Según datos de Kpler, las importaciones mundiales de GNL alcanzaron en enero su nivel más alto en 12 meses, con 38,12 millones de toneladas. Gran parte de esta cantidad se destinó a Europa, cuyas ofertas a vendedores una vez más superó las ofertas de las naciones asiáticas. Europa tiene un problema enorme.
Europa ha estado impulsando el comercio mundial de GNL desde principios de año porque necesitará gas natural licuado (por falta de suministro suficiente por gasoductos ya que interrumpió el fluido ruso) durante bastante tiempo.
Europa compra todos los cargamentos que puede para asegurar el suministro de energía durante los meses más fríos del año. Sin embargo, cuando llegue la primavera, tendrá que empezar a rellenar sus depósitos, que se están vaciando rápidamente, para prepararse para el próximo invierno, y su afición por la regulación excesiva puede volverse suicida.
La situación es crítica, explicó Reuters, luego de analizar los informes de desvío de cargamentos de GNL desde Australia y Omán hacia Europa. Si bien el GNL omaní tiene sentido desde el punto de vista económico para Europa, el GNL australiano es demasiado caro por la distancia entre los 2 continentes. Por supuesto que aparece el asunto de las importaciones récord de GNL ruso, a como sea.
Europa necesita encontrar formas de garantizar la disponibilidad de su suministro.
Sin embargo, las autoridades europeas (Unión Europea), decidieron imponer la compra de determinados volúmenes mínimos, un nuevo error para sí mismas, explicó Reuters.
Desequilibrio
Irina Slav en OilPrice.com/:
"A primera vista, el sistema tiene todo el sentido del mundo. Su objetivo es garantizar que todos los países que tengan instalaciones de almacenamiento las hayan llenado hasta el 90% en noviembre, lo que reducirá el riesgo de escasez en los meses de invierno, cuando llega la demanda máxima.
Pero los problemas se esconden bajo la superficie. La obligación de comprar determinados volúmenes en una fecha determinada convierte el mercado mundial de GNL en un mercado de vendedores, y esto no es positivo para un club de compradores que tiene que contar sus centavos, porque Europa ha llegado a un punto en el que necesita contar sus centavos.
También está el problema de los precios que impiden el acceso a los países más pobres. Ocurrió en 2022, en 2023 y el año pasado. Básicamente, se ha convertido en una tendencia desde el momento en que Europa renunció al gas ruso y lo celebró. Una vez que llega la temporada de recarga en Europa, las naciones asiáticas con presupuestos de importación de energía limitados comienzan a buscar más carbón para importar, ya que el GNL se vuelve demasiado caro para ellas. De hecho, también tiende a volverse demasiado caro incluso para los importadores asiáticos ricos, como China y Japón."
Un ejemplo
El desbarajuste que provoca Europa es mayúsculo. Un ejemplo: A pesar del aumento de las instalaciones de energía solar y eólica, China inició la construcción de hasta 94,5 gigavatios (GW) de nuevos proyectos de energía a carbón en 2024, el nivel más alto desde 2015.
China también aprobó 66,7 GW de nueva capacidad energética a carbón en 2024, según el informe del Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (CREA) y Global Energy Monitor (GEM).
Además de las nuevas construcciones de centrales eléctricas de carbón, China reanudó la construcción de 3,3 GW de proyectos suspendidos.
Todas estas aprobaciones y construcciones comienzan a indicar que “una cantidad sustancial de nuevas plantas entrarán en funcionamiento en los próximos 2 a 3 años, consolidando aún más el papel del carbón en el sistema energético”, dice el informe.
Esta realidad contaminante contrasta con lo que era la buena noticia: solo en 2024, China añadió 356 GW de capacidad eólica y solar, 4,5 veces más que la UE y casi equivalente a la capacidad eólica y solar total instalada en USA a finales de año, según la investigación.
“Esta expansión récord resalta el liderazgo de China en energías renovables, pero en lugar de reemplazar al carbón, se está sumando energía limpia a una dependencia arraigada de los combustibles fósiles”, dijo CREA.
El carbón es consecuencia del desbarajuste vigente con el GNL.
Ay Europa!
Entonces, al regular la compra de determinados volúmenes de GNL por cada uno de sus miembros, la Unión Europea se está perjudicando a sí misma y al medio ambiente que tanto quiere proteger, al motivar a otros países a pasar del gas al carbón.
También está dando demasiado poder de fijación de precios a los vendedores de GNL.
Por último, pero no por ello menos importante, este enfoque para asegurar el suministro de gas también está haciendo perder dinero a los importadores, al tiempo que pone en riesgo la seguridad del suministro.
El sobrecalentamiento del comercio de GNL antes de la temporada de recarga de Europa, en un contexto de almacenamiento más vacío de lo habitual, había impulsado los precios de futuros del verano de 2025 por encima de los precios de 2026. Alemania empeoró las cosas al sugerir que el gobierno subvencionara la compra de los volúmenes de cuota de recarga, lo que literalmente es dinero en el banco para los intermediarios y proveedores.
Otra vez Irina Slav: "Quienes se vean obligados a almacenar gas para el próximo invierno perderán dinero mientras lo almacenan, en lugar de venderlo a precios elevados. (...) También existe el problema adicional de almacenar gas comprado a precios altos, para venderlo a precios mucho más bajos cuando el mercado se normalice después de la temporada de recarga. Alemania sufrió con eso hace un par de años, y no fue el único. (...)".
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