La carrera de China para desarrollar aviones de pasajeros propios genera expectativa entre las aerolíneas del mundo. La prensa oficial del país asiático destacó la opinión de IATA (Asociación de Transporte Aéreo Internacional), desde donde se ponderó el trabajo chino y su potencial de expandir la industria aerocomercial en los próximos años a nivel global.
Al respecto, el medio oficialista Xinhua apuntó a las declaraciones de Willie Walsh, director general de la IATA, quien destacó la tarea de la empresa estatal china Comac y el lanzamiento de sus aviones de pasajeros como el C919.
Los desarrollos de la Commercial Aircraft Corporation of China (Comac) son la apuesta más importante del país asiático para lograr la producción a escala industrial de aviones jet de pasajeros. Actualmente, sus aviones son operados por las aerolíneas chinas en una pequeña proporción, como así también por países vecinos que aceptan las certificaciones chinas.
En ese sentido, el apoyo de IATA al trabajo chino implica un fuerte espaldarazo para las esperanzas de ese país en lograr la aceptación de sus aviones en mercados occidentales. Ese objetivo tiene como obstáculo la aprobación de organismos internacionales que permitan a los aviones chinos operar en mercados extranjeros.
China quiere competir
"Se espera que los aviones fabricados en China introduzcan competencia en el mercado aéreo y, por lo tanto, ofrezcan a la industria aérea costos de adquisición más asequibles", dijo Walsh en el marco de una Conferencia de Asistencia en Tierra de la IATA.
Precisamente, el modelo de fabricación chino es el más atractivo para las aerolíneas. Este incluye aviones de costo menor en relación al mercado dominado por las empresas occidentales, la misma calidad constructiva y, sobre todo, un menor tiempo de espera en las entregas.
Esto último es especialmente importante para las aerolíneas ya que soluciona problemas logísticos que muchas veces implican grandes huecos financieros. Algo que afectó severamente a muchas empresas en los últimos años, sobre todo después de la pandemia, cuando las entregas de los principales proveedores mundiales de aviones como Boeing y Airbus se demoraron sustancialmente, dejando a las líneas aéreas sin capacidad de respuesta ante un aumento creciente en la demanda de pasajes y viajes.
Con capacidad de revertir ese contexto, las aerolíneas esperan que los aviones de China avancen en la certificaciones para que en los próximos años puedan ser incluidos como opciones de negocio, compitiendo palmo a palmo con las tradicionales fabricantes occidentales.
Una cuestión política
Esas certificaciones podrían tardar más de la cuenta si se las someten a interferencias políticas. Algo muy probable entre los organismos de Europa y Estados Unidos, que posiblemente sean orientados a proteger sus respectivas industrias.
Al respecto, la certificación más avanzada para el C919 sería la europea. Sin embargo, esa verificación y potencial aprobación para su uso podría demorar entre tres y seis años más según declaró la Agencia de Seguridad Aérea de Europa.
Mientras tanto, Comac intenta desembarcar anticipadamente en el hemisferio occidental. Para lograrlo tendría apuntado a Brasil como primer destino “exótico” de sus aviones.
En ese país sudamericano, una aerolínea regional tendría negociaciones avanzadas para el desembarco del C919, que podría obtener el visto bueno de la ANAC brasileña, abriendo las puertas del mercado en Latinoamérica.
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