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Líder de Los Monos aprovecha las fallas de la Ley de Género y ahora dice ser mujer

Ariel "Guille" Cantero, jefe de Los Monos, se autopercibe mujer para utilizar la Ley de Identidad de Género y seguir liderando el narcotráfico desde prisión.

Ariel "Guille" Cantero, líder de Los Monos y uno de los presos más sanguinarios del país, dejó a todos en shock al autopercibirse mujer para seguir manejando su organización tras las rejas. Este polémico uso de la Ley de Identidad de Género vuelve a exponer las fallas de una normativa que termina siendo aprovechada por los más "vivos".

De capo del narcotráfico a "jefa enamorada"

Cantero es el cerebro detrás de Los Monos, una de las bandas narco más temidas de Rosario, acumulando condenas que suman 113 años. Pero esta vez, lo que lo llevó a protagonizar los titulares no fue su largo prontuario, sino su intento de aprovechar la Ley de Identidad de Género (Ley N° 26.743). Amparado por el derecho al reconocimiento de su identidad autopercibida, "Guille" pidió ser registrado como mujer. ¿La razón oficial? Su "deseo de ser reconocido como quien realmente es". ¿La extraoficial? Ampliar su lista de visitas en la prisión de Marcos Paz para agregar a sus subordinados que, según su solicitud, ahora serían sus "novios".

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Cantero sabe jugar bien sus cartas. Con la mayoría de su familia directa tras las rejas o asesinada, el capo narco necesitaba encontrar nuevas formas de comunicación para mantener su poder. Y la estrategia es clara: aprovechar los derechos otorgados por la ley para manipular el sistema. Aunque los jueces federales rechazaron varias veces sus hábeas corpus, queda bastante claro cómo las grietas de esta ley permiten que personajes como Cantero traten de seguir manejando sus negocios desde la cárcel.

Una ley bien intencionada pero llena de agujeros

No es la primera vez que la Ley de Identidad de Género queda expuesta por sus lagunas. Casos como el de "Gabriela" Fernández, un preso por violencia de género que violó y embarazó a su compañera de celda después de autopercibirse mujer, revelan cómo esta normativa ultralaxa se transforma en una herramienta para evadir responsabilidades. En este contexto, "Guille" Cantero es otro ejemplo de cómo el sistema carcelario argentino no está preparado para abordar situaciones tan complejas.

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En Córdoba, el caso de

En Córdoba, el caso de "Gabriela" Fernández que dijo ser trans para ser trasladado a un pabellón de mujeres donde violar a una compañera, pone de manifiesto las falencias de la ley.

Mientras la justicia intenta cerrar grietas, personajes como Cantero las explotan al máximo. ¿El resultado? Una ley que, en teoría, busca proteger derechos, termina siendo el refugio perfecto para manipulaciones grotescas que desnudan un sistema tan frágil como indignante. ¿Hasta cuándo? Esa es la pregunta que nos queda.