Casi que la última palabra está dicha, el final de la historia de las elecciones en Uruguay se presiente desde el pasado domingo 27/10 cuando el candidato de centro izquierda por el Frente Amplio, Daniel Martínez, no logró alcanzar la mitad de los votos más uno y se vio obligado a ir a ballotage y enfrentarse al segundo en las urnas: Luis Lacalle Pou, el candidato de centro derecha que demás de ser líder del Partido Nacional es la cabeza de lo que serán gobierno de coalición en caso de ganar las elecciones.
A 2 DÍAS DEL BALLOTAGE
La división en la izquierda uruguaya: ¿la clave del resultado del domingo?
El próximo domingo 24/11 todos los ciudadanos uruguayos acudirán a las urnas por segunda vez para decidir entre los dos candidatos con mayoría de votos en la primera vuelta: Daniel Martínez (Frente Amplio) y Luis Lacalle Pou (Partido Nacional). Si bien las encuestas indican como ganador y próximo presidente a la centro derecha de Uruguay, la izquierda aún está optimista, pero claro se pregunta: ¿Cuál sería el rol del Frente Amplio como oposición? ¿Qué significa ser de la izquierda uruguaya hoy?
Todos los ojos de la región latinoamericana ahora están puestos en la segunda vuelta del próximo domingo 24/11 en Uruguay, teniendo en cuenta que entre la crisis política en Bolivia y Chile, el cambio de gobierno y en consecuencia la vuelta del kirchnerismo en Argentina, y la liberación del ex presidente Lula da Silva en Brasil, son solo el comienzo de lo que parece ser una transformación futura de América Latina, su política, su estructura social y su economía. Es así que no solo los propios políticos y militantes del Frente Amplio se preguntan: ¿qué pasará con la izquierda en caso de perder las elecciones y ser oposición? A lo que por supuesto le sigue otra pregunta algo más profunda: ¿qué significa ser de izquierda en Uruguay?
Esto es a lo que se va a referir Gabriel Delacoste en su columna publicada el pasado 21/11 en el periódico de la izquierda uruguaya, Brecha. Ser del Frente Amplio, es tal como ser de un equipo de fútbol, según lo que describe el periodista: con banderas colgadas y flameando en los distintos balcones o hasta hombres gritando desde sus casas en medio de un acto del partido.
Al parecer y por lo que describe la izquierda uruguaya es unida, siempre y cuando este en el poder, ahí es cuando llega la pregunta que despierta preocupación, ya que desde hace 14 años que no es oposición.
Hasta el propio ex presidente, José Alberto Mujica, se lo preguntó en los últimos días con algo de temor. “Si nos toca ser oposición, lo seremos. Pero no esperen que vayamos a estar con una piedra en cada mano. Los intereses del país están por delante”, dijo el ex mandatario y uno de los líderes de la izquierda uruguaya en un programa de radio el pasado jueves 21/11. Esto es algo que también se vio obligado a plantear el kirchnerismo en 2015, cuando Mauricio Macri ganó las elecciones y terminó con 12 años de Kirchner.
Mujica también hizo un balance con respecto a que significaría un triunfo de la derecha y que lugar ocuparía el Frente Amplio como oposición, algo que no muchos se preguntaron hasta ahora. "Hay que cuidar la unión del Frente Amplio y el riesgo de división es muy alto”. "Las izquierdas en el mundo se dividen por las ideas y las derechas se juntan por intereses”, concluyó Mujica. Esto mismo es lo que destacan desde la revista Brecha: "El FA no es lo que era", explican en la columna para luego asegurar que el vínculo con los movimientos sociales, una de las patas claves del partido, está desgastado, en unos casos, y roto, en otros.
Aunque también destaca lo que en su momento fue el Frente Amplio: "Gente que no vi militar, que ni siquiera va a preocuparse por la política en años, de repente, está apasionada, organizada y embanderada", así lo describe el medio militante.
Otra vez, un accionar más que comparable con una pasión, aunque claro cuando la oposición se hace grande (como en los últimos tiempos), la motivación no es la misma, tanto que hasta el propio candidato, Daniel Martínez, quien durante su acto de cierre de campaña dijo: “esto termina como en Argentina, como en Brasil”, explicó Martínez en Florida rodeado de militantes y en referencia a que lo que plantea Lacalle Pou es similar al plan de Mauricio Macri en 2015. Si bien en sus últimos dichos de campaña no se mostraron como perdedores, no existía ese clima de festejo que sí ocurría en el cierre de campaña de Lacalle Pou.
Y es ahí cuando desde Brecha se preguntan: ¿cuál es el rol de la izquierda hoy? ¿Qué tan fuerte, unida y progresista es? Ese también es uno de los grandes problemas de América Latina, que mientras los centros derechas se unen, por mas de que piensen diferente, la izquierda no es lo suficientemente fuerte como para enfrentarse a un gobierno de coalición como el que existirá en Uruguay. Lo mismo pasó en Bolivia, que cuando Evo decidió irse, el ala política quedó sin líder. O mismo en Brasil, que sin Lula fue muy fácil para alguien como Jair Bolsonaro llegar al poder. Se unieron contra, tomando el ejemplo de Brasil o Argentina: la corrupción, un objetivo en común que la izquierda a veces parce perder.
Tal vez, como dice Gabriel Delacoste en su columna de opinión, sean necesarios nuevas estrategias, nuevas formas de unión, ya que tal vez lo que tanto hizo crecer a la izquierda latinoamericana a partir de los años 90' ya no está presente en el grueso de las sociedades. Y también por supuesto preguntarse por qué es lo que tiene el centro derecha que tanto despierta interés, por qué no solo es la ideología, tal vez también se relaciona con el modelo económico que proponen o los ideales de crecimiento como país que algunos tienen.