COMO EN TIEMPOS DE GUERRA

La única ventana que queda para criticar a Maduro en Venezuela

No hay canales de TV críticos, ni emisoras de radio, tampoco está permitido hacer manifestaciones en la parte "oficialista" de la ciudad de Caracas, y ante la falta de pantallas que puedan reflejar el sentir de los venezolanos ante la grave crisis que atraviesa el país, a diferencia de la década de los 80 y 90, ha surgido el Microteatro, un lugar de escape para oxigenar de los problemas del día a día y una importante fuente de empleo para los actores que están prácticamente en la calle por la falta de producciones de ficciones y dramáticos, que en algún tiempo marcó pauta a nivel mundial. Hoy ya no queda nada de eso.

La crisis económica en Venezuela ha hecho que los venezolanos se limiten en muchas cosas para darle prioridad en adquirir los pocos alimentos que se consiguen en el país, así como las medicinas que prácticamente no hay.

Sin embargo, en Caracas un grupo de venezolanos apuestan a la diversión como método para distraer a los ciudadanos de los graves problemas que los mantienen ocupados y preocupados, a través del Microteatro. 

Además, utilizan ese espacio para criticar la nefasta situación en la que tiene sumergida el país a causa de la inacción del Gobierno, pues no aplican medidas para solventar el problema económico que mantienen en merma el bolsillo de los locales.

El Microteatro es una apuesta de diversión, en 15 minutos, en los que un grupo de actores manifiesta diversos temas de la realidad, así como de la ficción. Es una “ventana para decir” lo que ocurre sin censura.

La evidencia de la censura y la ausencia de la libertad de expresión en Venezuela es tal, que solo en 2017 fueron cerrados 69 medios de comunicación por sus claras  posturas antichavistas, informó el presidente del Colegio Nacional de Periodistas de Venezuela, Tineo Guía. No obstante, el Estado no ha podido taparle la boca al teatro ni a sus actores aunque cada día haya menos espacios para realizarlo.

“El teatro ha sido el bastión de los venezolanos en la cultura, somos uno de los pocos eventos que se mantiene por los creadores que siguen y apuestan por el país”, dijo Dairo Piñeres, uno de los organizadores de esta actividad que va en su décima tercera edición.

“Estar acá enfrentando todas las dificultades que sean por dar entretenimiento a los ciudadanos. En el Microteatro puedes encontrar una fauna de obras, estamos metiéndonos en una burbuja, tratando de sobrevivir con el arte”, añadió.

Manifestó que si no hace teatro, se muere: “Sea la dificultad que sea, la crisis que sea, seguiré haciendo teatro al igual que las 200 personas que trabajan acá”.

Sufren los embates de la economía

Para un artista mostrar su arte es más importante que el dinero que puede percibir, pero la situación económica en el país caribeño es cada vez más apretada y de eso no escapa esta rama cultural, donde para armar una escenografía decente deben quitarse el pan de la boca, en algunas oportunidades. 

“Comprar un metro de tela es carísimo. Dejamos de comer algo, de hacer algo para comprar ese metro de tela para que el público y vea algo de calidad. Estamos haciendo magia”, destacó Piñeres.

Aseveró que los actores de teatro está apostando por el país “para salvarlo” de los graves problemas que lo azota. “Tratando de decir las cosas que no podemos decir en la calle porque los periodistas no lo pueden decir, la prensa no lo puede decir, la televisión no lo puede decir”, agregó.

Puntualizó que el teatro dice las cosas que no están bien en el país: “De 30 salas, 20 dicen una frase alusiva a lo que le pasan a los venezolanos y es porque el teatro aún lo expresa y mientras no nos quiten eso, que es nuestra libertad de expresión, seguiremos aquí de pie trabajando para cada espectador venezolano”.

"El ser humano, la vida, la sonrisa de la gente, los proyectos. No he pensado en irme, podría irme, pero hago teatro para cambiar mi sociedad, no me veo haciendo teatro para cambiar la sociedad en Noruega", sumó al tiempo que sostuvo que hace teatro para “cambiar a mis hermanos, a mi país, a la gente que me ve. Por lo pronto estoy aquí”.

Cada entrada cuesta Bs. 80.000 (equivalentes a 3,81 dólares, calculado a la tasa paralela de 305.215 bolívares X 1 dólar). Sin embargo, los días martes y miércoles los visitantes pueden aprovechar la promoción tres por uno, en la que por cada boleto puede entrar tres personas, mientras que los días jueves, viernes y domingo es dos por uno. Los días sábados, cuesta Bs. 60.000 por obra.

La actriz Bárbara Mijares comentó que trabajar de martes a domingo “no es nada fácil”, puesto que son seis funciones diarias para entretener a los venezolanos.

Recalcó que pese a la crisis económica del país, “las entradas ciertamente son muy baratas” y enfatizó que “sí se gana bien en Microteatro, de hecho, creo que ganamos mejor en Microteatro que en una función de una temporada completa, porque puede llegar a agotar" un día.

Esparcimiento en tiempo de crisis

Noel Salamanca es un visitante del Microteatro que vino con un grupo de amistades para conocer el concepto por primera vez. Es de Maracay, estado Aragua, y aprovechó la oportunidad de visitar el espacio mientras hacía unas diligencias.

“Es un concepto bastante bueno, tienes 30 propuestas diferentes que puedes escoger para distraerte ante tanta conmoción que hay en el país. El Microteatro es un espacio que permite olvidarte por unas horas los problemas que tiene Venezuela y uno como persona”, detalló.

Enfatizó que las muestras escénicas que vio tienen diferentes mensajes: “No me imaginaba el contenido de las mismas. Muchas me hicieron reír, pero al final el mensaje es luchar, seguir hacia adelante que todo mejorará en el país, a pesar del abismo al que nos han llevado por la avaricia”.

“El Microteatro es un buen esparcimiento en tiempo de crisis, las entradas son accesibles y más con las promociones. Te puedes organizar con familiares y amigos y al final no es mucho el dinero que gastarás para ver piezas de calidad”, finalizó.

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