OPINIÓN

2DO. VIAJE DE ALBERTO F.

Con GBA asegurado, Córdoba es el escenario decisivo para Todos

El precandidato presidencial del Frente de Todos, Alberto Fernández, señaló: "En mí tienen un compañero. No entiendo bien qué es lo que ha pasado, pero no se puede pensar una Argentina sin Córdoba, es demasiado importante”. Junto al jefe del bloque de senadores del PJ, Carlos Caserio, más de 60 intendentes y legisladores provinciales de la zona centro y Punilla, él afirmó: “Miren dónde caímos. Caímos en un lugar donde el gobierno nacional celebra usar a la Gendarmería porque no cree en las escuelas. Esto de lo que les estoy hablando habla de la decadencia en que hemos caído. Pero ¿saben cómo se cambia esta decadencia? Cuando en octubre votemos y digamos basta a tanto oprobio. Y quienes han matado la economía nos quieren hacer creer que los que trabajan tienen que perder derechos”. El autor estaba en el acto, y escribió lo siguiente:

La diferencia de votos que recibió el por entonces jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, en la 2da. vuelta de las elecciones presidenciales realizadas el 22/11/72015 en la provincia de Córdoba fueron decisivas para el triunfo de la fórmula de la ex alianza Cambiemos, que competía con el binomio que lideraba el por entonces gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli.

En Córdoba, Macri obtuvo 1.546.831 votos (71,52%) mientras que Scioli alcanzó a 616.002 votos (28,48%). La diferencia fue de 930.829 votos.  

Esta contundente victoria de Macri, en noviembre de 2015, definió su triunfo en el país. En Córdoba esto tuvo consecuencias.

En aquel 2015, Scioli casi no tuvo el apoyo del peronismo de Córdoba, que estaba enfrentado a Cristina Fernández de Kirchner

Mauricio Macri consideró que Córdoba era 'territorio propio', y obviamente privilegió semejante posibilidad;  en 2019 otra vez recurre a Córdoba como una cantera de sufragios con los cuales compensar el resultado adverso que obtendrá en el Gran Buenos Aires.

Por lo tanto, la clave de la elección para el binomio Fernández / Fernández es asegurar su triunfo en el GBA, y descontar en Córdoba.

Alberto Fernández estuvo ya dos veces como precandidato presidencial en la provincia cuyo gobernador, Juan Schiaretti, tiene un vínculo cercano con Macri pero no adhirió al ex Cambiemos, arrasó en el comicio local y así obtuvo su propia reelección, intentó liderar el ex movimiento Alternativa Federal y, finalmente, se declaró prescindente para el capítulo presidencial.

En esta oportunidad, Alberto -quien para cumplir lo formal ya había visitado a Schiaretti la vez anterior-, se dedicó directamente al proselitismo, sin el gobernador.

Crisis

Fernández consideró que cuenta con un escenario lamentablemente propicio. Los números de las actividades económicas e industriales son negativas. 

La industria automotriz atraviesa su peor momento, con plantas fabriles paralizadas y miles de operarios suspendidos. 

El comercio cae en forma estrepitosa con miles de comercios que cerraron sus puerta en estos últimos tres años. 

El agro registró una importante cosecha pero no ha recuperado la tasa de rentabilidad de otrora. Mejor no hablar de la industria láctea, en colapso.

Por lo tanto, es casi una obviedad que los Fernández tienen ya el doble de sufragios que tuvo Scioli en la 1ra. vuelta de 2015, y se encuentran 5 puntos porcentuales arriba de lo que él consiguió en el balotaje. Pero no es suficiente para "asegurar Córdoba".

En Córdoba, 1 de cada 3 habitantes es pobre. La Dirección General de Estadísticas y Censos de la Provincia informó que el porcentaje de pobreza creció al 33,7% en el Gran Córdoba. Es decir, suman 552.000 personas, incluyendo a quienes están bajo la línea de indigencia. Ahí quiere trabajar el peronismo cordobés.

De la Sota

Fue José Manuel De la Sota quien inició la búsqueda de entendimientos con todo el peronismo. De la Sota ambicionaba la unidad, y por supuesto que no entendía dejar afuera al kirchnerismo del peronismo.

“Hay que hacer el esfuerzo para que el peronismo vaya unido en las próximas elecciones presidenciales”, dijo una y otra vez a quien quisiera escucharlo.

En la última reunión que tuvo con Máximo Kirchner, le dijo: “Las diferencias que tuve con Cristina fueron políticas no personales”, y luego le aclaró: “Mi límite es un nuevo gobierno de la derecha conservadora liderada por Mauricio Macri”.

Por lo tanto, el peronismo de Córdoba, que aún tiene en De la Sota a su figura más prestigiosa y popular, tiene un mandato muy concreto de parte de quien falleció tan prematura como abruptamente.

Hoy, el senador nacional Carlos Caserio, presidente del bloque de senadores nacionales peronists, es el principal referente del proselitismo que levanta la precandidatura presidencial de Alberto Fernandez en la provincia de Córdoba. 

Caserio, ademas, es el presidente del Partido Justicialista de la Provincia de Córdoba; y es el principal interlocutor entre intendentes y dirigentes del Peronismo cordobés.

Él se aseguró la presencia, junto a Alberto Fernández, de intendentes tales como Gastón Mazzalay (Malvinas Argentinas), Pedro Ciarez (Malagüeño), Marcelo Eslava (San Francisco del Chañar), Rubén Passero Garay (Reducción), Rubén Moine (San Basilio), Natalio Graglia (Villa Nueva), Martín Gill (Villa María), Rodrigo Rufeil (La Calera) y los legisladores Walter Saieg, Gustavo Eslava, Tania Kyshakevich y Mariana Caseiro. También estuvo la dirigente sindical de Gráficos, Hilda Bustos.

“Casi todos los intendentes del peronismo cordobés ya se han manifestado a favor de Alberto Fernández. Schiaretti es un gran gobernador, hay que darle tiempo y seducirlo para que nos acompañe”, afirmó Caserio.

Al final, él agregó: “El gobierno de Macri es un desastre, vamos a un precipicio, las pymes se caen a pedazos”.

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