UN PRECANDIDATO CUESTIONADO

El servicio secreto de USA (I): Proteger al republicano Cain

Se desconoce el motivo por  que el equipo de campaña del precandidato ha solicitado la vigilancia. Pero los desafortunados comentarios del "Obama/Clinton repúblicano" le deben haber ganado una buena cantidad de enemigos. Vea los videos.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). El precandidato republicano, el único candidato negro de la contienda que le ganó el mote del "Obama republicano", Herman Cain, se convirtió este jueves (17/11) en el primer aspirante a la candidatura presidencial que recibe protección del Servicio Secreto de USA, señaló la agencia. Una nueva similitud con el presidente Barack Obama que, en sus tiempos de precandidato demócrata, también gozo de tales sercicios de guardaespaldas. 

Por expreso pedido del empresario de Georgia, Janet Napolitano, secretaria de Seguridad Nacional, y líderes del Congreso acordaron proporcionar la protección a la campaña de Cain, quien ha repuntado en las encuestas a pesar de ser agobiado con acusaciones de acoso sexual. En este sentido, las similitudes son con el expresidente Bill Clinton. 

La orden de protección se hacía efectiva comenzando ater mismo (17/11).

La protección fue solicitada y acordada ante las distintas amenazas que recibe la campaña de Cain. Sin embargo, no se han precisado la naturaleza de las amenazas. Algunas son, obviamente, de corte racial. 

El portavoz del Servicio Secreto, Ed Donovan, no quiso decir si había alguna amenaza o discutir los motivos de la protección. Por su parte, el bunker de Cain no ha emitido comentarios por ahora.

El Servicio Secreto otorga protección a los candidatos presidenciales de ambos partidos, pero los aspirantes la pueden recibir en una etapa previa si el Departamento de Seguridad Nacional aprueba la solicitud de una campaña.

Cuando el demócrata Barack Obama, en ese entonces senador, recibió protección del Servicio Secreto en mayo del 2007, se convirtió en el aspirante presidencial que la obtuvo con mayor anticipación. Su rival Hillary Rodham Clinton ya tenía un dispositivo de seguridad debido a que era una exprimera dama.

En la campaña del 2004, los candidatos demócratas John Kerry y John Edwards recibieron protección en febrero de ese año cuando competían por la nominación del partido.
La ley federal permite a los candidatos solicitar protección si cumplen con una serie de requisitos, entre ellas la prominencia pública, medida por las encuestas y la recaudación de fondos.

Efectivamente, Cain está subiendo en las encuestas. Sin embargo, parece obstinado en autoboicotearse. Por estos días, el latiguillo cómico de los medios de comunicación es: "¿cómo se dice delicioso en cubano?".

Ese fue el último desliz del aspirante a la candidatura presidencial republicana.

Durante su visita el miércoles al restaurante Versailles de Miami, centro de reunión del exilio cubano, el candidato preguntó que cómo se decía "delicious" en cubano, con el ánimo de expresar en español su opinión sobre la croqueta que se estaba comiendo, a la que sí fue capaz de referirse en castellano.

La equivocación, recogida en un vídeo que circula hoy por internet, ha desatado risas y bromas de todo tipo en diversos medios, que se preguntan cómo es posible que Cain confunda el cubano con un idioma.

En las imágenes del vídeo se ve a Cain rodeado de seguidores y degustando un café cubano y una croqueta junto a la ventana a la calle por donde las camareras del Versailles despachan a la clientela.

Tras dar un mordisco a la croqueta y hacer gestos de aprobación, pregunta a una persona que se encuentra a su lado: "¿Cómo se dice delicioso en cubano?".

Esta es la segunda ocasión en menos de una semana en que el aspirante a la candidatura republicana protagoniza un "despiste" que pone en entredicho su formación.

El lunes pasado se difundió una entrevista en la que Cain se quedó en blanco ante una pregunta que le formularon periodistas sobre la política en Libia del presidente estadounidense, Barack Obama.

Cain, de ‘Uzbeki beki beki beki stan stan’ a Libia

Herman Cain ha tenido por gala en esta campaña de las primarias republicanas el no tener ni idea sobre política exterior. “Cuando me pregunten quién es el presidente de Uzbeki beki beki beki stan stan, voy a decir: ¿Sabes qué? Pues no lo sé. ¿Lo sabes tú?”, dijo en una ocasión en su habitual tono bromista, en el que mezcla lo serio y lo chistoso sin solución de continuidad. Incluso la única medida en la que basa su campaña, el 9-9-9 (9% en impuestos sobre ingresos, sociedades y consumo), la ha repetido como un bufón. Sus salidas de tono han sido frecuentes, informa ABC.

Racismo. Cuando se propone combatir el racismo más bien se diría que lo ensalsa, como con esta referencia a los inquilinos de la Casa Blanca: “hay gente que me dirá: ‘no voy a votar otro tipo negro porque ese otro no ha funcionado’. Y mi respuesta es: ‘bueno, ¿y qué acerca de los 43 tipos blancos que pusísteis ahí? ¿cómo lo hicieron?’”.

Musulmanes. “No habrá musulmanes en mi Gobierno”, avanzó al comienzo de su campaña. Luego tuvo que precisar que solo excluiría a los islamistas radicales, si bien éstos parecen ser casi todos, pues “una voz musulmana muy conocida me ha dicho que la mayoría de los musulmanes tienen puntos de vista extremistas”.

Mujeres. Cain incluso ha bromeado sobre el caso sexual del que ha sido acusado. Cuando le dijeron que quería contactar con él Anita Hill, la persona que en 1991 hizo acusaciones en esa materia contra un juez del Tribunal Supremo en un famoso caso, el candidato respondió: “¿es que me va apoyar?”, lo que fue recibido como una falta de tacto de la que luego se tuvo que disculpar. En lo que también se puede tomar como poco respeto hacia el sexo femenino, en un debate televisado se refirió polémicamente a la líder demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelossi, como la “Princesa Nancy”.

Política Exterior. Donde se ha acabado cuestionándo más su falta de seriedad ha sido en política internacional, área en la que ha mostrado una desidia que finalmente se le ha vuelto en contra. Aparte de la gracia sobre ‘Uzbeki beki beki beki stan stan’, ¿puede ser presidente de Estados Unidos alguien, por cansado que esté, como alega su equipo de campaña, no puede decir nada coherente sobre su política sobre Libia? ¿Qué lapsus es peor, éste o el cometido la semana pasada por Rick Perry? (quien en un debate público no pudo recordar la tercera de las 3 agencias de gobierno que su plan aspira a cerrar).

En un encuentro este lunes (14/11) con el consejo editorial del ‘Milwaukee Journal-Sentinel’, uno de los asistentes le preguntó por su postura sobre Libia. Cain aparece en el vídeo pensándoselo un rato. “Ok, Libia”, dice como para ganar tiempo. Se queda en silencio como 10 o 12 segundos e intenta romper la embarazosa situación con unas palabras de distracción: “El presidente Obama respaldó el levantamiento, ¿correcto? El presidente Obama pidió la salida de Gadafi, ¿verdad? Lo digo para asegurarme de que estamos hablando lo mismo antes de decir si estoy o no de acuerdo con él”. Cuando parece haber encontrado finalmente el hilo argumental, comienza: “No estoy de acuerdo con su gestión por la siguiente razón…”. Entonces vuelve al marasmo mental. “No… Esa es una razón diferente… Tengo que volver atrás y ver…”. Sus gestos se suceden: mira al techo, gira la silla, se reincorpora, cruza las piernas… “Tengo tantas cosas dando vueltas en mi cabeza. Concretamente, ¿qué me está preguntando sobre si he estado de acuerdo o no con Obama?”.

Era un día que debía marcar un relanzamiento de su campaña, con la aparición de su esposa Gloria en una entrevista en televisión asegurando que su marido “es completamente respetuoso con las mujeres”. Pero ahora difícilmente va a haber tal recuperación, y Cain ya ha caído al tercer puesto, tras Mitt Romney y Newt Gingrich, el ascenso del cual también se considera pasajero.