POLICIALES

EN RAFAELA

Se hacían pasar por empresarios agro, pero en realidad eran proxenetas

Se hacían pasar por empresarios agrarios pero lideraban una red de proxenetismo desde una lujosa mansión. Es un matrimonio de Rafaela, que vivía lleno de excentricidades gracias a supuestas "ventas de granos" hasta que se descubrió que obligaban a mujeres a prostituirse. Explotaban sexualmente a mujeres de entre 23 y 30 años.

Un matrimonio de Rafaela era conocido por sus excentricidades, toda su fortuna se la atribuían a la industria agro, pero todo resultó una mentira y pasaron de ser los empresarios graneros a explotadores sexuales. Vivían como millonarios y ante todos se presentaban como empresarios del campo. Sin embargo, "Corcho" y "Doña Minga" lideraban una red de trata de personas en la ciudad de Rafaela, en Santa Fe. 

Ellos decían que se dedicaban a los negocios agropecuarios, pero en realidad explotaban sexualmente a mujeres en al menos cuatro casas entre las ciudades santafesinas de Rafaela y Rosario.

Luego de 12 allanamientos liberaron a 8 de las víctimas, 2 de ellas de nacionalidad dominicana, que tenían entre 23 y 30 años y estaban cautivas de esta red.

Durante los allanamientos secuestraron todo tipo de armas: una escopeta calibre 16, dos escopetas calibre 12.70, un revólver calibre .38 y un rifle calibre 22. También 119 mil pesos entre la casa quinta y los bares donde obligaban a prostituirse a las mujeres.

La mansión donde vivían los explotadores sexuales

Según se pudo conocer, cada chica era obligada a ejercer la prostitución al mismo tiempo debía pagar mil pesos por semana por el uso de una cama. Y a eso había que sumarle el costo de los profilácticos que utilizaban y el lavado de las sábanas.

La supuesta pareja dedicada a los negocios agropecuarios se paseaba por la ciudad en camionetas Ford Ranger y Dodge. También tenían un utilitario Merecedes-Bez y una Hyundai último modelo. Transportaban un jet ski, periódicamente viajaban con un motor home, mostraban sus motos de agua y el resto de sus vehículos.

“No eran siempre las mismas víctimas, en las escuchas se notaba que las iban rotando. Hablaban del dinero, de que tal no cumplía el acuerdo o que no había pagado un monto acordado, o que 'no hacían caso'. Eso nos dio la pauta que se trataba de una situación de trata: se aprovechaban de la vulnerabilidad de estas mujeres para explotarlas”, informaron en la fiscalía Federal de Rafaela, a cargo de la investigación.

La mansión en la que vivían los tres detenidos constaba de una manzana con parque, pileta, quincho y hasta dormitorios separados para los caseros. Esa fue la primera propiedad que allanó la Gendarmería Nacional con más de 40 efectivos, a la que luego se le sumaron otros doce operativos en la zona.