El Ártico se ha convertido en un escenario de creciente hostilidad entre las principales potencias mundiales. La obsesión de Donald Trump por Groenlandia parece deberse a la ventaja de Rusia en la región en la carrera para dominarlo.
¿DEMASIADO TARDE?
La guerra oculta por el Ártico: Rusia domina y USA juega su última carta
Desde hace tiempo que el Ártico ya no es zona de paz. Rusia, que refuerza cooperación con China, y USA se preparan para la guerra por su control.
El derretimiento del hielo en el Ártico ha reavivado el interés de las potencias mundiales por el control de la región, particularmente sobre el Paso del Noroeste, una ruta marítima que podría reducir significativamente los tiempos de navegación entre Europa y Asia.
La capa de hielo marino en el Ártico se ha reducido de un mínimo anual de 2,7 millones de millas cuadradas en 1979 a 1,7 millones de millas cuadradas en 2024, según la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio . Eso representa la pérdida de un área del tamaño de Argentina en menos de 50 años.
El calentamiento global podría derretir el hielo a lo largo de la costa norte de Groenlandia, y abrir una vía fluvial por la que los buques de guerra rusos podrían navegar directamente hacia América del Norte. La región, rica en recursos naturales y ubicación estratégica, ahora era un territorio clave en la rivalidad entre potencias.
El viaje a través de la Ruta del Mar del Norte de Rusia entre Shanghái y Róterdam es aproximadamente dos semanas más corto que el viaje a través del Canal de Suez.
Canadá ha propuesto construir dos puertos de aguas profundas a lo largo de su Paso del Noroeste, según supo The Wall Strret Journal.
¿Ártico: futura zona de guerra?
Estados Unidos y Rusia se encuentran en la peor crisis de relaciones desde la Guerra Fría. Ambos han dejado atrás la cooperación cuestiones como el medio ambiente, la pesca y la seguridad marítima en el Ártico.
Las dos naciones han renovado los despliegues militares en la región. En 2023, el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos reconoció que la capacidad de Moscú para mantener una fuerte presencia en el Océano Ártico supera la capacidad de Washington, lo que debilita la seguridad estadounidense.
El argumento del republicano para la controvertida adquisición de Groenlandia es “para efectos de seguridad nacional y libertad en todo el mundo”. Parece ser su última carta ante el avance y dominio ruso.
El año pasado, submarinos nucleares rusos realizaron prácticas de lanzamiento de misiles de crucero cerca de Noruega, Finlandia y Suecia, países miembros de la OTAN. Estos ejercicios se ejecutaron como represalia a los simulacros de guerra en el Ártico de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que incluyeron asaltos anfibios.
En agosto bombarderos rusos y chinos volaron juntos al norte de Alaska, la senadora republicana Lisa Murkowski describió la acción como una “provocación sin precedentes por parte de nuestros adversarios”. El mes siguiente, Rusia y China enviaron patrulleras a través de las gélidas aguas del extremo norte, recordó el diario de estadounidense.
Rusia ha reabierto sus bases de la era soviética en el Ártico y puede movilizar empresas y recursos estatales, lo que le da una ventaja significativa sobre Occidente.
“La base rusa de Nagurskoye es la instalación militar más septentrional del país. Antes de que Rusia invadiera Ucrania, la base contaba con sistemas de defensa aérea S-300 y sistemas antibuque Bastion. Su pista puede recibir aviones de combate y bombarderos estratégicos Tu-95 con capacidad nuclear”, apuntó WSJ.
Además, puede albergar a 150 soldados y las tropas permanecen allí durante 18 meses seguidos. Rusia y China están desplegando nuevos misiles que pueden volar mucho más lejos que sus predecesores, alcanzando cinco veces la velocidad del sonido, lo que abrumaría los sensores actuales de Estados Unidos.
El Norad, el comando conjunto de Estados Unidos y Canadá creado en 1958 ha quedado obsoleto. Su red de vigilancia de satélites, radares terrestres y bases de la fuerza aérea ha son muy inferiores a los Rusia y China, que, además, están desplegando nuevos misiles que pueden volar mucho más lejos que sus predecesores, alcanzando cinco veces la velocidad del sonido, lo que abrumaría los sensores actuales de Estados Unidos.
La guerra fría por el Ártico ya esta ocurriendo ahora. En 2014, solo 631 barcos utilizaron la vía navegable de la Ruta del Mar del Norte donde USA carece de infraestructura a militar; en 2024 más de 1.300 viajes. El Paso del Noroeste de Canadá se ha abierto en una medida mucho menor: de ningún barco comercial en 2014 a 18 en 2024.
Estados Unidos no tiene puertos de aguas profundas en el Ártico que puedan recibir portacontenedores pesados. La mayor parte de Alaska no tiene carreteras ni líneas ferroviarias, lo que complica el acceso al extremo norte.
Rusia también es líder en la explotación de las riquezas del Ártico. Parte de su desarrollo regional comenzó hace décadas. El Ártico de Rusia ya contribuye aproximadamente con el 10% de su producto interno bruto, incluido el 17% de las ventas de petróleo, el 80% del gas natural y un tercio de toda la pesca.
Alaska representó solo el 0,2% del PIB de EE. UU. en 2023, y los territorios del norte de Canadá también representaron menos del 1% de la actividad económica del país.
Rusia goza de ventaja en varios ámbitos. Por ejemplo cuenta con docentes de buques rompehielos muchos de ellos de propulsión nuclear, y otros chinos. USA solo tiene sólo tres rompehielos polares, uno de los cuales tiene 50 años y otro que quedó fuera de servicio el año pasado. Por ello, con la intención reforzar la presencia en el Ártico, Trump ordenó recientemente la compra de 40 rompehielos.
Rusia y China
Según WSJ, el acuerdo entre China y Rusia es claro en el Ártico en recursos, transporte marítimo, investigación científica ejercicios militares.
“Ese apoyo ha sido destacado en el Ártico, donde las empresas chinas son importantes inversores y proveedores de equipos en proyectos energéticos rusos, incluidos los proyectos Yamal LNG y Arctic 2 LNG”.
“Rusia, a cambio, ha estado enviando combustible a China utilizando su llamada flota en la sombra, mediante la cual buques sancionados realizan entregas ilícitas de petróleo ruso a los mercados de Asia. El año pasado se registró un volumen récord de carga en tránsito a través de la Ruta del Mar del Norte desde el noroeste de Rusia hasta el estrecho de Bering, según Rosatom, la agencia rusa que supervisa la vía fluvial. Casi toda esa carga fue de Rusia a China, y más de la mitad era petróleo crudo. El volumen total sigue siendo una fracción del tráfico de petróleo crudo a través del Canal de Suez: si bien la distancia más corta de la ruta del norte puede reducir los tiempos de tránsito en dos semanas, el hielo marino sigue siendo un obstáculo traicionero a pesar de la reducción de la capa de hielo”.
Rusia también ha reivindicado la posesión de recursos aún inexplorados en el lecho marino del Ártico: la dorsal submarina de Lomonosov (que también reclaman Dinamarca y Canadá y que podría ser rica en petróleo y gas natural)
En octubre, la Guardia Costera china y la Guardia Fronteriza rusa organizaron su primera patrulla conjunta en el Ártico. La Guardia Costera estadounidense, que vigiló a los dos barcos chinos y a los dos rusos por aire, dijo que era el lugar más al norte que se habían avistado barcos de la Guardia Costera china.
En 2023, barcos de las armadas rusa y china patrullan conjuntamente cerca de Alaska, en lo que se consideró la flotilla más grande de su tipo en acercarse a las costas estadounidenses.
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