El progreso tecnológico del campo tiene a los drones en el centro de la escena. Como uno de los aparatos que llegó para revolucionar la actividad agropecuaria, estos vehículos no tripulados son usados para múltiples tareas sensibles a la hora de producir.
PULVERIZACIÓN
Campo: Los drones avanzan y podrían terminar con una actividad tradicional
La aplicación de vehículos aéreos no tripulados a tareas agropecuarias está cada vez más presente. El control de plagas, la clave.
Entre las más destacadas está la pulverización y el control de plagas. Se trata de un área sensible para el desarrollo de los cultivos, cuyo éxito o fracaso puede estar determinado por la correcta aplicación de los agroquímicos correspondientes.
En ese orden, los drones se han vuelto auténticos aliados de los productores por las diversas ventajas que no solo implican la automatización, sino también la precisión. Algo que, aplicado a cientos de hectáreas, marca una importante diferencia en el rendimiento de cada trabajo.
Sin embargo, y como todo avance tecnológico, la aplicación de un dron a tareas fitosanitarias puso en jaque antiguas técnicas que aún se utilizan para la pulverización. Una de ellas es la aplicación aérea con aviones, una auténtica industria aeronáutica que está bajo riesgo de ser discontinuada.
Si bien una proporción de ese trabajo se mantiene vigente, la opción de usar drones avanzó considerablemente entre los productores agropecuarios. Todo ello gracias a ciertas ventajas que implica dicha técnica sobre la pulverización con aviones.
Drones contra aviones
Actualmente, la tarea cuenta con dos técnicas generalizadas: la aplicación terrestre con pulverizadoras, y la aérea, ya sea con aviones o drones. Al respecto, especialistas del Grupo APC dedicado a la industria fitosanitaria, dieron cuenta de algunos aspectos superiores en la aplicación con estos últimos.
En primer lugar se destaca la precisión a la hora de cubrir las hectáreas con productos fitosanitarios. En buena medida, la efectividad contra los agentes amenazantes (plagas y enfermedades) depende de la capacidad de alcanzar cada uno de los cultivos con la cantidad correcta de producto.
“A diferencia de un avión, el dron puede ajustar su altura y velocidad con mucha precisión, lo que le permite adaptarse a diferentes condiciones y objetivos de aplicación”, destacaron desde APC. Además, los drones son capaces de “empujar” el producto pulverizado con mejor efectividad gracias a la posición de sus hélices.
Por otra parte, también hay ventaja en materia de volúmenes. Los drones son capaces de manejar cargas similares de producto que los aviones por hectárea, con grandes diferencias si se comparan los costos operativos.
De cualquier forma, la llegada de los drones a la industria fitosanitaria no implicaría la destrucción de la pulverización aérea, sino su transformación. En ese sentido, los especialistas de APC destacaron que “representan una nueva categoría dentro de la pulverización, combinando lo mejor de la aplicación aérea y terrestre, pero con particularidades que requieren un enfoque técnico específico”.
Cabe destacar que los pilotos dedicados a la pulverización agrícola cuentan con grandes ventajas para poder transformarse en operadores de drones. Al fin y al cabo, se trata de vehículos aéreos destinados a personal especializado.