Finalmente, BYD adelantó cuándo comenzará a producir vehículos en Brasil. La automotriz estelar de China se instaló en el país vecino y empezará la fabricación en junio, abriendo una etapa nueva en el rubro a nivel Mercosur y con fuerte impacto interno.
El impacto del anuncio sacudió las estanterías de las automotrices tradicionales que siguen de cerca los movimientos de BYD como un modelo de negocios completamente novedoso y demoledor para la competencia. La actividad de la empresa asiática comenzará en Camaçari, Bahía, antiguas instalaciones de la Ford estadounidense.
El modelo de introducción será el Dolphin Mini, un compacto eléctrico de alta calidad que promete entrar fuerte en el mercado brasileño, con potencial de penetración en toda la región. Se trata de un segmento precisamente abandonado por la mayoría de las automotrices con historia en el Mercosur, que se centraron en la producción de vehículos más grandes y costosos.
La confirmación del puntapié inicial de BYD en Brasil llegó de la mano de Stella Li, la cara visible de la empresa a nivel global. Desde China, la ejecutiva aseguró que el mercado brasileño será una de las grandes apuestas de la marca a nivel global, y una de las primeras fábricas en trasladar el modelo productivo por fuera de Asia.
Brasil se abre al mercado de China
El desembarco productivo de BYD en Brasil representa la puerta de entrada de la empresa a todo el Mercosur. No obstante, su expansión regional dependerá de la evolución de su modelo de producción.
En primera instancia, BYD ensamblará vehículos desarmados en China y enviados a Brasil. Esta condición impediría que los autos fabricados en Bahía entren en el régimen de exenciones del bloque sudamericano.
Sin embargo, una evolución favorable del mercado interno brasileño podría dar lugar a una integración de piezas mayor que permita pensar en un modelo de exportación regional. Entre esos países, Argentina, que actualmente cuenta con una política de incentivo para el ingreso de vehículos híbridos y eléctricos por parte del Gobierno nacional.
En una primera instancia, la planta de BYD en Bahía tendría como objetivo satisfacer la demanda interna. De esa manera, y en el corto plazo, no habría grandes volúmenes de exportación a otros países de la región, incluso aquellos que ya reciben autos fabricados en China.
Mientras tanto, en Argentina
El lanzamiento del BYD Dolphin Mini brasileño está previsto para 2026. Una fecha que parece lejana pero que en términos de producción automotriz es inmediata.
Para el mercado argentino, la llegada de un producto brasileño fabricado bajo el modelo chino y en condición fiscal de “Mercosur” podría cambiar el mapa interno a nivel industrial. Posiblemente se trataría de un producto de bajo costo, lo que dejaría fuera de competencia a la oferta local.
En ese sentido, el Gobierno nacional ha jugado con la idea de empujar las importaciones como método para reducir la inflación en materia automotriz. Eso ha generado tensiones con las terminales locales dentro de un mercado que había entrado en una lógica de aceleración constante de precios.
Así lo reveló el cruce reciente entre el ministro de Economía, Luis Caputo, y la fabricante local Stellantis por una presunta suba intermensual de los precios que la marca adelantó al periodista especializado Horacio Alonso.
Otras noticias de Urgente24
Las elecciones mandan: Fuerte aumento de subsidios para que no se disparen las tarifas
El último informe del Banco Mundial desafía a Vaca Muerta
Tras la baja en los combustibles y la promesa de Caputo, aumentan la luz y el gas