De sobra está decir que Netflix comenzó a dar un volantazo en la calidad de sus series, y en las tramas que manejan las mismas, pero un experimento curioso (y exitoso) fue el de importar series coreanas: La Gloria, relata a modo de fábula dumasiana una historia de venganza, con toda la violencia de la que los asiáticos son capaces de desplegar en sus ficciones.
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La predisposición por el morbo y los tabúes en las producciones coreanas no es algo nuevo. En ellas se encargan de narrar, a veces a modo de sátira u otras directamente como una alegoría, problemáticas sociales que atenazan a la población. El bullying (que en este caso escala al abuso físico extremo) es una de ellas, una circunstancia que poco tiene que ver con barrera de idioma o cultura.
De acuerdo con la ONG Bullying sin fronteras, las cifras de acoso escolar en tiempos post-aislamiento son más que alarmantes: Argentina es uno de los países con más casos de bullying y ciberbullying en el mundo.
De acuerdo al estudio, más de 10 mil chicos y chicas del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) tienen miedo de ir a la escuela por ser víctimas de acoso escolar, un panorama que es presentado a través de las escenas de la serie coreana de forma desoladora, pero que posiblemente no se alejen demasiado de la realidad que sufren muchos estudiantes.
La Gloria: Las consecuencias del Bullyng
En el caso de la protagonista de la serie de Netflix, ésta encarrila toda su vida para orquestar una venganza, en pos de cazar a aquellos hijos del poder que sistemáticamente la acosaron de todas las formas posibles.
Esta antiheroína no desea redimirse, sino todo lo contrario: Ella busca todos los medios para hundir en miseria a aquellos que hicieron su vida aun más miserable de lo que era durante sus tiempos de estudiante. Y al ser una joven sin recursos o estructura familiar presente, su único propósito de vida giró en torno de castigar a quienes ni la policía o las instituciones castigaron.
Actualmente, es sabido que las consecuencias del abuso escolar repercuten en la vida adulta, pero en el proceso, los niños que son acosados pueden experimentar problemas a nivel físico, social, emocional, académico y de salud mental. Según StopBullying, los niños que son acosados tienen más probabilidades de experimentar lo siguiente:
- Depresión y ansiedad
- Aumento de sentimientos de tristeza y soledad
- Cambios en los patrones alimentarios y de sueño
- Pérdida de interés en las actividades que solían disfrutar. Estos problemas pueden prolongarse hasta la edad adulta.
- Disminución de logros académicos (promedio académico [GPA, siglas en inglés] y puntajes en pruebas estandarizadas) y participación escolar.
- Mayor tendencia a faltar a clase o abandonar los estudios.
Un porcentaje de niños acosados suele responder a través de comportamientos extremadamente violentos. En 12 de cada 15 casos de los tiroteos en escuelas registrados durante 1990 en Estados Unidos, los perpetradores tenían antecedentes de haber sido acosados.
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