A contramano de las tensiones comerciales globales, Toyota anunció en las últimas horas un agresivo plan de inversión en China para desarrollar una amplia gama de vehículos eléctricos. La icónica automotriz de Japón se comprometió a inyectar más de 2.000 millones de dólares en sus instalaciones de Shanghái y así poder incrementar su competencia en el mercado chino.
El proyecto comprende líneas de investigación y desarrollo, como así también la fabricación y venta de vehículos eléctricos a través de la marca subsidiaria Lexus. Entre los principales campos a desarrollar se encuentran la conducción inteligente, energía de hidrógeno, reciclaje y reutilización de baterías de automóviles, y logística y cadena de suministro.
Mediante esa insignia, Toyota pretende entrar a jugar con más fuerza en el mercado eléctrico, dominado por marcas chinas como BYD o la estadounidense Tesla. Precisamente, la compañía de Elon Musk anunció recientemente nuevas inversiones para la "Gigafábrica" que mantiene en la misma ciudad china.
De esa manera, Shanghai está rumbo a convertirse en la capital mundial de los autos eléctricos, contando con presencia de numerosas automotrices. La inversión de Toyota pretende impulsar una fábrica nueva con capacidad de producir hasta 100.000 vehículos anuales iniciales.
Eso implicaría nuevos empleos para al menos 1.000 nuevos trabajadores que se sumarán a la fuerza de Toyota en China.
Toyota quiere jugar en el mercado eléctrico
Si bien la compañía japonesa lleva años en el desarrollo de vehículos de energía alternativa, la vanguardia está ocupada por China y sus productos a nivel mundial. Para Toyota eso no supone un obstáculo sino una ventaja ya que su amplia presencia en el gigante asiático le permitirá aprovechar el impulso local para entrar definitivamente a tallar fuerte en el mercado eléctrico.
La inversión de Toyota la desmarca además de competidoras japonesas que todavía no establecen un rumbo claro hacia la conversión eléctrica. Una de ellas es Nissan, que se encuentra sumida en una profunda crisis debido a la falta de inversiones en ese campo.
Mientras tanto, en China la venta de automóviles eléctricos aumentó un 47,1% interanual a 3,08 millones de unidades en el primer trimestre, lo que representa el 41,2% de las ventas totales de vehículos en el período, según la Asociación de Fabricantes de Automóviles de China (CAAM). Números que dan cuenta del crecimiento del sector eléctrico en la industria automotriz de ese país.
Toyota no está sola
La maniobra de Toyota llega en un contexto internacional adverso aunque no está sola. Otras marcas mundiales como Volkswagen dispusieron profundizar sus inversiones en China para poder desentrañar el secreto del éxito en materia de eléctricos.
Al respecto, la marca alemana ordenó mudar parte de su producción a ese país y así poder reingresar al circuito de competencia. Anteriormente, los proyectos basados en Europa no tuvieron suficiente éxito como para presentar una competencia real a las ofertas chinas.
Algo similar sucedió con BMW, marca de alta gama que recientemente se asoció con compañías chinas para el desarrollo de software exclusivo para el mercado chino, la segunda plaza más importante del mundo en volumen de ventas.
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