Era sacerdote en la parroquia Nuestra Señora del Carmen de Lomas de Zamora, y además empleado del Banco Provincia, pero este domingo 09/06, fue asesinado con un profundo corte en su cuello. Se trata de Guillermo Luquín de 52 años, que fue encontrado muerto en su casa en Temperley desnudo y envuelto en sábanas.
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Asesinaron a un diácono en Temperley: Estaba desnudo y con un corte en el cuello
Encontraron muerto a un diácono con un corte en el cuello en Lomas de Zamora. Guillermo Luquin fue hallado desnudo, envuelto en sábanas en su domicilio. Los investigadores descartaron la hipótesis de robo y los resultados de la autopsia reveló que tenía un golpe en la cabeza y cinco heridas de arma blanca. Aún no hay detenidos.
La autopsia al cuerpo del diácono Guillermo Luquin, reveló que presentaba un golpe en la cabeza y cinco lesiones superficiales producidas con un arma blanca.
Cuando el personal de la comisaría 8va. ingresó en la vivienda se encontró con Eduardo Nicolás Luquin, sobrino de la víctima. En el interior de la casa no se encontró ningún ambiente revuelto y, según el familiar del diácono, tampoco había faltantes, por lo que los investigadores descartaron rápidamente que se haya tratado de un robo.
El resultado del peritaje fue contundente y confirmó la hipótesis que se empezó a manejar a partir de los rastros que se encontraron en su casa tras el ataque. Luquin sufrió un traumatismo de cráneo que pudo generarse a partir de un golpe con el velador que hallaron roto en la habitación.
Esa y otras lesiones evidencian que el diácono intentó defenderse de una agresión. Es que los especialistas determinaron que sufrió cortes en los brazos y en las manos, que son signos típicos de defensa cuando una persona suele ser atacada con un arma blanca en la zona del tórax.
Con estos resultados preliminares los investigadores refuerzan su teoría de que el asesino se escapó rápido del lugar, luego de envolver el cuerpo de la víctima en una frazada.
En la propiedad encontraron distintas manchas de sangre que coinciden con las heridas detectadas: evidenciaron goteos, pero también signos de arrastre, además de la mancha más grande, debajo del cuerpo del diácono.
La principal hipótesis es que el asesino fue un conocido al que Luquin le permitió entrar. Los accesos no estaban forzados y descubrieron que un juego de llaves había quedado colocado en la reja del frente. Además, en la mesa de la cocina se encontró una gaseosa y dos vasos servidos.
"No descartamos ninguna hipótesis pero lo cierto es que el lugar no estaba revuelto como suele estar cuando alguien busca elementos de valor. Aunque el asesino sí se llevó el celular y la billetera de la víctima", dijo a Télam una fuente judicial.