip. El martes 13/10 por la noche, en la señal C5N tuvo un mano a mano con el periodista Alejandro Bercovich con el pretexto de hablar sobre la carga de odio que se respira en el ambiente opositor. 

Pero como no podía ser de otra forma, dado el momento, la conversa fue transitando hacia lo económico y el momento estelar de la noche se alcanzó cuando Bercovich lo consultó al presidente por las medidas de rebaja de retenciones y Fernández cometió un sincericidio: “las medidas adoptadas no están dando el resultado esperado”. 

“Los exportadores de granos no están liquidando como pensábamos”. Inferir que la falta de dólares es acuciante y acordarse de la frase de Juan Carlos Pugliese, “les hablé con el corazón y me respondieron con el bolsillo”, es más o menos lo mismo.
   
Pero los infortunios mediáticos presidenciales no terminaron allí. Al día siguiente en su exposición ante el coloquio de Idea y sin que mediara pregunta alguna, Alberto aclaró que no estaba en sus planes ni devaluar ni quedarse con los depósitos de la gente. Hay una máxima tácita de la comunicación, que impone no referirse a un tema complicado a menos que al interesado se lo pregunten. 

Cuando la confianza está bajo mínimos, aclarar es oscurecer y no está demás señalar que todos los dólares-fuga, sean estos legales o no, con las palabras presidenciales, profundizaron su huida.
  
Va de suyo que el problema de fondo no es de comunicación, si no de falta de plan económico, pero si encima se comunica mal...
  
Hablando de falta de plan, esta vez el reclamo vino de una aliada del gobierno. Kristalina Georgieva. La Presidenta del Fondo Monetario fue contundente cuando se refirió al capítulo argentino. La búlgara que conoce a los pobres, porque según Alberto Fernández, viene de un país comunista, describió con preocupación “la situación dramática que atraviesa la Argentina y el deterioro alarmante de la cuestión social”. Pidió una “hoja de ruta,” o sea, un plan. 
  
Para colmo la pandemia no da respiro y las comparaciones son odiosas, pero van a llegar. Brasil mostrará números económicos robustos frente a los argentinos. 

Por ejemplo: la contracción de Brasil será del 4,7% frente al 11,8% de la Argentina. En el tercer trimestre la economía brasilera creció 6,8% y el PBI industrial del país vecino se expandió en el último trimestre 9,9%.
  
Ya no vale el argumentario que indica que aquí se hundió la economía en favor de la vida, porque los números del Covid-19 en la Argentina ya nos homologan con las malas perfomances de muchos países. 
   
Las últimas novedades en materia de decisiones gubernativas indican, que el presidente Alberto Fernández habría empoderado al ministro Martín Guzmán para atajar los penales que vienen, en desmedro de Miguel Pesce. Guzmán pide la cabeza de este último y propone en su lugar a Sergio Chodos. Aunque se sabe que en política el que saca no pone.

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