El estreno del nuevo régimen cambiario trajo consigo un inicio ordenado y sin sobresaltos, en línea con lo anticipado por distintos analistas. Tal como se preveía, el tipo de cambio mayorista rápidamente se alineó con el piso de la banda de flotación ($1.100-$1.200), consolidando un escenario de estabilidad que fortalece el anclaje de expectativas. La evolución del riesgo país en las últimas jornadas lo demuestra y abre el debate a preguntarnos si… ¿Esta vez será diferente?
EN FLOTACIÓN
Riesgo país: Esta vez... ¿Realmente será diferente?
La nueva caída del riesgo país, tras el estreno del nuevo régimen cambiario, abre el debate a preguntarnos si realmente… ¿Esta vez será diferente?
La nueva dinámica del dólar fue impulsada, además, por la decisión oficial de permitir el ingreso de capitales financieros del exterior, con una cláusula de permanencia mínima de seis meses. La medida apuntó a reforzar la demanda de activos en pesos, que hasta el cierre del cuarto trimestre de 2024 apenas alcanzaban los US$ 684 millones, según cálculos al tipo de cambio financiero.
Lo destacan desde Facimex, este movimiento no tardó en reflejarse en el mercado: el dólar mayorista perforó el umbral inferior de la banda al comienzo de la semana, aunque luego corrigió levemente ante una apreciación global del billete verde.
Inflación en descenso y expectativas ancladas
La estabilidad cambiaria desactivó momentáneamente los temores de traslado a precios. El tipo de cambio efectivo para las importaciones apenas avanzó un 4,1% desde el 11 de abril, mientras que el dólar blend para exportaciones incluso se contrajo un 0,8%. Este comportamiento mejora la percepción sobre el peso, ahora más convertible y con mayor respaldo, lo que potencia su demanda y sustenta el proceso de desinflación.
Los relevamientos de alta frecuencia respaldan esta tendencia. El IPC-OJF de Ferreres marcó una variación nula en el índice general para la tercera semana de abril, con un incremento marginal de 0,2% semanal en la medición núcleo. Esto proyecta una inflación mensual que podría situarse más cerca del 2% que del 3%.
A su vez, Equilibra midió una suba semanal del 0,8%, consistente con una estimación de 4,0% mensual, mientras Eco Go proyecta 3,5%. En este marco, el consenso de aceleración inflacionaria que dominaba semanas atrás comienza a desdibujarse, y los riesgos ahora se inclinan a la baja. De confirmarse esta trayectoria, el IPC mensual podría perforar el 2% en el tercer trimestre, marcando un hito en la estabilización de precios.
Repunte económico
El repunte de la actividad económica cobra fuerza en paralelo. En febrero, el EMAE creció un 0,8% mensual desestacionalizado y un 5,7% interanual, acumulando diez meses consecutivos sin retrocesos. Desde el piso del segundo trimestre de 2024, la economía avanzó 8,7% desestacionalizado, alcanzando niveles de junio de 2022 y recuperando el pico de noviembre de 2017 con mayor celeridad de la esperada.
Si bien marzo podría reflejar una leve moderación vinculada a la incertidumbre cambiaria, todo indica que se trataría de una pausa transitoria dentro de una senda de recuperación sostenida. Esta evolución comienza a poner riesgos al alza sobre la proyección de crecimiento del 5,5% para 2025.
La confianza se mantiene
La consolidación del esquema cambiario-monetario robustece la confianza pública. A pesar de cierto retroceso marginal en los indicadores de aprobación presidencial y percepción del gobierno, los niveles se mantienen altos, especialmente tras disiparse la volatilidad cambiaria que dominó en marzo.
No obstante, el verdadero termómetro del programa sigue siendo el riesgo país. Tras haber alcanzado los 993 puntos básicos el 8 de abril, descendió más de 300 unidades tras el exitoso lanzamiento del nuevo régimen, en un entorno internacional más benigno. Para que Argentina recupere acceso al financiamiento externo, este indicador deberá seguir descendiendo, permitiendo que el BCRA acumule reservas netas en lugar de utilizarlas para cubrir vencimientos de deuda.
El riesgo externo
El mayor foco de preocupación se traslada ahora al escenario internacional. El indicador GDPNow de la Fed de Atlanta anticipa una contracción anualizada del 2,5% en el primer trimestre de Estados Unidos, o del 0,4% si se ajusta por el comercio exterior de oro. Aunque no hay certezas, estos datos reavivan el temor a una posible recesión técnica en la principal economía del mundo.
Lo inquietante es que los mercados financieros aún no reflejan ese riesgo. Los spreads de deuda corporativa siguen lejos de los niveles observados en recesiones previas: 116 puntos básicos para deuda investment grade (frente a 337 en promedio histórico) y 452 para bonos high yield (frente a 1.325).
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