La inflación en la Ciudad de Buenos Aires volvió a mostrar señales concretas de desaceleración. En abril, el Índice de Precios al Consumidor porteño (IPCBA) trepó apenas un 2,3%, desacelerando con fuerza frente al 3,2% registrado en marzo. El dato trae aire fresco al Gobierno de Javier Milei, que apuesta todo a consolidar la baja inflacionaria como ancla de su programa económico.
ATENTO AL IPC NACIONAL
¿Celebra Milei? La inflación de CABA (2,3%) confirma el cero pass-through
Hoy (12/5) la inflación en la Ciudad de Buenos Aires volvió a mostrar señales concretas de desaceleración y, posiblemente, marque el techo del IPC nacional.
No se trata de un número más. El índice de la Ciudad suele funcionar como una suerte de "techo estadístico" para el dato nacional que difunde el INDEC y que, con varios días de rezago, genera alto impacto político.
Primer cuatrimestre bajo control
Con este registro, el primer cuatrimestre del año cerró con un alza acumulada del 11,1% en la Ciudad. A nivel interanual, la inflación porteña se ubicó en 52,4%, una cifra significativamente inferior al pico de tres dígitos que se alcanzó a fines de 2023.
Para la Casa Rosada, el dato llega en un momento clave. En medio de la discusión por la Ley Bases y con la actividad aún deprimida, el descenso de la inflación aparece como la principal bandera que Milei puede exhibir ante el electorado y los mercados.
Vivienda y alimentos
La división que más empujó el índice fue vivienda, agua, electricidad, gas y combustibles, que aumentó 2,4% y explicó por sí sola 0,46 puntos del total. Las subas en alquileres y expensas marcaron la tendencia. En lo que va del año, este rubro acumula 11,8%, y 63,4% en la medición interanual.
El rubro alimentos y bebidas no alcohólicas también subió 2,2%, con impacto dispar entre productos. Las carnes avanzaron 5% y los lácteos 3,8%, pero se registraron bajas en frutas y verduras (–3,2% y –4,6% respectivamente), lo que ayudó a contener el índice. Este mix de aumentos y caídas reflejó una dinámica más estable respecto de los meses anteriores.
Servicios regulados, bajo control
Otro dato que alimenta el optimismo oficialista es el comportamiento de los precios regulados: subieron apenas 1,5% en el mes, contra una inflación núcleo del 3%. Se trata de una señal de que el Gobierno logró contener parte del impacto de las tarifas y combustibles, al menos en el corto plazo.
A esto se suma la caída de 1,1% en los precios estacionales, como paquetes turísticos y algunas verduras. Esta baja estacional ayudó a que el índice general no supere el 2,5%.
Desacople entre bienes y servicios
Durante abril, los servicios crecieron 2,4% y los bienes 2,2%. En lo que va del año, los bienes subieron 8,8% y los servicios 12,6%. En términos interanuales, los servicios treparon 65,4%, mientras los bienes lo hicieron un 35,1%. La diferencia muestra un ajuste más fuerte en los precios relacionados con alquileres, medicina y gastronomía, todos rubros con alta exposición a regulaciones y contratos en pesos.
Dato político y económico
La lectura política del número es clara: el Gobierno podrá mostrar un nuevo escalón descendente en la inflación, con números que se acercan peligrosamente al 2% mensual, una zona impensada hace solo unos meses.
Pero el dato también tiene peso económico. Refuerza la expectativa de que el Banco Central mantenga su sendero de baja de tasas, ahora ancladas en un nivel negativo en términos reales. Y le da margen a la administración Milei para seguir apostando por el ancla fiscal y monetaria sin convalidar una nueva ronda de ajuste de tarifas, al menos por ahora.
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