Siria corre por una nueva Constitución pero acaba el tiempo para Ahmed al-Sharaa

14to. aniversario del inicio de la devastadora guerra civil en Siria: fue a mediados de marzo de 2011. Más de 500.000 personas murieron y más de 13 millones de sirios fueron desplazados, de los cuales 6,7 millones buscaron refugio en países vecinos y más allá. La guerra destruyó la infraestructura, provocó crisis humanitarias y una frustración intensa.

El Secretario General de Naciones Unidas, António Guterres, reclamó ayuda para Siria (fue una forma de pedir que Occidente levante las sanciones comerciales y financieras vigentes).

El 08/12/2024, el régimen de Bashar Al-Assad se derrumbó ante una gran ofensiva de las fuerzas de oposición, encabezadas por el ejército irregular Hayat Tahrir Al-Sham, cuyo líder es el Presidente interino, el saudita Ahmed Al-Sharaa.

Horas atrás, tras una reunión de los grupos armados anti Al-Assad, Al-Sharaa, derogó la Constitución y prometió una Constitución provisional, y en 3 años una definitiva, y en 5 años ir a elecciones. También respetar la libertad de expresión en general y de prensa en particular. Pero las minorías religiosas y étnicas se han mostrado escépticas ante los nuevos líderes islamistas.

Abdulhamid Al-Awak, 1 de los 7 miembros del comité Al-Sharaa que redacta la Constitución temporal, declaró que mantendrá algunas disposiciones de la anterior. Por ejemplo, el jefe de Estado debe ser musulmán y la ley islámica es la principal fuente de jurisprudencia, al menos por 5 años.

A su vez, Al-Awak prometió disposiciones sobre la libertad de expresión y de prensa.

Al-Sharaa alcanzó un acuerdo histórico con las autoridades kurdas, respaldadas por USA, en el noreste de Siria, que incluye un alto el fuego y la fusión de sus fuerzas armadas con las agencias de seguridad del gobierno central.

Pero el asesinato masivo de alauitas y cristianos en la Costa mediterránea ha provocado mucha preocupación sobre la capacidad de Al-Sharaa para controlar a sus colegas de armas.

De todos modos, Arabia Saudita al frente de la Liga Árabe sigue respaldando los esfuerzos de Ahmad Al-Sharaa.

Sin embargo, no hay mucha paciencia hacia Siria si Al-Sharaa no demuestra que puede ser inclusivo, tolerante e inteligente.

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"La violencia en las zonas alauitas es una muestra de la fragmentación de Siria."

La advertencia

La influyente revista conservadora británica The Economist publicó una nota titulada "Se acaba el tiempo para el presidente de Siria / Debe compartir el poder si quiere mantener unido a su país."

Aquí el texto:

Siria acaba de presenciar la peor violencia sectaria desde el derrocamiento de Bashar al-Assad hace tres meses, y quizás desde que el régimen de Assad usó armas químicas contra su pueblo en 2013. Incluso un país aturdido por la dictadura y la guerra civil ha quedado conmocionado. Quizás 800 personas fueron masacradas en las zonas costeras occidentales, el corazón de la minoría alauita, de donde proviene la familia Assad. La violencia pone de manifiesto el dilema del país.

¿Debería concentrarse más poder en el gobierno central para que pueda mantener el orden a nivel nacional, a pesar de que su líder, Ahmed al-Sharaa, es un exyihadista con un compromiso cuestionable con la inclusión de otros en su proyecto de construcción nacional? ¿O sería mejor que las facciones locales y étnicas mantuvieran el orden donde pudieran, incluso si eso significa que el país corre el riesgo de desmoronarse?

Los orígenes de las masacres son confusos. La mejor hipótesis es que combatientes de la minoría alauita emboscaron a las fuerzas gubernamentales y asaltaron hospitales. En respuesta, las milicias árabes suníes, que apoyan al gobierno interino, irrumpieron en la región en convoyes, arrasando pueblos y ciudades, matando civiles e incendiando casas.

Vídeos muestran a hombres armados obligando a la gente a ladrar como perros antes de dispararles. Estos militantes suníes fueron probablemente responsables de la mayoría de las matanzas de civiles. La interpretación más siniestra es que el Sr. Sharaa no estaba dispuesto a frenar a los extremistas entre sus partidarios. La más generosa es que reaccionó con lentitud y que su gobierno no tiene el control.

La violencia en las zonas alauitas es una muestra de la fragmentación de Siria. En el norte, los grupos kurdos tienen sus propios enclaves y en el sur, otras milicias, incluidas las lideradas por los drusos, tienen una esfera de influencia. Las potencias extranjeras participan, en parte, con el legítimo propósito de proteger sus fronteras del caos y en parte porque vislumbran una oportunidad para controlar el futuro de Siria.

Israel apoya a los drusos,
Turkiye a los grupos árabes suníes y
USA a los kurdos.
A pesar de su papel como el principal ejecutor del denostado régimen de Asad, Rusia persiste, con la esperanza de conservar cierta influencia y quizás acceso a sus bases aéreas y navales.

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"Siria necesita un gobierno central más fuerte, pero que utilice su autoridad para delegar poderes a las regiones."

Hasta ahora, el Sr. Sharaa ha sido una decepción. Su experiencia previa fue dirigir un régimen iliberal en la ciudad de Idlib a través de su grupo, Hayat Tahrir al-Sham. Hasta ahora, ha gobernado Siria como un jefe de milicia. Ha incumplido los plazos para formar un gobierno inclusivo, emitir una declaración constitucional y nombrar una legislatura. Su compromiso con las leyes laicas y la tolerancia es vago.

Sin embargo, las deficiencias de su gobierno también reflejan la debilidad del Estado sirio. Tiene relativamente pocas fuerzas bajo su control directo. El ejército y la policía se ven superados en número y armamento por diversas milicias étnicas.

Siria necesita un gobierno central más fuerte, pero que utilice su autoridad para delegar poderes a las regiones. Occidente debería ayudar levantando las sanciones económicas, impuestas para castigar al terrible régimen anterior y que actualmente están causando una grave crisis financiera.

Pero la responsabilidad recae en el Sr. Sharaa. Esta semana, tras las masacres, tomó algunas medidas positivas. Creó comités para investigar la violencia sectaria y firmó un acuerdo para que un gran grupo militar liderado por kurdos, las Fuerzas Democráticas Sirias, se integre en las fuerzas de seguridad sirias.

Sin embargo, el Sr. Sharaa necesita hacer más.

Debe purgar el ejército de extremistas e invitar a más moderados a unirse, para que tenga más fuerza para restablecer el orden y no sea visto como una herramienta del poder sunita.
Debe crear instituciones políticas y un calendario electoral que garantice a los sirios que un gobierno más poderoso no será un gobierno supremacista sunita.
Debe delegar más poderes a las regiones.

Reconstruir Siria es un juego de confianza: si más personas creen que puede haber un futuro armonioso, las probabilidades de alcanzarlo aumentan. Pero una masacre más bajo el mando del Sr. Sharaa y ese juego podría terminar.