Donde antes solo existían fósiles y recuerdos, ahora hay vida. En un sorprendente avance científico que desafía los límites entre la extinción y la existencia, tres criaturas miran al mundo con ojos que no deberían estar abiertos. Rómulo, Remo y Khaleesi representan el triunfo de la ciencia moderna sobre la desaparición, devolviendo a la vida al lobo terrible, una especie que llevaba más de 10.000 años ausente del planeta.
"RÓMULO, REMO Y KHALEESI"
Lobo terrible: El depredador de Game of Thrones que la ciencia trajo de regreso
A partir de restos óseos milenarios, un equipo de genetistas logró recrear el genoma del lobo de Game of Thrones y traerlo de regreso.
El lobo terrible, aquel depredador que dominó vastos territorios desde Venezuela hasta Canadá, ha regresado gracias a la tenacidad y el ingenio de Colossal Biosciences. Esta hazaña no es solo un logro científico; es una reconciliación con la naturaleza, un intento de compensar los daños que nuestra especie ha causado al tapiz de la vida.
La prestigiosa revista TIME logró un acceso sin precedentes el pasado 24 de marzo para conocer a dos de los tres especímenes que han revolucionado la ciencia moderna. En un recinto vallado ubicado en una reserva estadounidense cuya localización se mantiene en secreto, los reporteros pudieron observar a Rómulo y Remo, dos cachorros de lobo terrible que exhibían su característico pelaje blanco mientras exploraban el terreno con sus robustas extremidades. La ausencia de Khaleesi, la hembra nacida posteriormente, se debió a su menor desarrollo, según explicaron los responsables del proyecto.
La hazaña científica detrás de esta resurrección resulta fascinante. Utilizando restos fósiles hallados en diferentes puntos de América –un diente de 13.000 años proveniente de Sheridan Pit, Ohio, y un hueso del oído de 72.000 años desenterrado en American Falls, Idaho– los investigadores lograron descifrar el código genético del lobo terrible. Posteriormente, modificaron el ADN del lobo gris común para que coincidiera con estas características ancestrales y, empleando perras domésticas como madres sustitutas, trajeron al mundo a estos tres especímenes.
"Somos una fuerza evolutiva en este momento", afirma Beth Shapiro, directora científica de Colossal, refiriéndose a la humanidad en su conjunto. "Estamos decidiendo cuál será el futuro de estas especies".
Crearon lobos terribles con perras como madres
Sin embargo, lo que asombra es la precisión quirúrgica del proceso. De los aproximadamente 19.000 genes que conforman el genoma del lobo, solo fue necesario modificar 20 secciones en 14 genes del lobo gris común para obtener el resultado deseado. Estas alteraciones, sin embargo, generaron diferencias sustanciales: un pelaje distintivo, mayor tamaño corporal, hombros más robustos, cabeza más ancha y dentadura más imponente.
El nacimiento de estos lobos terribles no fue el producto de un simple experimento, sino el resultado de un proceso meticulosamente planificado. Las madres sustitutas fueron monitoreadas constantemente, con ecografías semanales para asegurar el desarrollo adecuado de los fetos. Los cachorros nacieron mediante cesáreas programadas, con equipos de especialistas preparados para atender cualquier complicación.
"Decidimos dejar a ambos cachorros con la madre sustituta que mostraba el mejor instinto maternal", explica James, uno de los científicos involucrados. "Esa reintroducción ocurrió aproximadamente dos horas después del nacimiento, y ella inmediatamente comenzó a cuidarlos y a permitirles mamar".
Aunque inicialmente los cachorros fueron amamantados por sus madres sustitutas, el equipo decidió retirarlos después de unos días para alimentarlos con biberón, ya que la atención excesiva de la madre alteraba sus patrones naturales de sueño y alimentación.
¿Dónde viven?
Actualmente, estos lobos viven en una reserva ecológica de 817 hectáreas en un lugar confidencial de Estados Unidos. El terreno está rodeado por una cerca de tres metros y cuenta con un área más pequeña de 2,4 hectáreas que incluye una clínica veterinaria, refugios para condiciones climáticas extremas y guaridas naturales donde los lobos pueden satisfacer su instinto de protección.
Esta proeza científica forma parte de un ambicioso proyecto de Colossal Biosciences, empresa fundada en 2021 que cuenta con 130 científicos activos. Su catálogo de desextinción incluye otras especies emblemáticas como el mamut lanudo, el dodo y el tilacino o tigre de Tasmania. Recientemente, la compañía asombró a la comunidad científica con la creación de un ratón lanudo que porta características genéticas del mamut.
Sin embargo, estos avances despiertan inquietudes éticas. Robert Klitzman, profesor de psiquiatría y director del programa de maestría en bioética de la Universidad de Columbia, advierte: "Existe riesgo de muerte. Existe riesgo de efectos secundarios graves. Eso conlleva mucho sufrimiento. Habrá abortos espontáneos".
Frente a estas preocupaciones, Shapiro y Ben Lamm, director ejecutivo de Colossal, argumentan que la ingeniería genética constituye una herramienta esencial para combatir la pérdida de biodiversidad. Según el Centro para la Diversidad Biológica, el 30% de la diversidad genética del planeta podría perderse para 2050.
"Si queremos un futuro bionumeroso y lleno de gente", sostiene Shapiro, "deberíamos darnos la oportunidad de ver qué pueden hacer nuestros grandes cerebros para revertir algunas de las consecuencias negativas que ya hemos causado al mundo".
En simples palabras, este regreso del lobo terrible no solo representa un hito científico, sino también un punto de inflexión en nuestra relación con la naturaleza. ¿Estamos corrigiendo errores pasados o adentrándonos en un territorio desconocido de consecuencias imprevisibles? La respuesta, como el aullido de estos nuevos habitantes de la Tierra, resuena en el aire sin que hayamos logrado descifrarla por completo.
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