Nissan, automotriz que supo ser líder en Japón, anunció el fin de la producción en sus plantas de Oppama (Yokosuka, prefectura de Kanagawa) y Shonan (Hiratsuka, prefectura de Kanagawa) de cara a 2028, marcando un hito negativo a nivel histórico. La crisis financiera global llevó a la compañía a medidas extremas.
Entre esas medidas está el cierre de las dos fábricas dentro de la icónica prefectura de Kanagawa, donde se fundó la empresa automotriz en la década de 1930. El golpe para esa jurisdicción en términos industriales podría significar el cierre de más de 2000 autopartistas que aportaban a la construcción de los modelos allí fabricados.
El cierre de la planta de Oppama golpea directamente al empleo japonés con el corte de 3.900 puestos de trabajo. Esas instalaciones comenzaron a operar en 1960 y desde entonces han representado parte fundamental de la estructura nacional de Nissan.
La decisión se dio en el marco de un recorte generalizado de empleos encarado por la nueva directiva a cargo del mexicano Iván Espinosa. El plan supone la eliminación de 20.000 puestos a nivel global, con impacto directo en fábricas de todo el mundo.
Cierres de Nissan en todo el mundo
El cierre de operaciones en Japón no es la única medida que Nissan tomó para paliar la crisis. De hecho, una de ellas impactó directamente en Córdoba, Argentina, sede de las operaciones de la automotriz en el país.
Allí, Nissan resolvió el fin de la producción de la pickup Frontier que fabricaba en conjunto con su socia global, la francesa Renault. La marca japonesa resolvió el traslado de sus operaciones a México, marcando el fin de sus planes productivos en Argentina como parte del recorte a nivel mundial.
Algo similar sucedió en instalaciones en Asia, mientras que en Reino Unido se abrió un programa de retiros voluntarios para reducir turnos de producción. El único mercado que no sufrió cambios fue el de Estados Unidos, que mantiene sus operaciones vigentes por ser el de mejor performance global para la empresa en el pasado reciente.
Mientras tanto, Nissan busca reorientar su portfolio de vehículos hacia la electrificación. Con el desafío de seguir el ritmo impuesto por China, la marca japonesa se mostró dispuesta a abrirse a la revolución eléctrica con tal de no quedar atrás.
Crisis en Nissan
La crisis de Nissan se tradujo en un déficit operativo de 670.800 millones de yenes en 2024. Ese número llevó al cambio de directiva y la implementación de un plan de contingencia que incluye el recorte de empleos incluso dentro de Japón.
Sin inversores externos a la vista y con el acuerdo con Honda derrumbado, la empresa japonesa recurrirá a un inédito recorte de empleo local e internacional intentando equilibrar sus costos productivos actuales y mejorar el nivel de ventas.
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