En los suburbios de Los Ángeles y California las personas situación de calle, dictos consumiendo crack y la prostitución como medio para tener su dosis diaria de fentanilo, demuestran el por qué del decreto presidencial que ha firmado el mandatario estadounidenses Donald Trump, el cual permite internar a los homeless en medio de la crisis del potente opiáceo que se cobra 100 mil vidas al año.
ORDEN EJECUTIVA
Trump aprueba la internación de los homeless (por decreto) en medio de la crisis de fentanilo
Trump firma una orden ejecutiva para internar a las personas en situación de calle —homeless— en un contexto en el que muchos son adictos al fentanilo, un potente opiáceo que se cobra la vida de 100 mil estadounidenses al año.
Trump ha firmado un polémico decreto basado en la creencia de que un grueso de los homeless (personas en situación de calle) son adictos o tienen problemas de salud mental, lo que les impide insertarse en el mercado laboral, representando un problema para los servicios sociales y para el propio Estado.
El presidente estadounidense firmó el jueves dicha orden ejecutiva destinada a sacar de la calle a estas personas, permitiendo a los estados trasladarlas a refugios, neuropsiquiátricos o centros de rehabilitación.
La medida, titulada por la Casa Blanca como Poner fin al crimen y el desorden en las calles de Estados Unidos, exige a la fiscal general Pam Bondi que intente revocar los fallos legales que, según la administración Trump, dificultan que los estados obliguen a las personas sin hogar a ingresar en refugios y centros de rehabilitación de abuso de sustancias.
Del mismo modo, redirigirá los gastos federales para programas sin hogar, de acceso a viviendas a bajo costo, así como programas de lucha contra adicciones y centros de salud mental en medio de la crisis de fentanilo que se cobra 100 mil vidas estadounidenses al año.
En ese sentido, miles de estadounidenses mueren a causa de dicha letal y adictiva sustancia, el fentanilo, una droga cuyos principales productores son China y México, según la DEA, y que se ha convertido en un problema de salud pública en Estados Unidos.
“Al eliminar a los delincuentes callejeros y redirigir recursos hacia programas contra el abuso de sustancias, la administración Trump garantizará que los estadounidenses se sientan seguros en sus comunidades y que quienes sufren de adicción o problemas de salud mental puedan obtener la ayuda que necesitan”, dijo la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.
Homeless a refugios o centros de rehabilitación mediante un decreto de Trump
El presidente estadounidense Donald Trump firmó este jueves el decreto ejecutivo anteriormente mencionado, que permite a los estados ordenar la internación y la movilización de las personas en situación de calle hacia refugios y centros de rehabilitación de adicciones.
Dicha orden ejecutiva forma parte de la política de estado trumpista (Make America Great Again) e intenta reubicar a los homeless de las grandes ciudades y de los suburbios, muchos de los cuales están al margen de la ley, y quienes son vistos defecando, drogándose o teniendo sexo a plena luz del día, claramente por sus problemas de salud mental, los cuales les impiden acceder al mercado laboral o una vivienda.
"El número de personas que vivieron en las calles de Estados Unidos en una sola noche durante el último año de la administración Biden —274.224— fue el más alto jamás registrado", comentó la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, en una reciente rueda de prensa en la que aseguró que dicho decreto pondrá fin a "la vagancia".
El decreto presidencial firmado por Trump durante el jueves pasado redirige los fondos federales para garantizar que las personas sin hogar sean enviadas a rehabilitación, tratamiento y otras instalaciones.
Además, la orden requiere que la fiscal general Pam Bondi se asocie con el Secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr. , el Secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano, Scott Turner, y el Secretario de Transporte, Sean Duffy, para priorizar las subvenciones federales a las ciudades y los estados que "hagan cumplir las prohibiciones sobre el uso abierto de drogas ilícitas, acampar y merodear en zonas urbanas, y ocupar zonas urbanas, y rastrear la ubicación de los delincuentes sexuales".
La Corte le ha dado el visto bueno a Trump
En mayo pasado, la Corte Suprema de los Estados Unidos dictaminó que las autoridades pueden multar o arrestar a las personas sin hogar por dormir en espacios públicos. El fallo, aprobado por un margen de 6 a 3 según criterios ideológicos, revocó un fallo anterior de un tribunal inferior que consideraba cruel prohibirles acampar.
Además, en marzo pasado, el mandatario estadounidense Donald Trump se comrpometió a "limpiar" la capital estadounidense, Washington, frente a la ola de indigentes y de adictos al fentanilo viviendo en las calles.
En ese sentido, muchas personas en situación de calle en los Estados Unidos suelen ser adictos al fentanilo.
El fentanilo, un opioide sintético, es altamente adictivo y cien veces más potente que la morfina, a tal punto que despersonaliza al que lo consume asemejándolo a un “zombie”. Según la DEA, es la principal fuente de financiamiento de los cárteles de México y de China: esto involucra al cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y al de Sinaloa, los cuales importan precursores químicos de Pekín para elaborarlo en sus propios laboratorios y luego trafican dicha droga hacia los Estados Unidos.
Según Reuters, Todd Robinson, subsecretario de Estado para Asuntos Internacionales de Narcóticos y Cumplimiento de la Ley, testificó que la mayor parte del fentanilo incautado en USA “se trafica a través de México utilizando precursores químicos desviados de la República Popular China”.
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