CÓRDOBA. Algunas personas sostienen que en la política, la figura del segundo mandatario en orden de jerarquía (vicepresidente, vicegobernador, viceintendente) es simplemente una figura protocolar que nada tiene que ver con la ejecución real de la política, sino que fue creada por si algo ocurre con el primer mandatario. Nada más alejado de la realidad en la política moderna y aún más en nuestro país.
CONFIANZA POLÍTICA
Schiaretti tiene un director de orquesta en la Legislatura cordobesa
El hombre fuerte del Gobernador de la Provincia de Córdoba ya logró dos conquistas en sesiones polémicas en lo que va del año y va por más. La reforma jubilatoria provincial y el presupuesto 2021, con deuda externa incluida, son las materias donde Schiaretti necesitaba una aprobación rápida, mientras atendía la pandemia y los incendios.
La actuación de la segunda persona encargada de ejecutar, independientemente el nivel de Estado al que hagamos referencia, ha demostrado ser casi tan fundamental como el accionar de quién sostiene el bastón de mando. El antecedente más inmediato y un buen ejemplo para graficar a lo que se hace referencia es el lugar que ocupa la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner, una figura que definitivamente reinventó el puesto que ocupa y asumió un rol decididamente protagónico en la gestión política del actual Gobierno nacional, que en ese caso particular, llega a superar a la figura presidencial.
Similar es el caso de la provincia de Córdoba. El vicegobernador de la provincia serrana, Manuel Calvo, se ha convertido en un hombre clave de la gestión de Hacemos por Córdoba (oficialismo). Si bien en este caso, el Vicegobernador no sobrepasa a su superior, sus movimientos son sumamente importantes para la gestión.
Calvo es un contador egresado de la Universidad Blas Pascal de Córdoba. Con tan solo 43 años, ya ha pasado por numerosos cargos dentro de la gestión del PJ cordobés. Se ha desempeñado como Secretario de Estado de Comunicaciones y Conectividad, Secretario de Gobierno del Ministerio de Gobierno, ministro de Infraestructura, ministro de Gestión Pública y ministro de Agua, Ambiente y Energía del Gobierno de Córdoba.
Oriundo de Las Varillas, una localidad situada en el departamento San Justo de la provincia de Córdoba, a 180 kilómetros al este de la capital provincial, Calvo inició su carrera pública a nivel provincial en 2011. En tan solo 8 años, y bajo la protección del difunto ex gobernador José Manuel De la Sota, el contador alcanzó la vicegobernación de la provincia de Córdoba en 2019 cuando conformó la fórmula Schiaretti-Calvo, que resultó ganadora con más del 50% de los votos en las elecciones provinciales de mayo del mencionado año.
En los últimos meses, Calvo debió facilitarle el camino a un Juan Schiaretti que por momentos, se vio sobrepasado por los problemas que fueron surgiendo en la provincia, como los incendios y la pandemia. La gestión personal de estas situaciones por parte del Gobernador de la provincia de Córdoba, demandó que Calvo resolviera el plano político presidiendo la Legislatura de la provincia de Córdoba. Además, la situación sanitaria mundial y personal de Schiaretti, obligó al Gobernador a resguardarse más de lo que hubiera deseado, por lo que Calvo se tornó en una pieza clave.
Así fue que calvo tuvo la oportunidad de demostrar su eficiencia (a la orden del Gobernador) como segundo al mando. En primer lugar, logró aprobar de manera exprés una reforma jubilatoria que le permitió acomodar la ajustada situación que atravesaba la caja de jubilaciones de la provincia cordobesa. Esta reforma desató la furia de los opositores, quienes consideraron que se trató de un verdadero atropello político ya que el proyecto que se votó fue presentado horas antes de la sesión.
En segundo orden, Calvo logró que se apruebe la primera lectura del presupuesto 2021 de la provincia de Córdoba a pesar de la falta de certezas y datos de cálculo en base a la fluctuación de la gran deuda externa en dólares que la provincia posee con los acreedores (rondaría los 1600 millones de dólares). Esta aprobación también desató la furia opositora ya que consideraron que sin conocer los términos de reestructuración de deuda (actualmente, Córdoba no está en condiciones de responder a los vencimientos vigentes bajo las condiciones originales) es imposible calcular el gasto fiscal del año venidero.
Este problema fue reconocido por Calvo y el bloque oficialista, pero aún así llevaron adelante la votación y se aseguraron la aprobación parcial del proyecto, que tendría que superar una segunda lectura, algo que desde el “Panal” (casa de Gobierno de Córdoba) dan por descontado.
De este modo, el Vicegobernador cordobés logró sostener las vías de la gestión política a pesar de la pandemia. Ante la apertura del horizonte con respecto al sucesor de Juan Schiaretti que transcurre su último mandato como Gobernador, es inevitable preguntarse si Calvo no es uno de los principales candidatos a suceder al “Gringo”.
Estas conquistas legislativas ponen a Manuel Calvo en escena como una futura posibilidad. Si bien la gestión legislativa no es de su exclusiva autoría, es verdad que se encargó (incluso de manera polémica) con creces de que los proyectos sean aprobados. Por el momento, Calvo parece ser más que el vicegobernador, el brazo remoto de confianza que Schiaretti usa para manejar lo que pasa en el detrás de escena de su gestión.