El nuevo esquema de bandas para el dólar arrancó con el pie derecho: los tipos de cambio convergieron hacia el centro del canal, tal como se anticipaba. El dólar oficial (A3500) se ajustó un 11,4% frente al viernes previo, alcanzando los $1.172,83, mientras que las cotizaciones financieras retrocedieron un 6,8%, ubicándose en torno a los $1.170. Así, la brecha se desplomó a su nivel más bajo desde agosto de 2019, antes de la reinstauración del cepo.
DEBUT DE LAS BANDAS
Fin del cepo: Caída del dólar hacia los $1.100 y el regreso del carry trade
Con el debut del nuevo régimen de bandas, el dólar se desploma, la brecha tocó mínimos y los inversores vuelven a mirar al carry trade con buenos ojos.
Sin intervención del BCRA, que dejó actuar al mercado dentro de los márgenes pactados, se respetó el principio de fluctuación libre promovido por el FMI. A la vez, los contratos de futuros mostraron estabilidad, y las tasas implícitas quedaron nuevamente por debajo del rendimiento en pesos.
Condiciones para sostener la calma cambiaria
El diseño del régimen busca prolongar la estabilidad del dólar. En primer lugar, el BCRA suma respaldo inmediato: ingresaron US$ 12.000 millones del FMI, elevando el poder de fuego con un impacto inicial total estimado en US$ 15.500 millones.
En segundo término, el combo de altas tasas en pesos y techo cambiario motiva a los importadores a tomar posiciones de carry trade, al tiempo que empuja a los exportadores a acelerar la liquidación de divisas. Esto ejerce una presión bajista sobre el tipo de cambio.
Además, el flujo de divisas provenientes de la cosecha gruesa acentuará esta dinámica en las próximas semanas, siendo mayo el mes de mayor liquidación agrícola. Finalmente, las limitaciones a empresas restringen la habitual dolarización previa a elecciones, reforzando el control sobre el mercado.
Lo que se esperaba
Desde Facimex aseguran que este nuevo programa ya formaba parte del escenario base delineado en abril. Entonces se anticipaba la eliminación del blend, un retiro progresivo del cepo (algo más acelerado en lo que respecta a personas humanas), y la implementación de bandas cambiarias, aunque con márgenes algo más estrechos de los actuales.
El objetivo era evitar saltos bruscos del dólar y facilitar una transición ordenada hacia la normalización. Las primeras ruedas del nuevo esquema confirmaron este enfoque: el dólar se posicionó más cerca del oficial que de las cotizaciones financieras.
Hacia adelante, se proyecta que el tipo de cambio se acerque al piso de la banda, ubicándose entre $1.100 y $1.200, con una tendencia apreciadora impulsada por el fuerte sesgo contractivo del BCRA. Esta estabilización es clave para una eventual remonetización de la economía.
Aunque el Central podría intervenir dentro del canal para cumplir con metas de reservas netas, la lógica del régimen es permitir un ajuste ordenado y previsible.
Vuelve el carry trade
El renovado esquema de bandas habilita estrategias de carry trade, en especial a través de las Lecap (bonos del Tesoro a tasa fija). La recomendación de los analistas es clara: comprar Lecap cuando el dólar roza los $1.000-$1.100 y venderlas para pasarse a dólares cuando se acerque a los $1.300-$1.400.
Desde Facimex lo describen de forma contundente: “el techo de la banda funciona como un put del BCRA para los tenedores de pesos”. Es decir, marca el límite de pérdidas para las posiciones en pesos medidas en dólares y viceversa.
Bajo este razonamiento, se pueden estimar retornos mínimos en dólares para Lecap y Boncap, considerando un escenario conservador en el cual el tipo de cambio finaliza en $1.000 al vencimiento.
Boncer y Lecap
En este contexto, en Facimex estiman que los Boncer de corto y mediano plazo también ofrecen rendimientos atractivos. El TZX25, con vencimiento en junio de 2025, puede superar a la Lecap S30J5, impulsado por la inflación de abril.
El análisis muestra que tomar duration en tasa fija tiene sentido. En carteras de retorno total, se prioriza el carry apalancado en el techo de la banda, junto con bonos indexados como el Boncap de octubre (T17O5) y los instrumentos de noviembre y diciembre, que ya garantizan retornos positivos.
A su vez, el BCRA liberó parcialmente el acceso al mercado de cambios para repatriar nuevas inversiones extranjeras, siempre que cumplan un plazo mínimo de permanencia de seis meses. La deuda en pesos en manos de no residentes sigue en mínimos: apenas US$ 684 millones al tipo de cambio implícito.
En cuanto a los instrumentos CER, toda la curva comprimió rendimientos a un dígito, cumpliendo con lo esperado. En este terreno, se destaca el valor de los Boncer a 2027 (TZXM7, TZX27, TZXD7) y el DICP, todos con tasas entre CER+9% y CER+10%.
Estrategias de cobertura: ¿Dólar linked o tasa fija?
Las carteras más conservadoras deberían mirar hacia bonos soberanos dólar linked, aunque la reciente suba del A3500 y la esperada estabilidad cambiaria restan atractivo a estas estrategias. Dentro del grupo, resalta el TZV25, con un retorno de A3500+13,7%, por encima de los sintéticos con futuros cortos.
Si bien los futuros desde julio en adelante ofrecen mayores tasas, su escasa liquidez limita su implementación. En suma, el nuevo régimen abre un abanico de oportunidades claras para inversores atentos al timing del dólar y dispuestos a aprovechar el arbitraje entre tasa fija y tipo de cambio.
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