El santafecino Agustín Rossi sobreactúa su gesto de prescindencia tras haber sido desplazado del Ministerio de Defensa, por tevé, por su amigo, el presidente Alberto Fernández, quien ya lo había quitado de la jefatura del bloque del Frente de Todos en la Cámara de Diputados de la Nación.
CHIVO DESPEDIDO
Soldado desertor, Agustín Rossi renuncia al sueño del FONDEF
Agustín Rossi sufrió su 2do. desplazamiento a manos de Alberto Fernández. Antes, jefatura del bloque de diputados nacionales FdT; ahora Ministerio de Defensa...
“Ahora voy a tener absoluta libertad”, miente a la prensa el flamante ex titular de la cartera, aunque por dentro él es una pira centelleante.
Rossi creyó haber hecho suficiente mérito político como para atreverse a la aventura de disputar el poder, en su propio distrito de origen, al candidato a senador nacional de Omar Perotti, bendecido por Cristina Fernández Kirchner y también por Alberto.
Muy por el contrario, su gesto fue recibido como una afrenta a la supremacía de la vicepresidenta, única armadora de las candidaturas (y de casi todo lo demás) dentro del espacio kirchnerista. Ahora, Rossi deberá remar solo –y sin apoyo oficial- su precandidatura hacia las PASO.
Soldado rebelde
Fernández, el Presidente, exigió con una declaración pública este miércoles 28/07 que todos los ministros que fuesen candidatos debían renunciar a sus cargos “por razones éticas”.
Enervado, 'el Chivo' Rossi pidió también la dimisión como gobernador de Perotti, para ajustarse a la directiva presidencial.
Lo que Rossi no entiende es que a Perotti, candidato suplente a la banca en el Senado Nacional, lo votaron los santafecinos para ejercer el Poder Ejecutivo de la provincia, mientras que su propia designación como ministro emanó de una decisión presidencial.
Dicen que a Perotti "le pica el coco" su hermano Alejandro, propietario de un Top Five del autotransporte de cargas.
'El Chivo' siente por estas horas una profunda desazón personal. En su rol de soldado kirchnerista, completamente alineado con la causa nac&pop, debió ceder en 2019 su banca de jefe de bloque en la Cámara Baja al heredero de la dinastía K, Máximo Kirchner, y aceptar como compensación su retorno no querido al Ministerio de Defensa del que ahora lo han eyectado.
Apenas llegó le informaron que él tenía mucho por remontar: no habían quedado buenos recuerdos de su primera gestión como ministro, entre mayo de 2013 y diciembre de 2015, ya que durante su mandato se profundizó la caída presupuestaria en la cartera.
Para peor, aquella primera incursión del 'Chivo' será recordada por el robo, aun no esclarecido, de un misil TOW 2 del Escuadrón de Caballería Blindado 1 de Arana, una unidad del Ejército en La Plata, en enero de 2015. Aquel incidente fue la coronación de un período errático para la Defensa Nacional.
La poda
Apenas volvió a asumir como ministro, Rossi debió comer algunos “sapos” importantes. No se la hicieron fácil.
La Jefatura de Gabinete de Ministros le quitó $ 240 millones a ‘Defensa y Seguridad’ y los asignó a ‘Políticas de género, igualdad y diversidad’”, del por entonces prometedor Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad.
Santiago Cafiero atrapó recursos de la categoría “Obligaciones a Cargo del Tesoro” que correspondían a “Asistencia en Defensa y Seguridad”; y se los entregó al programa “Formulación e Implementación de Políticas Públicas de la Mujer, Géneros y Diversidad”.
Aquí hace falta recordar cómo terminó aquel gesto de vaciamiento del (ya languideciente) presupuesto de la cartera de Defensa: A principios de julio, al ministerio que comanda la ministra Elizabeth Gómez Alcorta, caro e ineficiente, le redujeron las partidas destinadas a programas de violencia de género y salud sexual reproductiva, debido a su increíble sub ejecución: en la primera mitad de 2021 había utilizado apenas 24,7% de sus recursos.
Y no porque en la Argentina falte violencia de género, ni necesidad de asistir a las mujeres que son víctimas de agresiones intrafamiliares.
Pero volviendo a la cartera militar, aunque no fue significativa en términos absolutos, aquella increíble transferencia presupuestaria desde la alicaída Defensa hacia las políticas de género fue otro ladrillo más en la pared con la que Rossi chocó en su retorno al rol de ministro.
El santafecino se abocó, entonces, a reivindicar su imagen y remozar la gestión mediante el diseño de una nueva Directiva de Política de Defensa Nacional (DPDN) que reemplazara a la del gobierno de Mauricio Macri, de 2018.
Tras avanzar por un camino tortuoso, que significó marchas y contramarchas tanto a nivel interno del ministerio como con el Comando Mayor Conjunto, el Ministerio de Economía y la Jefatura de Gabinete, finalmente el Gobierno publicó la nueva directiva de Defensa en el Boletín Oficial el 19/07/2021, como ya informó este sitio en los últimos días.
Doctrina de Defensa K
La nueva política de Defensa significa un salto ideológico importante desde su planteo anterior. Dicho en términos simples, el concepto clave a tener en cuenta es qué entiende la República Argentina como “agresión externa”.
Para el gobierno de Mauricio Macri, el país debía repeler cualquier ataque que sufriera su territorio, cualquiera fuese su fuente (un estado nación, una organización terrorista, una fuerza irregular).
El gobierno de Alberto Fernández, en cambio, retomó la doctrina de la anterior Era Kirchner: se entiende como agresión externa sólo a la que provenga de fuerzas regulares de naciones extranjeras.
La sutileza en la diferencia de la definición marca, ni más ni menos, las reglas de empeñamiento que deberán asumir las Fuerzas Armadas en circunstancias de ataque externo.
La gestión Macri adhirió al concepto de “nuevas amenazas” e incluyó como tales al terrorismo, al narcotráfico y al crimen organizado. Según la DPDN de 2018, el instrumento militar podía ser utilizado para repeler ataques terroristas y brindar apoyo logístico a las fuerzas de seguridad en la represión del narcotráfico y de las bandas criminales a gran escala.
El kirchnerismo interpreta que estos son temas de seguridad interna (por lo tanto están alcanzados por la Ley de Seguridad, y no por la de Defensa) y que las fuerzas armadas no deben intervenir en cuestiones de seguridad interior: sólo podrán hacerlo cuando el país sufra un ataque militar de otro estado nación. Fin de la historia.
Malvinas
Tal como ya anticipamos días atrás, de la nueva DPDN se desprende un fuerte énfasis en la recuperación de capacidades para el ejercicio de la soberanía en el Atlántico Sur.
El documento enfatiza que la ocupación del Reino Unido de los archipiélagos de Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur y sus respectivos espacios marítimos e insulares suponen una traba para el ejercicio pleno de la soberanía en esa región estratégica.
La DPDN señala que “la recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes y conforme a los principios del Derecho Internacional, constituye un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino.”
De hecho, es importante que la Argentina supere su patrioterismo malvinero y lleve esta problemática a su justa dimensión: el dominio presente y futuro de los territorios del Atlántico Sur son los que permitirán proyectar poder nacional hacia la Antártida (en 2048 vence el actual Tratado Antártico y varias naciones reclaman soberanía en el mismo territorio que reivindica la Argentina), la disponibilidad de los recursos naturales en pesca e hidrocarburos para su explotación económica, y el dominio y control de la navegación interoceánica.
En otras palabras, la cuestión Malvinas no es una causa romántica ni chauvinista, sino una prioridad geopolítica ligada al posicionamiento de la Argentina en el tablero del poder mundial.
Submarinos
El plan del equipo de Rossi reivindica la necesidad de recuperar las capacidades de defensa para ejercer el patrullaje y soberanía argentinos en los mares australes, a través de la puesta en valor o la adquisición de medios destinados a tal fin. Fija como una prioridad la restauración de sus buques submarinos.
Recordemos que de los tres submarinos con los que contaba la República Argentina, uno se hundió –el ARA San Juan, en una tragedia que se llevó las vidas de sus 44 tripulantes- y los otros dos están fuera de servicio.
Pero no se pueden alcanzar estos logros sin actualizar los vetustos vehículos, naves, sistemas de armas y equipamientos con los que actualmente cuentan las fuerzas armadas. Menos, sin adquirir medios nuevos, de última generación, acorde a los desafíos actuales.
El instrumento militar argentino está encerrado en una larga y profunda crisis que todos los presidentes sin excepciones, desde 1983, ayudaron a profundizar.
Por esto es positiva la iniciativa del Fondo Nacional de la Defensa (FONDEF). El proyecto, que la cámara de Diputados aprobó en noviembre de 2019, con la sanción del Senado se convirtió en ley en septiembre de 2020.
Burocracia
Desde la página web del Ministerio el propio Rossi había calificado a la creación del FONDEF como “un hecho histórico” y explicó que este fondo permitirá “cumplir con la misión principal que le manda la Constitución Nacional y las leyes, que es garantizar la soberanía del país en los tres espacios: aéreo, terrestre y marítimo”.
También “cumplir con todas las misiones secundarias de ayuda a la comunidad que indique el presidente de la Nación en su carácter de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas”.
Según reza la web oficial del Ministerio, los recursos del FONDEF serán afectados específicamente a la recuperación, modernización y/o incorporación de material, de conformidad con lo previsto en el artículo 19 de la Ley 24.948, norma que establece los principios fundamentales de las Fuerzas Armadas, las bases políticas, orgánicas y funcionales fundamentales para su reestructuración.
La ley establece que el destino y asignación de los recursos del FONDEF se efectuará de conformidad a lo dispuesto en el marco normativo de la Defensa Nacional (ley 23.554).
Dinero, bendito dinero
La economista y experta en Economía para la Defensa, Karina Meneghetti, explica en un artículo propio que el FONDEF permitirá revertir la distribución regresiva del gasto de defensa actual, que asigna más de un 85% del presupuesto a gastos de personal, incrementando gradualmente el financiamiento para el reequipamiento de las Fuerzas Armadas, hasta lograr un esquema de distribución más equitativo.
Explica la magister en Gobierno y Políticas Públicas:
En rigor, poco se sabe acerca del uso del FONDEF, debido a la naturaleza secreta de los presupuestos militares. Sin embargo, fuentes incuestionables del área de Defensa aseguran que el fondo está ejecutándose en tiempo y forma, de una manera eficiente.
El medio especializado Zona Militar explica que “en el plano de inversiones atadas a la estructura del FONDEF, la nueva DPDN enumera las siguientes prioridades:
- Sistemas C4I2VR (Comando, Control, Comunicación, Computación, Inteligencia, Interoperabilidad, Vigilancia
- y Reconocimiento);
- Sistemas satelitales de comunicaciones y observación;
- Sistemas no tripulados (terrestres, marinos, submarinos y aéreos) y
- Sistemas de ciberdefensa.”
La definición de estas categorías de inversiones para la Defensa está en línea con las prioridades que fija la nueva DPDN, que hace hincapié en la puesta de valor del desarrollo de I+D para la Defensa y en la recuperación productiva de los astilleros oficiales y la Fábrica Argentina de Aviones.
Resta saber si todas estas definiciones serán instrumentadas o si pasarán a la historia como suaves cantos de sirena, tal como viene ocurriendo en el área de la Defensa Nacional en las últimas décadas. Que al menos se plantee en un documento oficial que hace falta renovar los medios de las Fuerzas Armadas, ya es un avance. Aunque no sepamos si efectivamente el milagro se producirá, o no.
Lo que sí sabemos es que, en todo caso, no será Agustín Rossi, quien diseñó la nueva política de Defensa, quien estará a cargo de ejecutarla. 'El Chivo' ató su suerte a la interna que disputará con el candidato de Cristina en Santa Fe.
Tal como alguna vez enseñaron los mismos artífices del kirchnerismo, en la vida hay que elegir.