Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, Siria es, desde hace tiempo, punto habitual de las rutas de la droga que van desde Libano, Turquía o incluso Europa hasta los estados del Golfo. Con unas infraestructuras inexistentes y la fuerza de la ley debilitada por una guerra que sangra desde hace más de dos años, el país se ha convertido en un nuevo productor de esta peculiar droga: Captagon.
LA DROGA DE LOS ÁRABES
Captagón, la droga de los combatientes en Siria
2 investigaciones de la revista 'Time' y de la agencia Reuters han descubierto que el Captagón, una anfetamina bastante desconocida fuera de Oriente Medio, movió millones de dólares en Siria el año pasado. Ese dinero podría haber sido utilizado tanto para la compra de armas, pero también su consumo entre soldados y rebeldes aumenta en los últimos años.
13 de enero de 2014 - 21:38
Esta droga empieza a consumirse en nuevos mercados, especialmente en el norte de África. Antes del conflicto bélico en Siria, en 2010, Arabia Saudí había recibido 7 toneladas de Captagon, según la ONU. Según fuentes cercanas al negocio de la droga en Líbano, citadas por Reuters, la producción de droga en Líbano cayó un 90% en 2013 y Siria estaría convirtiéndose en un nuevo e importante productor.
Ya en 2010 había reportado Fran Martínez, desde Estambul (Turquía), para El Mundo:
"'Las pastillas de Captagón cambian de manos en las calles de Jeddah, Manma y Doha por apenas unos riyals (moneda saudí)', advierte el informe anual de la oficina contra las drogas y el crimen de la ONU.
El Captagón era un medicamento de uso geriátrico y pediátrico. En 1986 fue prohibido, pero se siguió produciendo clandestinamente. El boom de la demanda en los países árabes ha provocado que la producción de Captagón se haya disparado en los últimos años. No obstante, el Captagón ha evolucionado reforzando el compuesto afetamínico (más cafeína y menos fenetyllina).
Los mayores centros de producción están en el sureste europeo según la INTERPOL (Bulgaria, Serbia, Montenegro, Slovenia...); mientras que la mafia turca se encarga de distribuirlo por Oriente próximo y el golfo.
'El consumo en Arabia Saudí ha crecido de forma dramática y sin precedentes', lamenta el informe de la ONU, que explica cómo los jóvenes árabes y saudíes han caído masivamente en la adicción. (...)".
El Captagón se empezó a producir en los años '60 en Occidente y trataba la hiperactividad, la narcolepsia y la depresión. Fue prohibido en 1986 pero se siguió produciendo en la clandestinidad.
Acerca del captagón, un interesante comentario publicado por el diario Milenio, de Ciudad de México, tiempo atrás:
"En el pasado (los futbolistas) tomaban Captagon. Los jugadores se volvían locos por poder ingerirlo”. Captagon es un estimulante que figura en la lista prohibida de sustancias dopantes. Otras de las sustancias ingeridas por los futbolistas era efedrina. Todo eso que tomaban los ciclistas. De pronto todo el mundo sufría de asma, sólo para tener acceso”.
(...) “Era algo corriente en el fútbol. Lo sabían todos y era una práctica generalizada. Hasta el 50%o de los jugadores consumía ese estimulante, y no sólo en 2da. División".
El efecto de Captagon era que “el jugador no se cansaba nunca y en la cancha había ciertas tedencias a sobrerreacciones”.
A los jugadores que lo tomaban se les podía ver en los ojos: “Tienen una mirada diferente”. (...)".
Ahora, en 2014, en el reportaje de la revista 'Time' hace unos meses, el coronel Ghassan Chams Eddine, máximo responsable del control de drogas en Líbano, tuvo noticia de que se habían descubierto unos 5,5 millones de tabletas de una anfetamina local dentro de una caldera industrial que tenía como destino Dubai. Sus agentes tuvieron que utilizar antorchas de acetileno para despegar las tabletas de anfetaminas. "La caldera había sido fabricada en Siria", afirmó entonces Chams Eddine.
Días después, en agosto de 2013, 6 camiones sirios que iban a Arabia Saudi desde el Líbano fueron detenidos en la frontera. Contenían seis millones de pastillas. Poco después, un ciudadano sirio fue detenido en el aeropuerto de Beirut con 11.000 tabletas escondidas en pasteles. La policía de Dubai también informó de que se había incautado 4,6 millones de pastilas el pasado diciembre.
Khabib Ammar, un activista sirio, afirma que los soldados compran armas con el dinero que obtienen de ese Mercado. Las fuerzas de Asad y los rebeldes se acusan mutuamente de utilizar Captagón para seguir luchando contra el enemigo hasta la extenuación. Por su parte, los médicos locales confirman que los ciudadanos de a pie están experimentando cada vez más con nuevas drogas, que se venden en dosis de entre US$5 y US$20.
El psiquiatra libanés Ramzi Haddad afirma que la droga tiene efectos estimulantes. "Provoca euforia. No te deja dormir, no comes, y estás lleno de energía", afirmó. Además, su producción es muy sencilla y barata y requiere únicamente "conocimientos básicos de química". Las autoridades sirias y libanesas a menudo destapan laboratorios caseros donde se producen pastillas de Captagón.
Un oficial del régimen, en la ciudad de Homs contó a Reuters cuáles eran los efectos de esta droga en los manifestantes y los rebeldes. "Les pegábamos y no notaban el dolor. Muchos se reían. Dejábamos a los prisioneros durante 48 horas, para que se les pasara el efecto del captagón, y luego continuábamos el interrogatorio", afirmaba este oficial, según relata Reuters. "