Lucas Kwong, profesor asistente de Inglés en el New York City College of Technology, investigó la teoría poscolonial y la literatura victoriana buscando las raíces históricas del odio anti-asiático, en el conflicto con la China de Xi Jinping, y cuyas manifestaciones han ido en aumento durante el último año en la supuesta Gran Democracia estadounidense.
GANAN LOS CONSPIRANOICOS
Xi Jinping, Drácula y el racismo de comunistas y cristianos
Xi Jinping vs. Joe Biden también es un choque entre nacionalistas tanto cristianos como chinos comunistas.
Luego, él utilizó la novela de principios de siglo 20, 'Dracula', para fundamentar su indagación del miedo europeo blanco y el racismo anti-asiático.
Kwong le dijo a Renée Roden, de Religion News Service:
Kwong, quien se identifica como cristiano, cree que los miembros de su fe religiosa en Occidente han contribuido al aumento del racismo anti-asiático, en nombre del nacionalismo.
A su vez, Urgente24 encontró un texto de Foreign Policy que cuenta cómo, en nombre del nacionalismo, en China se persigue al cristianismo.
Esto es muy curioso: el cristianismo, en teoría, es la negación del nacionalismo porque nació global. A su vez, el marxismo comunista persigue una internacionalización a la que China está renunciando.
Carta Abierta
En enero 2021, Kwong publicó su 'Carta Abierta sobre el Racismo Anti-asiático y el Nacionalismo Cristiano', en la que pedía a los políticos que se identifican a sí mismos como cristianos que se arrepintieran personalmente del racismo que estaban o tolerando o promoviendo.
Hasta la fecha, más de 700 personas lo han firmado, entre ellos prominentes cristianos asiático-estadounidenses.
Su Carta protesta contra políticos específicos que se dicen cristianos y que, según Kwong, han avivado el sentimiento anti-asiático o anti-chino.
Kwong dijo que la escribió al leer un tuit de la senadora Marsha Blackburn (Republicanoa / Tennessee), quien escribió: “China tiene una historia de 5.000 años de trampas y robos. Algunas cosas nunca cambiarán”.
Luego, en mayo 2021, la organización no gubernamental Stop AAPI Hate denunció casi 7.000 crímenes de odio perpetrados contra asiático-estadounidenses e isleños del Pacífico, informados solamente desde marzo de 2020.
Si bien las organizaciones cristianas han condenado el racismo y han pedido solidaridad con los asiático-estadounidenses, Kwong dijo que no se prestó suficiente atención a la responsabilidad del cristianismo en avivar el racismo anti-asiático.
Un dato concreto: cristianismo y política se encuentran muy vinculados en el bipartidismo estadounidense, en especial en el Partido Republicano, que a su vez afirma ser intransigente en su nacionalismo. Su líder, Donald Trump, inició de tal manera la ruptura con China que se transformó en un cuestionamiento más allá del Partido Comunista Chino.
Kwong:
Asian American Christian Collaborative coincidió, difundiendo una declaración pidiendo a los signatarios de la Carta Abierta de Kwong que "responsabilicen a los funcionarios electos por sus palabras e inacción" ante el racismo anti-asiático.
En el caso de la Carta Abierta, Kwong abordó específicamente comentarios de Blackburn, del senador Ted Cruz (Republicano / Texas), del representante Paul Gosar (Republicano / Arizona) y otros 11 líderes.
“El arrepentimiento y la transformación van de la mano”, recordó Kwong.
Si el político no se arrepiente públicamente, entonces la carta exige que intervengan los líderes de la denominación religiosa a la que pertenece.
El revés de la moneda
Azeem Ibrahim, profesor de investigación del Instituto de Estudios Estratégicos del US Army War College y director del Newlines Institute for Strategy and Policy en Washington DC, es columnista de Foreign Policy, donde escribió acerca de los controles religiosos en China, tanto de cristianos como de islámicos.
En China, el Partido Comunista Chino no sólo tiene el monopolio de la participación política sino que se arroga el exclusivismo en la interpretación y defensa de los valores de la comunidad.
En el siguiente escalón -al igual que muchos estadounidenses cristianos, pero al revés- el PCCh considera que debe defender el nacionalismo que está en peligro por las religiones extranjeras.
Ibrahim:
"(...) Los controles religiosos han sido parte de la práctica comunista desde la fundación de la República Popular China. Como resultado, las iglesias se dividieron en asociaciones "patrióticas", oficialmente sancionadas si no se las veía bien. El estado de las denominaciones no reconocidas varió, dependiendo del estado de ánimo del gobierno, desde completamente clandestino hasta operar abiertamente pero con cautela.
Las restricciones recientes a las prácticas cristianas comenzaron a intensificarse en 2018, el mismo año en que se firmó el acuerdo con el Vaticano. Desde entonces, se han cerrado muchas iglesias, en su mayoría no autorizadas, pero que incluyen algunos grupos reconocidos oficialmente. Entre 5.000 y 10.000 feligreses cristianos han sido arrestados, algunos clérigos protestantes prominentes han recibido largas condenas de prisión y alrededor de dos tercios de los protestantes de China han recurrido a iglesias clandestinas en un intento de evitar el acoso policial.
Se ha pedido a los funcionarios del gobierno que recopilen más detalles sobre los fieles, lo que alimenta la discriminación en el empleo, especialmente en los puestos oficiales. A todos los niños menores de 18 años se les ha prohibido estrictamente asistir a cualquier tipo de educación religiosa; en teoría, ya es el caso, pero no se ha aplicado enérgicamente de antemano. Ahora se espera que los líderes religiosos dediquen más tiempo a ensalzar personalmente al PCCh y al presidente chino, Xi Jinping, que a atender a su rebaño.
En algunas iglesias, los iconos de Jesús o María ya han sido reemplazados por retratos de Xi. Se abolió la antigua Administración Estatal de Asuntos Religiosos y, en cambio, el manejo de la fe se movió bajo los auspicios del Frente Unido, un grupo que coordina los esfuerzos para coaccionar todas las formas de sociedad civil para los fines del partido. (...)".
Una historia
Fue durante la dinastía Tang, en el siglo 9, cuando el emperador Wuzong buscó limpiar el país de influencias extranjeras. Él embistió contra el budismo -una religión originada en India, o sea en el extranjero-, el cristianismo nestoriano (basada en el Patriarca de Constantinopla) y el maniqueísmo.
En el siglo 19, la dinastía Qing elaboró el discurso de que las religiones "extranjeras" intentaban destruir el imperio chino, durante el período que los historiadores chinos llaman el "siglo de la humillación".
Habrá que convenir que los países occidentales, en teoría cristianos, tuvieron conductos horribles en China, comenzando por el estímulo del consumo del opio.
Pero hoy día el presidente Xi Jinping pareciera tener un enfoque regresivo sobre todas estas cuestiones e incluyó al Islam en su ofensiva, a causa de lo que sucede en la región occidental de Xinjiang, donde el Partido Comunista China considera peligrosos a los islámicos chinos que residen hace mucho tiempo en ese lugar.
Al menos 1 millón de personas encerradas en campos de “reeducación” diseñados para borrar su identidad étnica y religiosa mediante el adoctrinamiento y la tortura, destruye cualquier fundamento que intenta Xi en nombre de la autodefensa cultural china.
Es posible estimar en China 100 millones de cristianos, que superan a los 90 millones de miembros oficiales del Partido Comunista Chino.
Algunas estimaciones, quizás demasiado optimistas, especulan con 250 millones de cristianos en China para 2030.
El liderazgo chino estudió intensamente la caída de la URSS y es muy consciente del papel que tanto la fe católica como la protestante contribuyeron al colapso del comunismo en Europa del Este.
Ibrahim: