CONFIDENCIAL

Rajoy no acierta con la comunicación...

Estupenda la nota en la web El Confidencial, de Madrid, acerca de qué significa que Mario Vargas Llosa haya rechazado el cargo que le ofreció el gobierno de Mariano Rajoy, al frente del cultural Instituto Cervantes.

 

por ÁNGEL COLLADO
 
MADRID (El Confidencial). La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, se estrenó ayer como coordinadora de comunicación del Gobierno en una conferencia de prensa dedicada a rectificar o matizar a los ministros que llevaban media semana liados en declaraciones contradictorias y un nombramiento fallido. Si los primeros pasos de Rajoy al frente del Ejecutivo son firmes, en el capítulo informativo se suman los patinazos. José Manuel García Margallo quiso adelantar el "fichaje" de Mario Vargas Llosa para presidir el Instituto Cervantes y las gestiones no estaban ni encauzadas.
 
El episodio del Cervantes, que Sáenz de Santamaría tuvo que despachar con un "queríamos al mejor pero no pudo ser", culmina tres días de problemas artificiales y conflictos gratuitos en el Gobierno porque algunos ministros se expresan mal, hablan de lo que no deben o lo hacen sin pensar en los demás miembros del gabinete. Falla la política de comunicación interna y externa.
 
En 1996, cuando José María Aznar ganó las elecciones, el grueso del engrasado aparato del partido se trasladó a la Moncloa y a la mayoría de los Ministerios, lo que aseguró la coordinación entre los departamentos, la jerarquía entre los titulares de las distintas carteras y una política de comunicación común. Esta vez el PP ha orquestado un gabinete de dirigentes y profesionales muy solventes pero algunos de ellos poco acostumbrados a trabajar en equipo. Es la explicación que dan los veteranos ante esos fallos de comunicación que ofrece el Ejecutivo.
 
Margallo llevaba 17 años de eurodiputado en Bruselas, alejado del aparato del partido y del grupo parlamentario. Rajoy le nombró ministro de Asuntos Exteriores porque, además de amigo, es un experto en política europea, en hacienda y en economía. José Ignacio Wert, sociólogo, dejó la política de partido y el escaño de diputado en 1987. Como ministro de Educación y Cultura defiende sus actuales competencias y es ajeno al funcionamiento del PP.
 
Sin definir del todo quién iba a seguir mandando en el Instituto Cervantes, Margallo insinuó primero y confirmó después que el elegido como presidente era Mario Vargas Llosa, pero distaba de estar hecho el fichaje. El dato de que el Gobierno había recurrido a Su Majestad el Rey para asegurarse el "sí" era la última "filtración" que tenía que haberse permitido el Ejecutivo. El gran escritor tuvo su momento de mayor proximidad al PP en tiempos de Aznar (tampoco quiso el cargo) y había hecho en noviembre campaña por UPyD además de dirigir sus críticas contra Rajoy. Al final ha sido que no; queda mal el Ejecutivo y Don Juan Carlos y quien que tuvo que dar la cara, y en conferencia de prensa, fue Sáenz de Santamaría.
 
"El Gobierno siempre busca a los mejores pero las circunstancias no siempre lo permiten", dijo la vicepresidenta del Ejecutivo en tono de disculpa. Ahora tendrá que buscar otra figura de gran calibre para el cargo de la presidencia del Cervantes y otra para la gestión, pues Cultura quiere hacer realidad el modelo planteado en primera instancia para Vargas Llosa.
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Nombramiento ni de profesional ni de partido
 
En el capítulo de la descoordinación y los nombramientos en el gabinete del PP está el caso que afecta a Aena. La ministra de Fomento, Ana Pastor, ha puesto al frente de la dirección de los aeropuertos a José Manuel Vargas, un ex directivo de una empresa de comunicación (Vocento) con un historial corto y poco exitoso. Cristóbal Montoro, responsable general del recorte de gasto en todo el ámbito de la empresa pública, no fue informado de la elección de Vargas, según reconocen en fuentes del equipo económico del PP. El ministro de Hacienda había confirmado la semana pasada que no iba a privatizar Loterías del Estado, pero que la posibilidad de hacerlo en el caso de Aena se podía plantear en un futuro. La trayectoria profesional de Vargas está marcada precisamente por su gestión en la salida a bolsa de Vocento, una de las peores de la historia, como contaba ayer El Confidencial.
 
Aena es una de las principales empresas públicas y la elección para dirigirla de un directivo sin experiencia en el sector estatal ni en el aeroportuario ni conocimiento alguno en la materia ha sentado mal entre los diputados del Grupo Popular adscritos al área económica y profesionales más próximos al PP que han trabajado en los programas correspondientes y que todavía aspiran a desempeñar cargos de gestión.
 
En esta semana de rectificaciones y matizaciones en el área económica no ha habido choques entre Montoro y De Guindos, pero se han hecho un lío ellos solos, cada uno por su cuenta. El primero se pasó al explicar a un diario alemán lo difícil que será para España cumplir el objetivo de déficit del 4,4 por ciento para este año. El periodista interpretó que lo ponía en duda. De madrugada el Ministerio tuvo que desmentir al periódico y ratificar que es un compromiso que el Gobierno cumplirá cueste lo que cueste. Lo mismo tuvo que repetir toda la mañana el departamento. Después tuvo que volver a salir Soraya Sáenz de Santamaría a decir lo mismo desde su cargo de vicepresidenta, con lo que el Gobierno entró en la fase de "rectificar" al ministro de Hacienda.
 
El contrato único que descarta el PP
 
Además, el mismo día y en otro periódico Luis de Guindos se declaraba partidario de instaurar un contrato único en la nueva reforma laboral. El equipo económico de Montoro y la ministra de Empleo, Fátima Báñez, llevan semanas trabajando en ese apartado del nuevo modelo de mercado de trabajo para reducir los más de 40 tipos de contratos vigentes probablemente para dejarlos en cinco, no un contrato único.
 
Otro fallo de comunicación se había registrado la jornada anterior y con el mismo ministro de por medio. En una reunión de trabajo con diputados del PP para preparar el arranque de curso en el Congreso, uno de los parlamentarios reunidos aseguró que De Guindos había dicho que la previsión de decrecimiento para España del Fondo Monetario Internacional era de un 1 por ciento. Según aclararon otros dirigentes que habían asistido a la cita el ministro fue "muy prudente" y evitó dar cifras. Pero sí se manejó en las conversaciones el dato de que todos los analistas daban por hecho el citado de recesión. Y las previsiones del FMI parece que son mucho peores.

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