Conspiranoicos elucubran convertir a QAnon en una religión

Desde su creación en 2017, QAnon ha hecho metástasis rápidamente, infiltrándose en la política estadounidense, la cultura de Internet y ahora, la religión. Desde su creación en 2017, QAnon ha hecho metástasis rápidamente, infiltrándose en la política estadounidense, la cultura de Internet y ahora, la religión.

Según QAnon, Donald Trump trabajaba en secreto para detener una banda o asociación ilícita sexual pedófila dirigida por las élites políticas y de Hollywood que algún día se revelará durante un evento apocalíptico conocido como La Tormenta.

Durante la pandemia, el contenido relacionado con QAnon se ha disparado en línea, creciendo casi un 175% en Facebook y casi un 63% en Twitter, según un grupo de expertos británico.

Aunque las teorías de la conspiración de QAnon son infundadas, alegan que un actor famoso es un traficante sexual secreto y un demócrata destacado participó en rituales satánicos... y hay gente que lo cree a pie juntillas.

El FBI (Federal Bureau of Investigations) ha calificado a QAnon como una amenaza terrorista nacional y un memorando interno del FBI advirtió que "las teorías de conspiración marginal muy probablemente motiven a algunos extremistas nacionales, total o parcialmente, a cometer actividades delictivas ya veces violentas".

Facebook finalmente se comprometió a prohibir el contenido de QAnon y YouTube anunció que está "eliminando más contenido de teoría de la conspiración utilizado para justificar la violencia del mundo real", incluidos los videos de QAnon.

Aún así, algunos conservadores cristianos se están enamorando de las desquiciadas conspiraciones de QAnon, que incluyen un cuestionamiento tanto a las cuarentenas y aislamiento social preventivo como a la propia vacunación contra COVID-19.

La religión y la vacuna

Michelle Boorstein, editora de Religion en The Washington Post, advirtió al respecto:

Desde el comienzo de la pandemia, ha habido un enfrentamiento entre las libertades personales y la integridad corporal por un lado y la obligación de proteger la salud y la vida de los demás por el otro. Además de eso, ha habido un montón de información errónea sobre el coronavirus y las vacunas. Desde el comienzo de la pandemia, ha habido un enfrentamiento entre las libertades personales y la integridad corporal por un lado y la obligación de proteger la salud y la vida de los demás por el otro. Además de eso, ha habido un montón de información errónea sobre el coronavirus y las vacunas.

Con evidente demora, ocurrió la reacción de los medios de comunicación, de los líderes religiosos y las organizaciones educativas, intentando instalar que vacunarse es demostrar respeto por la vida.

Sin ir muy lejos, el papa católico Francisco ha denunciado lo que él llama "desinformación sobre vacunas" y "negación suicida" entre las personas que no reciben la vacuna.

Pero los antivacunas han izado el lema de los pro-aborto: "Mi cuerpo, mi elección", y así armaron una confusión considerable.

Según Boorstein, los estadounidenses más religiosos y políticamente conservadores dicen que su derecho a la autonomía corporal se viola cuando se les dice que usen una máscara o se apliquen una vcuna, mientras recitan el lema que tanto cuestionaron como militantes del grupo pro-vida.

En este escenario, la gente de #WWG1WGA (hashtag de QAnon que traducido del inglés al español es: "A donde vamos, uno, vamos todos") abundaron en contenidos conspiranoicos que han logrado un impacto duradero, considerando la cantidad de estadounidenses que no se han vacunado, y quedaron expuestos a la contagiosa variante Delta del nuevo coronavirus, y otras nuevas cepas que están llegando.

QAnon insiste en que se trata del mayor engaño político y la más grave campaña coordinada de desinformación de los medios de comunicación masiva en la historia, y por algún motivo cristianos blancos que apoyaron a Trump en el pasado, resultan muy funcionales a QAnon, o terminan simpatizando con esta ola negativa.

Han ocurrido cientos de casos que se parecen al del pastor John MacArthur, de California, un evangélico influyente que reclamó el derecho a continuar con los servicios en el interior de su iglesia Grace Community insistiendo en que "no hay una pandemia".

O el movimiento, dirigido por el Ministerio del Reino Omega con sede en Indiana, para fusionar QAnon y el cristianismo, con textos de la Biblia y Q, leídos en los servicios religiosos.

"Si recién está aprendiendo sobre QAnon y El Gran Despertar, este es el lugar adecuado para usted", se lee en el sitio web del ministerio.

La religión Q

Paul Anleitner, un pastor evangélico en Minneapolis, dijo que la influencia de QAnon le provoca angustia por su fortaleza. También porque:

Está separando a las familias, alejando a la gente del evangelio y creando desconfianza entre las personas que buscan la verdad. Está separando a las familias, alejando a la gente del evangelio y creando desconfianza entre las personas que buscan la verdad.

Algunos seguidores ven los mensajes de QAnon como textos sagrados, dijo Brian Friedberg, investigador de la Escuela de Gobierno Kennedy, de Harvard, que ha estudiado el movimiento. Sin duda que esto se llama o ignorancia o perversión.

Según la visión religiosa de QAnon, Q es un profeta posmoderno, las "gotas Q" (sus mensajes) son textos sagrados y Trump es una figura mesiánica que volverá para conjurar "La Tormenta", una revelación apocalíptica que expone a los malhechores.

Esto quiere decir -dicen algunos, no todos- que hay un intento de militantes tan conservadores como devotos de o reconvertir o amplificar a QAnon como o una secta o una iglesia.

Inicialmente, QAnon apostó por el combo nacionalismo y ética. Ahora intenta sumarle cristianismo.

Algunos conocedores de la trama y de las cuestiones religiosas dicen:

Es sencillo desnudar a QAnon porque bastaría con preguntarse dónde está su amor y cuáles son sus frutos. Es sencillo desnudar a QAnon porque bastaría con preguntarse dónde está su amor y cuáles son sus frutos.

El engaño

Sin embargo, hay muchos religiosos que se dejan llevar por otros conceptos, más coyunturales y hasta banales. Park Neff, quien tiene una maestría en Teología y un doctorado del Seminario Bautista de Nueva Orleans, le dijo a CNN, acerca de QAnon: "Parecía ser un pensamiento conservador bueno y sólido".

Su esposa, Sharon Neff, dijo que no veía contradicciones entre QAnon y el cristianismo:

Lo que me impactó es la idea de avanzar hacia un gobierno global, y eso en realidad va de la mano con la creencia cristiana sobre el fin de los tiempos. Lo que me impactó es la idea de avanzar hacia un gobierno global, y eso en realidad va de la mano con la creencia cristiana sobre el fin de los tiempos.

QAnon, al igual que muchos evangélicos ultraconservadores y políticamente comprometidos, está obsesionado con un ajuste de cuentas grandioso y apocalíptico que separará el bien del mal.

En verdad, la mayoría de los cristianos creen en el Gran Despertar y el Movimiento Final, y tergiversando el quién, el cómo, el qué y el cuándo, QAnon procura, abusando de la buena fe de muchos, reciclar el fervor que en su momento llevó a Trump al poder.

La persona apodada 'Travis View', anfitrión de "QAnon Anonymous", un podcast que busca explicar el movimiento, destacó que QAnon menciona con insistencia la trata de niños ("Save the Children") y utiliza temas cargados de emociones -el caso de los niños que sufren-, para provocar empatía desde grupos religiosos que han trabajado en el tema durante años.

"Es una táctica de reclutamiento", dijo Travis View (seudónimo usado por seguridad personal).

Las personas que comienzan con 'salvar a los niños' no se quedan ahí, y ese es el problema. Es como Alicia en el país de las maravillas. Siguen al conejo y entran en un marco de realidad totalmente diferente. Las personas que comienzan con 'salvar a los niños' no se quedan ahí, y ese es el problema. Es como Alicia en el país de las maravillas. Siguen al conejo y entran en un marco de realidad totalmente diferente.

Algo más:

Es una operación de desinformación que se ha escapado del control directo de quien la inició. Es una operación de desinformación que se ha escapado del control directo de quien la inició.