ARGENTINA

POST PANDEMIA

A algunos no les va a gustar: La coparticipación reducida a fondo de convergencia

Para la polémica: los gobernadores se han acostumbrado a vivir de la coparticipación en vez de desarrollar las economías de sus territorios. No se les cae una idea interesante a la mayoría porque los contribuyentes pagan. Esto impide reducir los impuestos generales porque hay que generar para la coparticipación, y convierte el federalismo en una mentira. El más reciente trabajo del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) entiende que, en promedio, los estados provinciales del interior se financian en un 72% con la coparticipación de impuestos nacionales y apenas en un 28% con impuestos provinciales. Por lo tanto y para terminar con las asimetrías que muestran algunas regiones, sería mejor que los recursos sirvieran para promover las zonas más atrasadas.

En su ultimo informe el, Instituto para el Desarrollo Social Argentino, (IDESA) entiende que en promedio, los estados provinciales del interior se financian en un 72% con la coparticipación de impuestos nacionales y apenas en un 28% con impuestos provinciales.

En casos extremos, la dependencia llega al 90%. Con la región del AMBA semiparalizada, la coparticipación está estancada. Como la inflación es del 45% anual, esto genera severos problemas fiscales en las provincias.

El trabajo se pregunta si ¿Es necesario semejante nivel dependencia de las provincias del Estado nacional? Para responder esta cuestión dicen sus analistas que resulta necesario apelar a datos que aporta el Ministerio de Economía de la Nación. Según esta fuente se observa que:

Las provincias del centro generan el 78% del PBI y tienen el 71% de la población. En el sur se produce el 9% del PBI y allí vive el 6% de la población. En las provincias del norte se produce el 13% del PBI y vive el 23% de la población.

Estos datos muestran que el rezago productivo está concentrado en el norte del país. Allí, es claro que se necesita transferir recursos desde las regiones más productivas a los fines de corregir asimetrías.

Pero para el resto del país, donde vive más de tres cuartas parte de la población, hay potencialidad productiva para no necesitar de la coparticipación sino solo la oportunidad de poder desarrollarse autónomamente.

En otras palabras, afirma el Instituto, para reducir las brechas de desarrollo regional no es necesario un mega-mecanismo de transferencia de recursos tal como es la coparticipación. Alcanza con un mecanismo más pequeño y focalizado en dinamizar el norte del país.

Idesa entiende que "la coparticipación federal de impuestos, tal como está diseñada, genera incentivos perversos asociados a la dependencia de las provincias respecto al Estado nacional".

La presión tributaria total es de aproximadamente el 28% del PBI, de los cuales 23 puntos son impuestos recaudados por el Estado nacional y sólo 5 puntos son generados directamente por las provincias.

El trabajo remarca que desde varias perspectivas la coparticipación es un fracaso. El más visible es que no fue una herramienta útil para corregir asimetrías entre regiones. Muy por el contrario, su efecto es profundizarlas al punto que, mientras CABA tiene niveles de calidad de vida similares a países desarrollados, el norte se asimila a los subdesarrollados. 

La organización agrega que "actualizar los porcentajes de la coparticipación es una estrategia inconducente. Más conducente es desarmar la coparticipación y que cada provincia se financie con su propia recaudación" 

Para las asimetrías regionales, que los distritos más ricos (fundamentalmente CABA) financien un Fondo de Convergencia –de tamaño mucho más reducido que la actual coparticipación– para promover el desarrollo en las regiones más atrasadas del norte.

Dejá tu comentario