Odebrecht hará el último intento para evitar la quiebra. El gigante empresarial brasileño pidió este lunes (17/6) la recuperación judicial para evitar la bancarrota. De esa forma, intentará reestructurar una deuda de 51.000 millones de reales (unos US$ 13.000 millones). Será una de las mayores reestructuraciones de deuda en la corte en América Latina y el mayor proceso de recuperación judicial en la historia de Brasil, después del concedido en 2016 a la empresa de telefonía estadounidense Oi SA por US$ 19.000 millones.
“RECUPERACIÓN JUDICIAL”
Manotazo de ahogado de Odebrecht para evitar la quiebra
Último recurso de Odebrecht para evitar la quiebra. Solicitó este lunes (17/6) un pedido de recuperación judicial por US$ 13.000 millones. Así lo confirmó el Tribunal de Quiebras de Sao Paulo. Es una de las mayores reestructuraciones de deuda de América Latina. Y el mayor proceso de recuperación judicial en la historia de Brasil, después del concedido en 2016 a la empresa de telefonía Oi por US$ 19.000 millones.
Con la recuperación judicial, el conglomerado brasileño intentará viabilizar la superación de una situación de crisis económica-financiera del deudor, a fin de mantener el funcionamiento de la empresa y el empleo de sus trabajadores.
Según la ley brasileña, las empresas declaradas en recuperación judicial tienen seis meses para alcanzar un acuerdo con los acreedores. Así, Odebrecht gana tiempo.
La reestructuración de deuda no incluye al productor petroquímico Braskem SA, a la filial de azúcar y etanol Atvos Agroindustrial Participacoes SA, a la unidad de construcción Odebrecht Engenharia e Construcao (OEC), a la petrolera Ocyan, la naviera Enseada, a Odebrecht Transport o homebuilder Incorporadora OR, indicó el diario Ámbito Financiero.
Los principales acreedores de Odebrecht son Banco do Brasil, Caixa Econômica Federal y BNDES, Banco Bradesco SA, Itaú Unibanco Holding SA y Banco Santander Brasil SA.
La empresa brasileña sigue intentando recuperarse de las consecuencias de la investigación de corrupción por el escándalo del Lava Jato en Brasil, encabezada por el exjuez y ahora ministro de Justicia del presidente Jair Bolsonaro, Sergio Moro.
Desde entonces, Odebrecht pagó millones en multas en otros países latinoamericanos y la cantidad de proyectos en los que trabajaba se derrumbó, agravando la crisis de efectivo de la compañía y aumentando el riesgo para sus acreedores.