En pleno receso legislativo, el presidente Javier Milei se mueve con cautela pero firmeza: avanza en negociaciones políticas con gobernadores y bloques aliados para blindar el eventual veto presidencial a la nueva fórmula de movilidad jubilatoria aprobada por el Congreso Nacional.
CONGRESO
Hasta cuándo puede Milei vetar el aumento a jubilados y en qué estado están las negociaciones
Milei tiene poco tiempo para vetar la ley que le aumenta a los jubilados y poder blindar ese veto en el Congreso. Hay negociaciones con gobernadores.
Sin embargo, el reloj corre: el Gobierno tiene tiempo hasta el 4 de agosto para tomar una decisión. Mientras tanto, en la oposición se cocina una ofensiva parlamentaria para reinstalar el debate sobre el sistema previsional ni bien termine el receso invernal.
En ese contexto, en Casa Rosada ya trazan el camino a seguir. Y aunque la decisión del veto ya está definida; ahora el desafío es blindarlo políticamente.
Veto a la ley para aumentarle a los jubilados
La estrategia del veto no es nueva: el oficialismo ya logró sostener vetos anteriores —como el rechazo al aumento del presupuesto universitario— gracias a acuerdos puntuales con gobernadores, diputados del PRO, sectores de la UCR y bloques provinciales. Con 87 votos, La Libertad Avanza y sus aliados evitaron que prosperaran las iniciativas opositoras que buscaban voltear decisiones presidenciales.
Para que un veto no sea rechazado en Diputados, el oficialismo necesita al menos un tercio de los votos presentes en el recinto. Esa es la base sobre la que trabajan el presidente Milei, el titular de Diputados Martín Menem y el jefe de Gabinete Guillermo Francos.
El bloque libertario, liderado por Gabriel Bornoroni, cuenta con 39 legisladores. A ellos se les sumarían los aproximadamente 30 diputados del PRO que responden a Cristian Ritondo, aunque persisten las dudas sobre la conducta de los representantes porteños en medio de la interna con Jorge Macri.
A ese núcleo se le agregarían aliados estratégicos como el bloque "Liga del Interior", liderado por Pablo Cervi (seis votos), además de los espacios provinciales que responden a mandatarios aliados, como los de Mendoza (Alfredo Cornejo), Corrientes (Gustavo Valdés), Entre Ríos (Rogelio Frigerio), Chaco (Leandro Zdero) y Tucumán (Osvaldo Jaldo).
Gobernadores peleados con Milei, pero el Gobierno los necesita
El respaldo de los mandatarios provinciales es fundamental. A cambio de acuerdos electorales o compromisos de gestión, varios gobernadores estarían dispuestos a ordenar a sus legisladores a no oponerse al veto presidencial.
En Mendoza, por ejemplo, el entendimiento entre Milei y Cornejo podría traducirse en votos clave de la UCR local, como Lisandro Nieri y Pamela Verasay. En Tucumán, el bloque Independencia, que responde al peronismo local de Osvaldo Jaldo, también podría ser funcional a los intereses del Ejecutivo.
Otros espacios que sumarían al oficialismo incluyen Innovación Federal (Salta, Río Negro y Misiones), Producción y Trabajo (San Juan), Futuro y Libertad (Gabriel Chumpitaz) y CREO (Paula Omodeo).
El efecto buscado es simple: aun con una oposición numerosa, si el oficialismo logra que parte del recinto esté ausente o divida su voto, el veto queda ratificado.
Lo que viene en Diputados
Apenas se reactive el Congreso, la oposición buscará poner en agenda una serie de proyectos que complican las cuentas del Gobierno. Además de la nueva fórmula previsional —que incluye aumentos del 7,2% y un bono de $110.000 para las jubilaciones mínimas—, están en lista el financiamiento a universidades, la emergencia pediátrica en hospitales nacionales y la ampliación de la moratoria previsional.
El oficialismo no sólo se prepara para vetar esas leyes, sino que además refuerza el control de la Comisión de Presupuesto, presidida por José Luis Espert, para evitar que prosperen nuevas iniciativas que comprometan el gasto público.
Veto en tiempo reglamentario
Según establece la Constitución, el Poder Ejecutivo tiene diez días hábiles para promulgar o vetar total o parcialmente una ley desde su llegada formal al despacho presidencial. Ese plazo vence el 4 de agosto, y todo indica que Milei utilizará el recurso del veto para sostener su política de ajuste fiscal y defender el "déficit cero".
El presidente ya anticipó públicamente su rechazo a los proyectos votados en el Senado, y en Casa Rosada aseguran que no se trataría de una medida aislada: los vetos se encuadran en una decisión de fondo para contener el gasto, aun a costa de un alto costo político.
Mientras tanto, bloques como Unión por la Patria, el Frente de Izquierda, la Coalición Cívica y Democracia para Siempre ya preparan su contraofensiva. También una parte de Encuentro Federal, que lidera Miguel Pichetto, se muestra reticente a convalidar el veto. Sin embargo, la dispersión y el ausentismo —clave en la aritmética parlamentaria— podrían jugar nuevamente a favor del oficialismo. El caso del diputado entrerriano Francisco Morchio es ilustrativo: aunque responde al gobernador Frigerio, podría ausentarse de la votación y facilitar así la estrategia libertaria.
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