Tanto la pandemia como la guerra entre Rusia y Ucrania siguen abriendo un sinfín de teorías conspiranóicas que se están instalando en la opinión pública estadounidense a través de los medios masivos de comunicación por movimientos muy sospechosos de la ahora familia presidencial del país norteamericano años atrás, principalmente de Joe Biden y su hijo Hunter Biden.
CHOQUE CONTRA LA CASA BLANCA
No dan respiro a Joe Biden por previa Rusia vs. Ucrania
Continúan las sospechas sobre movimientos de la familia presidencial estadounidense, principalmente Joe Biden y Hunter Biden, previo a la guerra.
The New York Post agregó ahora que “hay una docena de veces que Joe Biden jugó un papel en los negocios de su hijo Hunter”.
El último ejemplo surgió el miércoles, cuando se reveló que Hunter Biden hizo que su padre escribiera una carta de recomendación a la Universidad de Brown para el hijo de un poderoso socio comercial chino, Jonathan Li.
Schwerin le dijo a Li que el "original" estaba siendo enviado por FedEx a la presidenta de la universidad, Christina Paxson, "directamente en Brown".
Li es el director ejecutivo de la firma de inversión china BHR Partners y en 2013 estableció una subsidiaria, Bohai Harvest RST (Shanghai) Equity Investment Fund Management Co., conocida como BHR, donde Hunter Biden fue miembro fundador de la junta y tenía una participación accionaria del 10 %. a través de una empresa llamada Skaneateles LLC.
A su vez, NYPost contó que Hunter Biden reconoció en un artículo de la revista New Yorker de 2019 que él y su padre hablaron una vez sobre el trabajo de Hunter en el directorio de la compañía energética ucraniana Burisma Holdings, que le pagaba hasta US$83.333 al mes cuando Joe Biden era vicepresidente durante la presidencia de Barack Obama.
“Papá dijo: 'Espero que sepas lo que estás haciendo', y yo dije: 'Sí, lo sé'”, recordó.
En una clara ofensiva para demostrar que Joe Biden estaba al tanto de los movimientos de su hijo Hunter, El Post agrega:
Vadym Pozharskyi, ejecutivo de Burisma y asesor de su junta, envió a Hunter Biden un correo electrónico el 17 de abril de 2015 que decía: “Estimado Hunter, gracias por invitarme a DC y darme la oportunidad de conocer a su padre y pasar [sic] algunos tiempo juntos. Es realmente [sic] un honor y un placer”.
The Wall Street Journal exige disculpas
Kimberley Strassel disparó:
Los senadores Chuck Grassley y Ron Johnson entregaron el martes la última entrega de su investigación de un año sobre los tratos comerciales cuestionables de Hunter Biden, exponiendo en los discursos del Senado la compleja red de transacciones bancarias que vinculan a sus empresas con entidades conectadas con el gobierno chino. Su exposición ofreció más detalles en su informe de septiembre de 2020 sobre los enredos financieros extranjeros de la familia Biden.
A pesar de lo valiente (y preciso) que fue el informe de octubre de 2020 del New York Post sobre la computadora portátil Hunter, se produjo después de la bomba de Johnson-Grassley. Solo ahora, con 18 meses de retraso, los principales medios de comunicación confirman a regañadientes la veracidad de ese informe del Senado. “Dentro de los acuerdos multimillonarios de Hunter Biden con una compañía de energía china”, decía el artículo del Washington Post de la semana pasada. Los reporteros reconocen que muchos aspectos de su relato de los tratos comerciales de Hunter con CEFC China Energy fueron "incluidos en un informe del Senado liderado por los republicanos de 2020", incluso si el Post se molestó recientemente en confirmar "detalles clave".
Eso es algo, aunque está lejos de ser la disculpa que merecen los senadores por parte de los medios de comunicación que pasaron 2020 ayudando a los demócratas a calumniarlos como agentes rusos. La investigación de Johnson-Grassley comenzó como una mirada a las travesuras electorales de 2016, pero se amplió cuando los demócratas presentaron cargos contra Donald Trump con respecto a Ucrania. Para la primavera de 2020, era bien sabido que los republicanos tenían la intención de publicar un informe que describiera los sórdidos vínculos financieros de la familia Biden allí y en otros lugares.
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