AVÍSENLE A SUSANA GIMÉNEZ

Los dinosaurios vivirían si el asteroide caía en otro lado

Si el asteroide que causó la extinción hubiera caído en casi cualquier otro lugar del planeta, sin duda estas criaturas podrían haber sobrevivido y el ser humano no hubiese podido evolucionar para llegar a convertirse en lo que es hoy en día.

Hace unos 65 millones de años un asteroide de 10 o 15 kilómetros de longitud impactó contra la Tierra, a una velocidad aproximada de entre 57.000 a 115.000 kilómetros por hora. 
 
El impacto creó en cuestión de minutos un cráter de unos 180 kilómetros de diámetro, conococido actualmente como cráter de Chicxulub, que "licuó" la superficie y levantó enormes cordilleras. El impacto de la explosión produjo un megatsunami y los fragmentos del choque trajeron consigo una lluvia de fuego y rocas. El polvo logró cubrir gran parte de  la atmósfera, extendiendo la oscuridad por el planeta durante semanas o meses, sumiendo al globo en un  profundo "superinvierno". El impacto dio lugar a la extinción masiva del Cretácico-Terciario, en la que desaparecieron el 75% de las especies de animales y plantas de la Tierra, incluyendo a todos los dinosaurios, con la excepción de los parientes de las aves actuales.
 
Según una investigación publicada por científicos de la Universidad de Tohoku, en Japón, si el impacto hubiera ocurrido en otro lugar no habría sido, ni mucho menos, tan destructivo. 
Después de aplicar un complejo modelo matemático han concluido que, si el asteroide hubiera impactado en otra región, los dinosuarios probablemente se habrían salvado. Por eso, hoy en día los seres humanos no gobernarían sobre la Tierra. 
 
La extinción masiva solo era posible si el impacto del asteroide, de 10 a 15 kilómetros, se producía en las zonas naranjas, ricas en hidrocarburos.
 
Kunio Kaiho y Naga Oshima trataron de averiguar qué habría pasado si el asteroide no hubiera caído en la península de Yucatán; si al impactar contra otro punto habría levantado en la atmósfera tantos gases y partículas como para enfriar el clima y causar la extinción masiva de especies animales y vegetales.
 
Un modelo de ordenador realizado con los datos sobre el lugar del impacto simuló qué habría pasado en otros escenarios. Por ello se partió de un mapa temporal que constó de la presencia de hidrocarburos bajo la superficie en todo el globo, y a partir de él lso cespecialistas estimaron la cantidad de cenizas y gases que se habría liberado en distintos puntos de impacto.
 
Así, descubrieron no solo que el lugar donde cayó el asteroide, el cráter Chicxulub, era especialmente rico en hidrocarburos, sino que, de hecho, estas moléculas eran menos abundantes en el 87% de la superficie de la Tierra. Esto quiere decir, según Kunio Kaiho y Naga Oshima, que si el asteroide hubiera caído en casi cualquier otro sitio, habría generado muchas menos cenizas y habría enfriado el planeta mucho menos.
 
Por eso, los dinosaurios podrían haber sobrevivido si no hubiera ocurrido aquella casualidad. Y la evolución de los humanos jamás se habría producido.
 
Por otra parte, la extinción de la especie de no avianos (los avianos se convirtieron en las aves modernas) hace unos 66 millones de años, tuvo un buen número de consecuencias que marcaron el desarrollo de la vida en la Tierra. Una de ellas fue que los pequeños y escurridizos mamíferos de la época cambiaran sus costumbres. Según diversos científicos, los mamíferos solo comenzaron a ser activos durante el día después de la aniquilación de los reyes del Cretácico.ç
 
 
En la actualidad, muchos de los animles de esta especie están activos durante el día, pero en su mayoría carecen de las características que les permiten a los peces, reptiles y aves ser unos depredadores diurnos exitosos: la visión del color, por ejemplo. De hecho, la mayoría de los mamíferos tienen una visión más similar a la de los reptiles y aves nocturnas. En estas observaciones descansa la famosa "teoría del cuello de botella nocturno", que propone que los primeros mamíferos tuvieron que restringir su actividad a la noche para evitar el conflicto con los dinosaurios que estaban activos durante el día. Cuando se produjo la  extinción de los dinosaurios, los mamíferos pudieron moverse al nuevo nicho diurno disponible.
 
Para buscar evidencia directa de esta hipótesis, investigadores del Museo Steinhardt de Historia Natural de la Universidad de Tel Aviv (Israel) y del University College de Londres analizaron datos de 2.415 especies de mamíferos vivos en la actualidad utilizando algoritmos informáticos para reconstruir los patrones de actividad probables de sus ancestros de hace millones de años.
 
En el análisis se utilizaron dos árboles genealógicos diferentes que retratan líneas de tiempo alternativas para la evolución de los mamíferos. Los resultados de ambos muestran que los mamíferos pasaron a la actividad diurna poco después de que los dinosaurios desaparecieran. Este cambio no ocurrió en un instante, sino que involucró una etapa intermedia de actividad mixta diurna y nocturna durante un total de millones de años, que coincidió con los eventos que diezmaron a los dinosaurios.
 
Los simios son los únicos mamíferos que han desarrollado adaptaciones para ver bien a la luz del día. La agudeza visual y la percepción del color de los simios es comparable a la de los reptiles diurnos y las aves, grupos que nunca abandonaron el nicho diurno.
 
Sin embargo,  aún se necesita más investigación para poblar mejor el árbol genealógico de los mamíferos a fin de brindar información más precisa sobre cuándo el comportamiento de las especies cambió de la actividad nocturna a la diurna.
 
Asi que hay que recordarle a Susana Giménez que los dinosaurios si muerieron, pero qe si el gran meteorito hubiese caído en otro lugar los seres humanos estarían todos muertos.