En otro capítulo de la ofensiva del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, contra la disidencia interna, el gobierno sancionó al prestigioso diario independiente Haaretz, una fuente vital en tiempos de excesos.
CENSURA
Diario Haaretz bajo fuego: La voz crítica que Netanyahu quiere callar
Benjamin Netanyahu sancionó a Haaretz en Israel, suspendiendo toda conexión estatal con el diario crítico, una fuente vital en tiempos de excesos.
Días atrás, la directora jefe adjunta, Noa Landau, informó que Netanyahu aprobó una resolución que suspende cualquier publicidad estatal, suscripciones financiadas por el Estado o cualquier otra 'conexión' con Haaretz. Esto no es otra cosa que un boicot que indudablemente perjudicará sus ingresos.
El ministro de Comunicaciones Shlomo Karhi, que considera al diario opositor “derrotista” y “falaz”, justificó el nuevo golpe al periodismo independiente del país de esta manera:
"Numerosos editoriales que han dañado la legitimidad del estado de Israel y su derecho a la legítima defensa, y particularmente los comentarios hechos en Londres por el editor de Haaretz, Amos Schocken, que apoyan el terrorismo y piden imponer sanciones al gobierno".
Amos Schocken, denunció los excesos de Israel en Gaza al "imponer un cruel régimen de segregación contra la comunidad palestina" y habló sobre los " luchadores por la libertad palestinos ". El gobierno lo tergiversó, y dijo que este comentario evidenciaba su respaldo a Hamas, el enemigo de Israel.
"No permitiremos una situación en la que el editor de un periódico oficial de Israel pida sanciones contra él, apoye a los enemigos del estado en medio de una guerra y siga recibiendo financiación del gobierno".
La medida, que prohíbe los anuncios y las suscripciones del gobierno en Haaretz, tiene como objetivo dañar la libertad de expresión de docenas de periodistas del periódico y sus medios de vida.
El Sindicato de Periodistas de Israel salió en defensa del diario independiente: “La medida tiene como objetivo infundir miedo e intimidación entre los periodistas que hacen su trabajo fielmente y sirven a un gran público de lectores. Seguiremos luchando por la libertad de prensa. ¡No permitiremos que la prensa libre en Israel sea atada y corrompida!".
Muchos periodistas israelíes acordaron en que Haaretz “es una escuela de periodismo”, una fuente de calidad, valiente, responsable, de verdad y desafío a la autoridad, pese a la diferentes opiniones que algunos tienen respecto al diario.
El presentador del Canal 13, Yosef Yisrael, escribió: “Haaretz es, con diferencia, el mejor periódico de Israel. No estoy de acuerdo con la mitad (o más) de lo que se escribe allí, a veces me arranco pelos que no tengo. Pero no hay ningún otro periódico que dé tanto respeto a la palabra escrita como Haaretz, negándose a aceptar dictados sociales, elitistas o, por supuesto, políticos. Un régimen que lucha contra los medios independientes que le rodean es un régimen que aspira a la dictadura. Esto es cierto en todas partes del mundo, y es cierto aquí también. La democracia no puede existir sin una prensa libre".
Autoritarismo en Israel
Urgente24 contó que el gobierno genocida, corrupto y ambicioso de Benjamin Netanyahu y sus socios supremacistas, Itamar Ben-Gvir y Bezalel Smotrich, bajo la excusa de su autodefensa (legitima) contra el terrorismo, no sólo han cometido aberraciones en Gaza sino lanzado una creciente ofensiva contra los mismos principios democráticos que alguna vez definieron a Israel.
En nombre de la guerra contra el terrorismo, han estado justificando múltiples medidas autoritarias y excesivas contra los palestinos y contra los (traidores) compatriotas, meros valientes judíos y opositores con un poco de criterio.
La guerra contra Hamas se ha transformado en una excusa para suprimir la disidencia interna, desde la censura en los medios, cines y escuelas hasta la aprobación de leyes antidemocráticas, bajo la narrativa oficial que presenta a todo palestino como terrorista y todo opositor como antisemita.
Además de los excesos de Israel en su autodefensa en Gaza, el mundo conoció muchas de estas prácticas autoritarias y esta creciente tendencia antidemocrática a través de Haaretz, mientras otros eligían callar. De ahí que el controvertido gobierno de Benjamín Netanyahu lo boicotee en un intento por silenciarlo y, si puede, censurarlo, como hizo ya con Aljazeera, principal canal de noticias del mundo árabe.
Como un antecedente, en mayo de este año, el gobierno israelí censuró una artíuclo9 opinión escrito por el activista israelí Jonathan Pollak para Haaretz que cuestionaba el encarcelamiento arbitrario de los palestinos.
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