SALUD

Alimentar el cerebro: qué comida elegir para su buen funcionamiento

Privarnos de nutrientes reales puede tener efectos perjudiciales en nuestra salud emocional, cognitiva y física.

Las bacterias intestinales pueden actuar sobre el eje intestino-cerebro para alterar el control del apetito y la función cerebral como parte de la génesis de los trastornos alimentarios. El eje intestino-cerebro, conectado vía neuronal, hormonal, y las vías inmunológicas, es un sistema de comunicación bidireccional que se reconoce inicialmente por su papel en la regulación de la función digestiva y la ingesta de alimentos.

Los efectos de las bacterias intestinales en nuestro cerebro y cuerpo.

Los microbios intestinales son necesarios para el funcionamiento normal del cerebro, y los efectos de las bacterias intestinales en el comportamiento están mediados principalmente por sus acciones en el eje hipotalámico-pituitario-adrenal (HPA), un sistema neuroendocrino importante que regula la respuesta a factores estresantes tanto psicológicos como físicos. Se ha demostrado que el estrés social crónico (alteración social por cohabitantes agresivos) y el estrés en la vida temprana (separación materna) alteran la diversidad y composición de la flora intestinal en roedores. 

Deficiencia de nutrientes y niebla mental

Privarnos de nutrientes reales puede tener efectos perjudiciales en nuestra salud emocional, cognitiva y física. La desnutrición no solo consiste en la falta de alimentos, sino que también se asocia con el agotamiento de las comidas integrales y equilibradas de nuestro cuerpo. Cuando negamos a nuestro cuerpo calorías y nutrientes saludables, estamos matando de hambre a nuestros cerebros.

Nuestros tiempos de reacción se vuelven más lentos, nuestra memoria a corto plazo no es tan aguda, nuestra capacidad de atención se acorta y nos sentimos fatigados, distraídos e irritables, todo lo cual puede afectar nuestra vida personal y profesional, afectando nuestro estado de ánimo, relaciones y flujo de trabajo.

Además de los destrozos emocionales y mentales, también estamos potencialmente dañando nuestros cuerpos cuando nos privamos de nutrientes o llenamos los platos con calorías vacías. La diabetes, las enfermedades cardíacas, la obesidad, la osteoporosis, la anemia y la caries dental están directamente relacionadas con la mala nutrición.

Pasos sencillos para alimentar su cerebro

Elegir una alimentación saludable puede mejorar la función cognitiva. A continuación, se muestran algunas formas de comenzar.

1. Disfrute de su comida.

La comida no solo debe nutrir nuestro cuerpo y ayudar a agudizar nuestra mente, sino que también debe brindarnos una sensación de disfrute. Cuando disfrutamos de nuestra comida, la dopamina se libera en nuestro cerebro, lo que nos da una sensación de placer.

2. Coma el arcoíris.

Imagínese si puede tener todos los colores del arcoíris en su plato: tomates rojos, espinacas verdes, cebollas moradas, arroz integral, yemas de huevo amarillas, etc. Cuando tenemos un plato lleno de verduras, carnes y cereales de colores, estamos alimentando nuestro cuerpo y nuestra mente lo mejor que podemos.

3. Limite la alimentación emocional.

No hay nada mejor después de un día estresante o una experiencia emocional que sentarse en el sofá, sumergirse en medio kilo de helado y servir una copa de vino. Alimentar nuestras emociones con comida está bien hasta cierto punto, pero esto puede ser una pendiente resbaladiza peligrosa. Si usamos continuamente la comida como un mecanismo de supervivencia o una muleta emocional, podemos desarrollar fácilmente una mala relación con la comida y nuestro cuerpo, lo que potencialmente nos lleva a desarrollar un trastorno alimentario. 

4. La comida es una conexión social.

La comida es una de las mejores formas de reunir a extraños y amigos. Sentarse a la mesa y compartir una comida es una forma internacional de vinculación. Invite a sus amigos para que lo ayuden a preparar la cena. Intente compartir más comidas con amigos y vecinos, y se sorprenderá de cómo crecerán sus relaciones.

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