China dio un importante paso hoy (11/2) en materia aeroespacial con el lanzamiento inaugural del Long March-8A, uno de los cohetes espaciales más modernos de ese país. La misión, lanzada desde el Sitio de Lanzamiento Espacial de Wenchang en la provincia de Hainan, comprendió la puesta en órbita de satélites para la constelación china destinada a proveer Internet.
El nuevo hito de China comprende un logro doble. En primer lugar el referido a la ampliación de su capacidad de viajar al espacio, mientras que el segundo está directamente relacionado con las telecomunicaciones.
Respecto a lo primero, el Long March-8A es una versión mejorada de su antecesor Long March-8, que incluye mayores capacidades de carga para el despliegue de satélites en la órbita terrestre. Además, podría ser usado también para misiones científicas y la instalación de agentes en la Estación Espacial de China.
En cuanto a lo segundo, el Long March-8A sería el vehículo estelar para la construcción definitiva de la constelación satelital de Internet de China. Una competencia directa al proyecto Starlink de Elon Musk, al cual el país asiático no tiene acceso en espera de un servicio propio.
En 2025, la serie Long March-8 está programada para llevar a cabo más de 10 misiones de lanzamiento, y el cohete Long March-8A está listo para ejecutar entre 5 y 6 de esas misiones, según autoridades chinas.
China y el espacio comercial
Por otra parte, el Gobierno chino ve el éxito de sus lanzamientos como el crecimiento hacia una inserción en el espacio comercial. En ese sentido, las capacidades de China para ofrecer servicios de órbita tal y como planifica SpaceX podría ser una realidad a mediano plazo.
El Long March-8A sería capaz de realizar vuelos de alta frecuencia, completando proyectos en menor tiempo. Así, el país asiático se podría abrir a contratos con privados para distintos proyectos de órbita, que incluyen telecomunicaciones, ciencia e incluso turismo espacial.