Un sujeto de unos 40 años acudió a un centro de salud de Alemania porque tenía una gran mancha roja en su punta nasal y fístulas de pus en el cuerpo, sobre todo en su pene y rostro. Inicialmente, el personal médico le explico que solo se trataba de una quemadura solar y no le dio mayor relevancia, sin saber a priori que estaba infectado de viruela de mono.
Tejido nasal "podrido" en paciente con viruela símica.
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Adicionalmente, los médicos le realizaron pruebas sanguíneas para diagnosticar si presentaba una Enfermedad de Transmisión Sexual . Los resultados de la prueba de ETS arrojaron que el cuarentón era portador de VIH y sífilis. El sujeto jamás se había realizado estudios de sangre para determinar ello.
Los profesionales de la salud que atendieron al sujeto argumentaron que la gravedad de su caso clínico de necrosis dermatológica es producto del bajo nivel de glóbulos blancos por estar inmunodeprimido por el VIH.
En la revista Infection se reportó el cuadro clínico del alemán anónimo. Según dicho informe, el recuento de sus glóbulos blancos estaba debajo de 127/μL, indicando la portación de Sida.
Según el periódico británico Daily Mail, el cuadro clínico del alemán mejoró solo parcialmente con los medicamentos retrovirales. Si bien se secaron las llagas y pústulas cutáneas, no se resolvió lo de la nariz. Cabe destacar que la necrosis ocurre cuando no fluye sangre ni oxigeno a esa parte.
Actualmente en Alemania se han registrado unos 2.033 casos de viruela del mono, según el Instituto Robert Koch (RKI).
La necrosis por viruela
En caso de pacientes inmunodeprimidos -cáncer, enfermedades autoinmunes como el lupus y portadores de sida- la muerte de células y tejido, o sea, la "necrosis" de esa zona, no se puede combatir eficazmente vía fármacos que tratan infecciones.
El profesor Paul Hunter que es experto en salud pública de la Universidad de East Anglia, le explica a Daily Mail que a medida que se extiendan los casos de la viruela de simio puede haber necrosis en cuadros clínicos graves y con factores de riesgo.
Por su parte, Hunter señala que en las viruelas se puede producir necrosis de las glándulas sebáceas porque el virus toma sus células y frena el suministro de nutrientes allí, ocasionando la putrefacción del tejido, sobre todo en el rostro donde existe más sebo.
Según la OMS, el virus se contagia a través del contacto cercano con un infectado, por tocar objetos de un enfermo o bien, a través de gotitas de saliva. Los síntomas son muy similares al Covid hasta que comienzan las lesiones cutáneas. Primeramente, fiebre, fatiga y dolor muscular. Luego, se presentan manchas en la piel, evolucionando a pústulas y costras.
Aunque la enfermedad de viruela de mono había surgido en el Congo en los 70 y es endémica en África, la Organización Mundial de la Salud declaró una emergencia sanitaria por un brote de dicha viruela el día 24 de julio.
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