CANDIOTI, 1ER. GOBERNADOR DE SANTA FE

"Príncipe de los gauchos" y el más millonario del Río de la Plata

Francisco Antonio Candioti nació en la provincia de Santa Fé el 23/08/1743, cuando ésta era parte del Virreinato del Río de la Plata. Hijo de Antonio Candioti y Mujica y de María Andrea de Zevallos, devino en el hombre más adinerado del territorio aunque afincado en Santa Fe, tuvo que lidiar con los porteños.

Tanto su padre Antonio Esteban Candioti y Mujica -hijo de Teodoro Candioti, Mayordomo del virrey del Perú, Carmíneo Nicolás Caracciolo; y de Leonor María de Mujica y Rojas, Camarera Mayor de la Virreina-, como su tío Juan, se dedicaron al comercio. En 1742 Antonio fue designado gobernador de la Serena y Coquimbo en Chile, pero falleció antes de concretar el traslado de su familia.

Francisco Antonio Candioti fue enviado a estudiar a Buenos Aires y de allí, a continuar sus estudios en el Perú, la capital del mayor Virreynato en Sudamérica. Pese a que su madre quería que su hijo fuese sacerdote católico, cuando cumplió 20 años regresó a Santa Fé para unirse al negocio paterno.

Luego de fallecer su padre, fue Francisco el encargado de viajar a Chile y recuperar los bienes dejados por su padre. Entonces, con muy poca edad, recibió mucho poder, era dueño de 1.500 Km2, de 250.000 cabezas de ganado, 300.000 caballos y mulas, y tenía un tesoro de más de 500.000 pesos en onzas de oro importadas del Perú.

La fortuna no pertenecía solamente a su familia y él no se limitó a esperar su herencia sino que trabajó su fortuna de forma notable para acrecentarla.

Decidido a seguir con el legado de la familia, de muy joven comenzó a viajar, a conocer y aprender. Uno de sus primeros negocios fue la venta de mulas en el Perú, luego de un viaje de 6 meses volvió a su hogar con mucho dinero en oro, y el descubrimiento de "la ruta Candioti", un camino que repetiría todos los años en algún momento, a veces más de una vez, se encargaba de transportar al rededor de 6.000 mulas para la venta en el norte sacando riquísimas ganancias de tal negocio, así, comenzó a comprar tierras y expandir su poderío.

Sólo en Entre Ríos tenía 12 estancias, luego adquirió más en la Banda Oriental y en el Brasil, dedicándose a la cría de mulas para su posterior venta en el norte. También tenía tierras y derechos de tierras en Perú y en la ciudad chilena de La Serena. Dicen que los capataces de las estancias eran hijos naturales suyos.

Sus viajes eran meses de travesía, con mucha carga, 40 carretas, 6.000 mulas, 500 bueyes para el relevo en la tracción de las carretas, cientos de caballos y vacunos para el sustento, y 50 gauchos de confianza que lo acompañaban.

En Wikipedia se recuerda el testimonio de Parish Robertson en sus "Cartas desde Sudamérica":

“Un día, después de siesta, medio transformado en santafecino, estaba yo sentado, sin chaqueta y chaleco, con el grupo de familia de Luis Aldao en el zaguán, cuando llegó al tranco de su caballo el caballero anciano más apuesto y lujosamente equipado que habíase presentado a mi vista. Ah! dijo Aldao, viene mi tío Candioti.

A menudo lo había oído nombrar ¿a quién que haya estado en aquel país no le ha sucedido lo mismo? Era el verdadero príncipe de los gauchos, señor de 300 leguas cuadradas de tierra, propietario de 250.000 cabezas de ganado, dueño de 300.000 caballos y mulas; y de más de 500.000 pesos atesorados en sus cofres, en onzas de oro importadas del Perú.

Llegaba a la sazón de una de esas excursiones a aquel país; se sentaba sobre el lomo de un bayo lustroso y potente; decididamente el animal más lindo que yo había visto en el país. Nada más espléndido como caballo y jinete tomados en conjunto, y en relación al estilo gauchesco de montura en boga, se podría encontrar en Sud América.”

El 10/05/1784 fue designado Maestro de Postas y Guarda de la Real Renta, por don Francisco Basavilbaso y luego fue nombrado sargento mayor de milicias, para la protección de la frontera de los indios.

Candioti era muy carismático, y popular entre los gauchos, a los que daba trabajo. Pero también con los indios como los del Chaco, a quienes pagaba peajes por el paso por sus tierras. Conocía a las tribus y por eso, en caso de necesidad, dirigía la defensa conociendo las divisiones entre los indígenas. Además, todos tenían un enemigo en común: los porteños.

Fue Juez del consulado de comercio de Santa Fé y Diputado del Comercio por Santa Fe, en el Real Consulado de Buenos Aires. En 1810 cuando se produjó la Revolución de Mayo, el Príncipe fue uno de los principales activistas, auxilió con sus bienes a la expedición comandada por Manuel Belgrano, y dispuso de sus propios caballos para ser usados por los ejércitos nacionales hasta 1814, entre ellos los del Regimiento de Granaderos a Caballo de José de San Martín.

Más tarde se le fue conferido el título de comandante de Urbanos de Infantería de la ciudad, y aunque el Cabildo santafesino había pedido otorgarle el cargo de teniente gobernador de Santa Fe, en su lugar fue nombrado un español de apellido Ruiz.

Pero 5 años más tarde, el 24/03/1815, Estoquio Díaz Vélez, frente a la invasión de las tropas de José Gervasio Artigas, decidió entregar su mando al Cabildo y huir con sus tropas hacia Buenos Aires.

Candioti se había pasado al federalismo y tenia un diálogo directo con Artigas, a quien le ratificó que él era un aliado pero se negaba a ser un subordinado. El 26/04/1815, Candioti fue electo 1er. gobernador de la provincia de Santa Fe.

Pero 2 meses más tarde, de manera muy sospechosa, él renunció a su cargo ante el Cabildo y la Junta Representativa.

Sin negar su enfermedad -clara y visible ya- para muchos no fue casual que renunciara 48 horas después que el general José Viamonte ingresara en territorio santafesino con la orden de Álvarez Thomas de arrestar al Gobernador.

2 meses de enfermedad y Francisco Antonio Candioti falleció el domingo 27/08/1815, 4 días después de haber cumplido los 72 años de edad.

Al día siguiente fue elegido gobernador Juan Francisco Tarragona, quien de inmediato restableció la obediencia a Buenos Aires. Pero en marzo de 1816, una revolución separó a Santa Fe de Buenos Aires, en forma definitiva.

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