En una operación clave para recomponer la hoja de balance del sector público, el Ministerio de Economía canceló US$ 12.000 millones en Letras Intransferibles que estaban en poder del Banco Central de la República Argentina (BCRA). La medida fue confirmada por el organismo monetario a través de un comunicado oficial, en el que se detalla que la cancelación fue total para los títulos con vencimiento en junio de 2025 y abril de 2026, y parcial para los que vencen en abril de 2029.
La operación se formalizó mediante el Decreto 179/2025, y se enmarca en la estrategia oficial de reducir pasivos cruzados entre el Tesoro y el Banco Central, además de mejorar la calidad de los activos del BCRA.
Reservas netas más sólidas, sin impacto en las brutas
Aunque la operación no modifica el nivel de reservas internacionales brutas, sí representa una mejora concreta en las reservas netas. Esto se debe a que el BCRA reemplazó en su balance letras intransferibles —consideradas activos de escasa liquidez— por divisas líquidas, lo que refuerza la capacidad del organismo para intervenir en el mercado o hacer frente a compromisos externos.
El Tesoro, por su parte, reduce así parte de su deuda interna con el BCRA, un pasivo que arrastraba desde hace más de una década.
Qué son las Letras Intransferibles y por qué se cuestionan
Las Letras Intransferibles surgieron en 2006 como un instrumento de compensación: el Tesoro las entregaba al BCRA cada vez que utilizaba reservas para hacer frente a pagos externos. Con el tiempo, se convirtieron en un mecanismo recurrente para transferir divisas desde el Central a la Tesorería, pero sin pasar por el mercado ni dejar rendimientos para la autoridad monetaria.
Estos títulos no pueden venderse ni negociarse, no ofrecen tasas de interés significativas, y se renuevan automáticamente. Por eso, el mercado los considera activos de valor cuestionable. En el balance del BCRA representaban un stock significativo, pero de baja calidad desde el punto de vista contable.
Un cambio clave
Desde que Santiago Bausili asumió la presidencia del BCRA, se modificó la forma de contabilizar estos instrumentos. Antes se valuaban a valor técnico (valor nominal en dólares convertido al tipo de cambio oficial), lo que generaba ganancias contables ante cada devaluación. Con ese criterio, el Central podía transferir utilidades al Tesoro, incluso sin haber generado ingresos reales.
Con el nuevo enfoque, se adoptó un criterio de recuperabilidad efectiva, lo que redujo su peso contable y reflejó con mayor precisión la situación patrimonial real. Según el último balance, el BCRA mantenía Letras Intransferibles por US$ 22.900 millones, mientras que el Tesoro las registraba por US$ 69.000 millones, dejando en evidencia un desajuste notorio entre ambos registros.
Señal de orden
La operación no implica un ingreso de dólares al país ni altera la posición externa de reservas brutas. Sin embargo, representa una mejora significativa en la estructura patrimonial del BCRA, al reemplazar activos ilíquidos por fondos líquidos de disponibilidad inmediata.
Además, el Tesoro reduce deuda intraestado, liberando parcialmente su balance de instrumentos emitidos en años anteriores.
La cancelación de Letras Intransferibles no cambia el nivel de reservas del país, pero sí fortalece al Banco Central en términos técnicos y patrimoniales. Para el Gobierno, representa un paso hacia un manejo más prolijo de los compromisos cruzados entre Hacienda y el BCRA, en un contexto donde la consistencia fiscal y la transparencia financiera son claves para sostener la confianza del mercado.
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