Javier Milei empezó a confirmar algunos de los nombres que integrarán su gobierno si logra consagrarse Presidente en alguna de las instancias electorales que restan, es decir, los comicios generales del 22/10 o el eventual balotaje, previsto para el 19/11. El anuncio que ha suscitado mayor atención es el de Emilio Ocampo como titular del Banco Central. Ocampo es defensor del proyecto de dolarización de la economía con el que el libertario, estiman los analistas, logró seducir a buena parte del electorado que lo ubicó al tope de las preferencias en las PASO de agosto. Junto a Nicolás Cachanosky, Ocampo escribió el libro “Dolarización: Una solución para la Argentina” en el que sostiene que la propuesta es “adoptar el dólar como moneda de curso legal, permitir libre competencia de monedas y reformar el sistema bancario de manera que el poder político no puede confiscar más los ahorros de los argentinos”. En este esquema, explica, el dólar “sería el numerario (o unidad de cuenta) y la moneda con la que se pagarían los impuestos” pero al mismo tiempo “los argentinos tendrían plena libertad para celebrar contratos en cualquier moneda –tanto fiat como cripto– y podrían utilizar aquel medio de pago que juzguen más conveniente para su actividad económica”.
PANORAMA
Corte a la dolarización
El presidente de la Corte Suprema advirtió sobre las limitaciones constitucionales de la propuesta libertaria y generó un chispazo con Javier Milei.
Javier Milei y Horacio Rosatti.
Milei presentó a Ocampo, un académico de la ultraliberal UCEMA con una carrera en el mercado financiero en Nueva York y Londres, no sólo como la persona que liderará en su eventual gobierno al BCRA sino, según sus palabras, el que lo cerrará. Fue una forma poco sutil la del líder de La libertad avanza de responderle al presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, quien había advertido sobre la inconstitucionalidad de la dolarización de la economía si es que esto implica la desaparición del peso. En un texto publicado en junio, Ocampo sostuvo que bajo la propuesta dolarizadora “la única moneda que no podría existir en el sistema bancario sería el peso” como supuesto antídoto contra la eventual intención de un gobierno de confiscar ahorros. Por otro lado, el cierre del Banco Central que pregona Milei implicaría la desaparición de la moneda nacional ya que se trata de la institución que la emite. En una entrevista concedida al diario madrileño El País, Rosatti sostuvo que “si una dolarización elimina la moneda argentina, es inconstitucional”.
Ocampo respondió que “la única obligación que la Constitución Nacional le impone al Congreso es proveer lo conducente a la defensa del valor de la moneda”. Milei, por su parte, recurrió a lo que es a esta altura un latiguillo de su discurso que es comparar toda regulación del Estado en materia económica con un “robo”. En esa línea le exigió al presidente de la Corte Suprema que “explique por qué robar está bien”.
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No es la primera vez que Rosatti expresa las limitaciones constitucionales de la dolarización entendida como la eliminación de la moneda nacional. Lo había hecho en un ciclo del Grupo Clarín en mayo cuando advirtió que el Artículo 75 de la carta magna impide la sustitución de la moneda nacional por una extranjera. “Hay un mensaje que está en nuestra norma fundamental”, dijo aquella vez. Hubo quienes observaron que los comentarios del presidente de la Corte estaban adelantando su opinión ante la posibilidad de que el caso llegue hasta el máximo tribunal de Justicia si es que Milei se convierte en Presidente e impulsa su promesa de campaña. Sin embargo, en la misma entrevista con El País, el juez aseguró que su postura ya constaba en fallos judiciales. Por caso, circuló en los últimos días la acordada de la Corte que en octubre de 2022 le reconoció a la empresa Telefónica la devolución de unos $400 millones en concepto del impuesto a las Ganancias al corroborar que la inflación “puede generar alícuotas efectivas confiscatorias y, por ende, tributaciones carentes de sustento”. En su voto, Rosatti señaló que "a la potestad constitucional de fijación del valor de la moneda como expresión de soberanía (art. 75, inc. 6°), le sigue un correlativo deber de igual carácter de promover y defender ese valor (art. 75, inc. 19)".
El cruce entre Milei y Rosatti supone el primer chispazo entre el libertario y la Corte Suprema con la que hasta ahora se había mostrado en cierta sintonía: afirmó que su deseo es que el Poder Judicial tenga independencia económica, propuso que la designación del ministro de Justicia sea en acuerdo con el máximo tribunal y rechazó el juicio político que Unión por la Patria intenta en el Congreso contra los supremos. Esos guiños se podrían interpretar como una necesidad frente a la posibilidad de que la Corte se convierta en un límite infranqueable para algunas de las reformas que un posible gobierno libertario intente llevar a cabo. Rosatti ya dio señales en lo que respecta a la dolarización. Curiosamente, el kirchnerismo, que impulsa la acusación contra todos los integrantes del tribunal, sería uno de los interesados en que las medidas de un eventual gobierno libertario no prosperen. ¿Podría sumarse Milei a la cruzada oficialista contra la Corte en el Congreso? Si el líder de La libertad avanza entiende que para Rosatti “está bien robar”, podría encontrar allí un causal de remoción. ¿Podría Milei, en caso de ser Presidente, sumar los diputados y senadores que tendrá después del 10/12 a los que queden del actual oficialismo para remover a algún juez de la Corte? Tal vez el kirchnerismo se encuentre frente a un dilema mayúsculo en ese caso.
Claro está que muchos de esos interrogantes se resolverán a partir del resultado que arrojen principalmente las elecciones de octubre, que es cuando se definirá la composición del próximo Congreso. El panorama que se anticipa es el de una fragmentación que impedirá que cualquiera de las fuerzas logre una mayoría automática. Luego estará el interés que pueda tener el presidente de turno en avanzar contra la Corte, que no está hasta el momento en la agenda de Milei ni mucho menos en la de Patricia Bullrich. Y Sergio Massa evitó defender el intento de juicio político cuando fue consultado en una entrevista en LN+.
Son elucubraciones sobre el futuro. Actualmente, el oficialismo sigue impulsando el juicio político por presunto mal desempeño. No sólo eso: propondría una colisión directa con el máximo tribunal al buscar darle un nuevo acuerdo en el Senado a Ana María Figueroa, quien, según un fallo unánime de la Corte, dejó de ser jueza en el momento en el que cumplió los 75 años. A ese cese le siguieron en la Cámara de Casación, donde Figueroa actuaba, los fallos que ordenaron que Cristina Kirchner vaya a juicio oral por las causas Hotesur-Los Sauces por presunto lavado de dinero y por el pacto con Irán por el atentado a la AMIA, en las que la Vice había sido sobreseída sin que se celebrara el proceso que ya estaba elevado. La respuesta inmediata de la Vicepresidente fue anunciar una reaparición pública que se consumó este sábado. “Me quieren presa o muerta” fue, sin embargo, la única alusión a su situación judicial, pero ya fuera de la conversación que tuvo con el militante Pedro Rosemblat.
La Vice habló en la presentación de la reedición de un libro con conversaciones entre Néstor Kirchner y Torcuato Di Tella, en la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), una institución ligada al sindicalista Víctor Santamaría. Allí justificó su silencio tras el resultado de las PASO al afirmar que había pronosticado el resultado. “Dije que iba a ser una elección atípica de tercios”, recordó. CFK habría llegado a esa convicción por un trabajo del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG), una institución que sigue la política de la región y que dirige el economista español Alfredo Serrano Mancilla, muy bien ponderado en el kirchnerismo y de permanente consulta en ese sector. En su encuesta de mayo, el CELAG anticipó que Javier Milei obtendría el 29% de los votos y que UP sacaría el 26%, muy cerca del 27% que finalmente obtuvo. A Juntos por el Cambio le adjudicó un 24,6%, pero ofreció una alternativa radical por fuera de la coalición opositora que le habría restado en la medición puntos a ese 28% que logró en las PASO.
Hasta las manos de Cristina Kirchner habría llegado la más reciente encuesta del CELAG, relevada durante septiembre. La misma muestra a Milei y Massa en un empate técnico, con el libertario aventajando al ministro de Economía por un punto (33,2% vs. 32,2%). Bullrich, en tanto, queda relegada a un 3er puesto, con el 28,1%. Pero si se ajustan los resultados por el margen de error (+/- 2,2%), la encuesta vuelve a mostrar un escenario de paridad que pone en duda quiénes disputarían el balotaje, aunque a priori -y a un mes de los comicios- esos lugares parecen corresponderles al candidato libertario y a Massa. ¿Estará observando lo mismo CFK? El ministro de Economía tiene un problema: según expone la encuesta, el 32% de los consultados lo relacionó directamente con la palabra “fracaso” mientras que otro 23% lo hizo con la palabra “desconfianza”. Hay un dato más, alarmante para Massa: un ínfimo 1,6% de los consultados respondió que su situación económica fue mejor durante la presidencia de Alberto Fernández en comparación con el resto de los mandatos desde la recuperación de la democracia en 1983. Se ubicó apenas por arriba del inconcluso período de Fernando de la Rúa, en la inminencia de la crisis de 2001 . Debe haber sido por eso que el ministro candidato salió a hundir al Presidente con el recuerdo de la foto de Olivos como símbolo de su escasa empatía con él.
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