La sesión del Congreso Nacional contempla además de la interpelación a Guillermo Francos la exposición del ministro de Economía, Luis Caputo; el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, y el titular de la Comisión Nacional de Valores, Roberto Silva.
LAS INTERPELACIONES DEJAN HERIDAS
Milei no supera el escándalo de $LIBRA: Francos responderá el 22/4 en Congreso todo lo que esquivó el 16/4
Las 70 preguntas referidas a la fallida criptomoneda lanzada por Milei (que Guillermo Francos postergó) volverán a emerger en la interpelación parlamentaria.
Sin embargo, en la Casa Rosada adelantan que solamente el titular de Justicia podría acompañar a Guillermo Francos pero no Caputo quien no es apuntado por la causa $LIBRA.
El jefe de Economía viaja a Washington para reunirse con el Fondo Monetario y eso le da el pretexto ideal para evitar el mal trago.
Estas idas y vueltas entre el Legislativo y el Ejecutivo tienen lugar en el marco del debut de la comisión investigadora sobre la defraudación.
El miércoles 23, al día siguiente de la visita de los ministros, está previsto que se constituya ese consejo en medio de una enorme tensión.
Por el momento existe un empate entre 14 miembros oficialistas y otros 14 opositores. Habrá impugnaciones de todo tipo para romper esa supuesta paridad.
La imagen de Milei en el “sube y baja”
Según una encuesta de la consultora Delfos, la aceptación del Jefe de Estado pasó de un piso histórico de 33 puntos a otro de 38 luego del acuerdo con el FMI, aunque no logra ampliar su base.
La tendencia predominante sigue siendo la negativa: existe más gente que cuestiona la gestión del primer mandatario ya que la desaprobación oscila entre los 50 y 55 puntos.
La mayoría de las consultoras argentinas tiene la misma percepción, tras un pico logrado en el mes de enero de 2025 (números verdes sobre los rojos) se sucedieron distintos traspiés que opacaron la imagen del líder libertario: extravagante discurso en Davos; escándalo con el lanzamiento de $LIBRA; represión salvaje a jubilados y periodistas en el Congreso; despertar de la inflación (especialmente en alimentos) y derrota electoral en Santa Fe.
Infrecuentes (pero trascendentes) interpelaciones en el Congreso
Se trata de una instancia legislativa muy poco utilizada en nuestro país a pesar de que representan un mecanismo habilitado por la Constitución Nacional.
Se recuerdan especialmente dos desde 1983 al presente:
1-En 1986, debieron comparecer dos funcionarios de Raúl Alfonsín (Antonio Tróccoli, ministro de Interior, y Germán López, secretario general de la presidencia) a instancias de los diputados justicialistas José Luis Manzano y Roberto Digón.
Fue una sola sesión, dividida en varios días. Se los interrogó sobre el segundo (y fatal) secuestro del empresario Osvaldo Sivak quien supuestamente fue desaparecido por la “mano de obra desocupada” que quedó tras el final de la dictadura militar.
Roberto Digón formuló 12 preguntas tras las cuales le pidió al ministro que dijera si la grabación que escucharían a continuación correspondía a una conversación que él había tenido con la esposa de Osvaldo Sivak, Marta Oyhanarte.
En el audio, el ministro, que hasta entonces había negado haber hablado con la cónyuge, confirmó la participación de agentes de inteligencia en el secuestro.
Visiblemente nervioso, Tróccoli reaccionó diciendo que no entendía el significado de esa grabación, “ni mucho menos el mal gusto que significa traerla al recinto, porque cuando uno habla por teléfono lo que menos se puede imaginar es que del otro lado lo están grabando”.
Las discusiones fueron de tono sumamente elevado, a los gritos, y surgió el nombre de Raúl Guglielminetti, un miembro del grupo de tareas que había operado en Automotores Orletti. En democracia, Guglielminetti llegó a formar parte de la custodia presidencial de Alfonsín.
2-un ministro de Carlos Menem (Domingo Cavallo, ministro de Economía).
Una década más tarde, el parlamento interpeló al súper ministro a pedido del propio ex funcionario.
El 23 de agosto de 1995 Cavallo promovió esa interpelación para tratar de frenar la privatización del Correo, que ya contaba desde noviembre del año anterior con media sanción del Senado y era para Cavallo “un traje a medida para Alfredo Yabrán”.
Dijo el titular del Palacio de Hacienda que si Yabrán se quedaba con el Correo dominaría monopólicamente el circuito para el ingreso y salida de mercaderías, al ser el dueño además de los depósitos fiscales de Ezeiza, rampas y los correos privados.
¿Resultado? La cámara de Diputados, que había estado cerca de aprobar la ley, tras las denuncias, ya no trató el tema.