Se terminó todo para Icardi: Perdió la paciencia, a sus hijas y hasta sus abogadas

A Mauro Icardi se le fue la olla: Tanta lucha al 'cuete'

Mauro Icardi aterrizó en Buenos Aires con un solo objetivo: reencontrarse con sus hijas después de dos meses sin verlas. La idea era compartir tiempo juntos y disfrutar de una noche en su casa de Nordelta. Hasta ahí, todo en orden. Pero nadie imaginaba que un simple detalle iba a desatar el caos.

Todo empezó cuando las nenas quisieron llevarse sus perritos a Nordelta. Parecía un tema menor, pero no para Icardi, quien se plantó y dijo que no, argumentando que en su barrio hay carpinchos y podían atacar a las mascotas. Esto no cayó nada bien y generó una discusión entre Mauro y Wanda, que terminó con todos dirigiéndose al departamento de ella en el exclusivo Chateau Libertador.

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Mauro Icardi viajó para ver a sus hijas, pero una discusión por los perros terminó en gritos, tensión y la policía en el departamento de Wanda. El fiscal lo obligó a irse.

Lo que pasó después fue una locura. Apenas llegaron, la situación escaló rápido: gritos, llantos y un clima cada vez más tenso. En medio del descontrol, una empleada de Wanda resultó lastimada y, según informaron, una de las hijas terminó agarrada del brazo en medio del forcejeo. Alguien llamó a la policía y al SAME, lo que hizo que el escándalo se volviera todavía más grande.

El fiscal Matías Vila, que intervino en el caso, le dejó las cosas bien claritas a Icardi: o se iba en cinco minutos o terminaba detenido. No le quedó otra opción que retirarse, pero lo hizo de la peor manera posible…

Policía, SAME y la renuncia de sus abogadas

La escena más fuerte de la noche se vivió en el ascensor del edificio. Ahí, Icardi se encerró con su hija menor, que lloraba desconsoladamente pidiendo ver a su mamá. "Quiero darle un abrazo primero”, repetía entre lágrimas, mientras afuera Wanda gritaba desesperada: "¡Ayúdenla, por favor!". La tensión era tan fuerte que los efectivos de la policía tuvieron que intervenir para calmar la situación.

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Icardi se encerró con su hija en el ascensor mientras Wanda pedía ayuda. Luego, se fue manejando en contramano y sus tres abogadas renunciaron tras el escándalo.

Después de largos minutos de caos, Mauro finalmente dejó a las chicas y salió del lugar. Pero, como si no hubiera sido suficiente con todo lo que había pasado, decidió irse manejando a toda velocidad… en contramano. Sí, en plena Capital Federal y acompañado nada menos que por su entonces abogada, Elba Marcovecchio. El escándalo tuvo consecuencias inmediatas: horas después, sus tres abogadas (Guadalupe Guerrero, Lara Piro y Elba Marcovecchio) renunciaron. Al parecer, el nivel de quilombo fue tanto que hasta ellas decidieron bajarse del barco.

Al final, el delantero del Galatasaray fue imputado por hostigamiento agravado y se evalúa prohibirle el contacto con sus hijas. Wanda, por su parte, recibió un botón antipánico y, según fuentes cercanas, está evaluando tomar acciones legales contra Icardi por el delito de violación de domicilio. Mientras tanto, él se queda sin hijas, sin abogadas y con un nuevo escándalo en su historial.

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