Javier Milei se lleva historia a marzo: Los nazis no eran "zurditos" como afirma

El torpe intento Milei y los libertarios de reescribir la historia

Como ya nos tiene acostumbrados, Javier Milei no dejó de sorprender a los argentinos con sus comentarios. "Mirá que interesante la ignorancia. Nazi, nacionalsocialismo, o sea se tienen que hacer cargo muchachos, eran de los de ustedes, eran de los zurditos", le dijo a Esteban Trebucq en una charla mano a mano. Y aunque sus seguidores en redes sociales repiten esta versión como si fuera una verdad irrefutable, lo cierto es que los libros de historia los contradicen. La afirmación del presidente, lejos de ser una interpretación legítima, responde más bien a su propia confusión o a simple ignorancia histórica.

Es importante que recordemos que el término "nacional socialismo" en el nombre del partido nazi no tiene relación con las ideas socialistas tradicionales. El Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores (NSDAP), que fue el partido de Adolf Hitler, no fue socialista ni en su estructura ni en sus políticas. Sí, el partido usaba "socialismo" en el nombre, pero su objetivo era otro: crear una Alemania racista, imperialista y extremadamente nacionalista. Los nazis no defendían la propiedad colectiva ni la redistribución de la riqueza, dos ideas centrales del socialismo; promovían el capitalismo de amigos, favorecían a los grandes empresarios y perseguían a los sindicatos y a la clase trabajadora que apoyaba la lucha por los derechos laborales.

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Contrario a lo que piensa Javier Milei (y sus fanáticos, dicho sea de paso), el nazismo no era de izquierda. Odiaban el socialismo, el comunismo y hasta el sindicalismo. En esta foto, por ejemplo, se ve a dos soldados nazis sosteniendo una pancarta que dice "Muerte al marxismo".

Un claro ejemplo de esto lo encontramos en los primeros años del régimen nazi. Aunque en sus inicios algunos líderes del partido, como Gregor Strasser, estaban más cercas de las posturas socialistas, Hitler pronto tomó el asunto en sus manos y se encargó de erradicar esa tendencia. Y en 1934, en la "Noche de los Cuchillos Largos", Strasser terminó asesinado junto a otros miembros de la facción socialista del partido. ¿Se entiende entonces que a los nazis no les gustaba para nada el socialismo?

Un revisionismo peligrosamente ignorante

En defensa de Milei, no es el único de derecha tratando de distorsionar la historia del nazismo, diciendo que Hitler era socialista para desvirtuar la naturaleza del régimen nazi. La semana pasada, este mismo tipo de revisionismo ya lo había promovido la líder del partido alemán Alternativa para Alemania (AfD), Alice Weidel, durante un acto partidario en el que estuvo presente Elon Musk.

En dicho encuentro, ella afirmó que Hitler no era "de derecha", sino que, al contrario, era un "comunista". De nuevo, incorrecto y peligroso, porque busca desdibujar la verdadera naturaleza de los crímenes del nazismo. Como ya explicaron varios historiadores, el nazismo fue un movimiento de extrema derecha, anticomunista y antidemocrático, que persiguió y exterminó a los comunistas, los socialistas, los judíos y otras minorías.

La afirmación de quienes, como Milei o Weidel, repiten el mismo error, es absurda completamente (por no decir infantil o lastimosa). A los nazis no les gustaba nada que tuviera que ver con el socialismo ni el comunismo. Y además, la evidencia histórica muestra que bajo el régimen nazi, los comunistas y los socialistas fueron detenidos, perseguidos, encarcelados y enviados a campos de concentración, e incluso ilegalizaron y destruyeron el Partido Comunista y el Partido Socialdemócrata. En otras palabras, los nazis no eran "zurditos", sino que el socialismo era, para ellos, un enemigo a vencer.

Lo que Milei no parece entender, o capaz prefiere ignorar, es que al intentar vincular el socialismo con el nazismo demuestra no solamente que no sabe historia, sino que aparte tergiversa el pasado, le quita gravedad a los horrores que se vivieron durante el Tercer Reich y diluye la lucha contra el fascismo que costó tantas vidas. Además, si aplicáramos la lógica de que el nombre define la ideología, la República Democrática Alemana (Alemania Oriental) no habría sido una dictadura comunista sino una democracia porque tenía "Democrática" en el nombre.

Milei ignora por completo la naturaleza fascista del nazismo, y así, cae en una de las falacias más peligrosas de la política: el negacionismo. En vez de esclarecer la historia, confunde y alimenta mitos que intentan blanquear un pasado aterrador.

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