Hay un dato doméstico en el Frente de Todos: desde junio habrá más vacunas que hasta el presente. Y así la idea de una normalidad pospandemia podrá instalarse para cambiar el humor social.
FRENTE DE TODOS
El Plan de Batalla está dispuesto: Vacunas + Pesos
Durante las horas recientes, el Frente de Todos ha demostrado que ya tiene su decisión tomada sobre cómo será el plan electoral para triunfar en los comicios 2021. No deja de resultar una proyección de alto riesgo, inclusive hacia 2022.
La postergación del cronograma electoral es el eje de la campaña electoral 2021 del Frente de Todos: más brazos pinchados el día de la visita a las urnas, partiendo de la certeza de que, finalmente, llegarán las famosas vacunas Oxford AstraZeneca retenidas entre USA y México, que reforzarán las que se consigan Sputnik V y Sinopharm.
La hipótesis consiste en que la vacunación más extendida tranquiliza inclusive a una porción importante de la clase media independiente.
Luego, con las exportaciones agrícolas gozando de mejores precios, la economía no sufrirá las angustias temidas. Esta es la otra convicción del FdT.
Al votante tradicional del Frente se lo reforzará actualizando en todo lo posible los subsidios tal como Asignación Universal por Hijo, un incremento previsional, obra pública desplegada y otros mecanismos posibles de inyección de liquidez.
Es cierto que la suma del combo provocaría el incumplimiento del plan fiscal, sumándolo al incumplimiento de la inflación esperada, pero no hay acuerdo vigente con el Fondo Monetario, motivo por el cual el FdT dice que puede permitirse esa posibilidad.
Entonces, la consigna sería "Vacunas y Pesos".
¿Podrá esta ecuación enviar la inflación a un escalón más abajo de la agenda popular?
La inflación no concede tregua, y provoca un interrogante: cuántos electores resta la estampida de precios respecto de cuántos electores suman las vacunas y los subsidios.
Detener la inflación en todo lo posible obliga a 'freezar' el dólar oficial y las tarifas, y en ese contexto hay que interpretar los comunicados contra lo que se describe como eventuales 'tarifazos'. Tanto del PJ bonaerense como de algunos líderes distritales. Por ejemplo, Martín Insaurralde.
Al respecto, unos creen que será suficiente y otros imaginan que será complicado. La biblioteca luce partida al medio.
La otra certeza que parece tener el FdT es que 'la sangre no llegará al río' con Washington DC. Es cierto que en USA no hay simpatía por las tácticas del neoperonismo vigente pero no queda alternativa que la tolerancia hasta después del comicio.
Es difícil comprender por qué motivo para el Frente de Todos luce tan complicada la elección de medio término ante una oposición desorganizada y con limitaciones financieras importantes.
La única explicación posible consiste en el impacto de los incumplimientos de las promesas de vacunación y las secuelas de larga cuarentena 2020. Cicatrizar esas heridas obligaría a incurrir en los nuevos desajustes que no ocurren sólo por deflacionar el tipo de cambio y las tarifas, sino porque prolongan el desarreglo en la estructura de precios relativos.
Sin embargo, dado que la prioridad es ganar los comicios tanto en Provincia de Buenos Aires como en los otros territorios de demografía más densa, el FdT afirma que serán temas a abordar a partir de diciembre 2021, cuando al cumplir 2 años de gestión se espera que Alberto Fernández reordene su gabinete de colaboradores rumbo al comicio 2023.
El FdT cree que ese nuevo gabinete debería expresar la verdadera distribución de poder interno y darle más uniformidad al discurso.
Para ese dificilísimo 'día después' pos elección 20211, el FdT confía en que el peronismo siempre dispone de las herramientas necesarias para evitar el colapso social.
Por ejemplo, la inseguridad es otro tema elemental del año electoral pero Sergio Berni sigue siendo el paraguas en el GBA, el personaje de mayor imagen positiva, el político argentino que más nuevos seguidores tuvo en Twitter durante abril.
Es un esquema 'atado con alambre', sin duda alguna. En especial porque, tal como se lo plantea, el FdT acepta que para ganar los comicios otra vez desalentará la inversión privada, en especial la extranjera.
Todo indica que es un precio muy elevado a pagar, en especial en ausencia de generación de nuevo empleo privado.
Además, no es un plan 'blindado' ya que la oposición de Juntos por el Cambio insistirá con la inflación, que no baja y que cada mes genera decenas de miles de familias pobres o que regresan al umbral de pobreza. Siempre la inflación es conflicto social por la transferencia de riqueza implícita.
Luego, el evidente conflicto institucional entre el Ejecutivo Nacional y el Poder Judicial, incluyendo la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Un fallo de la CSJN a favor de la Ciudad Autónoma en el pendiente caso de la coparticipación federal de impuestos que, en forma arbitraria se quitó a la metrópolis, puede resultar disparador de otro embate y promesas de venganzas futuras.
En cualquier caso, haya fallo o se postergue, el FdT no puede ignorar que en 2013 le resultó adverso el debate institucional y el Frente Renovador, con apoyo del PRO, ganó en Provincia de Buenos Aires levantando la bandera de impedir la reforma constitucional para la re-reelección.
La cuestión central pasa precisamente por ahí: si el FdT consigue la mayoría suficiente para cumplir su anhelo de modificar la CSJN, la fricción a la que se someterá la economía tendrá justificación. Pero si no lo consigue, quedará expuesto a un complicadísimo 2022.